Jueves 10 de noviembre de 2016
Foto: clasescontraclase
Los días 3, 4 y 5 de noviembre, con un grupo de compañeros del colectivo Resistencia Sur participamos en el curso internacional “El Capital de Karl Marx” realizado en la Universidad Mayor San Andrés de la Paz - Bolivia.
Este evento fue organizado por los compañeros de la Liga Obrera Revolucionaria, la Corriente Estudiantil Octubre, la Agrupación de Mujeres Pan y Rosas y las Sociedades Científicas de Antropología y Filosofía de la UMSA. El encargado de desarrollar el curso fue el economista Gastón Remy quien se desempeña como docente en la universidad de Jujuy-Argentina y es dirigente del Partido de los Trabajadores Socialistas de ese país.
Se analizó aquí el tomo uno del Capital, lo cual nos permitió acercarnos a conceptos, categorías y leyes fundamentales que explican cómo funciona el sistema capitalista y cómo es que la riqueza de una minoría (el 1% de la población mundial) se sostiene en el trabajo explotado de la gran mayoría. Pudimos ver desde una perspectiva científica las causas estructurales que determinan la desigualdad social y cómo es que el antagonismo entre las clases sociales es consecuencia de la propiedad privada sobre los medios de producción.
Retomar el estudio de la obra de Marx en general y de El Capital en particular, es de vital importancia ya que ello nos permite dotarnos de las herramientas teóricas necesarias para entender, entre otras cosas, el porqué de la crisis económica mundial que se abrió en los años 2007-2008. Comprender las razones de fondo que originan la crisis es prioritario, ya que esta se ha convertido en el factor determinante de los nuevos fenómenos políticos que se desarrollan hoy, no sólo en países dependientes como Perú o Bolivia, sino también en países imperialistas como EE.UU, Inglaterra o Francia. Tratar de entender, por ejemplo, el triunfo de Donald Trump, o el renacer del movimiento obrero en Francia, o el triunfo del Brexit en el Reino Unido, así como el fracaso de los gobiernos “post neoliberales” en América latina sin remitirnos a la crisis económica y por tanto al capitalismo, resulta insuficiente y estéril.
Pero como bien lo decía Marx, “de lo que se trata es no sólo de interpretar el mundo sino de transformarlo”, en ese sentido el Capital también es una fuente de inspiración política ya que pone de manifiesto la importancia de la clase trabajadora en el proceso de producción y reproducción de la riqueza. Esta obra cumbre de Marx nos demuestra palmariamente que los trabajadores y no el capital, son la columna vertebral del actual sistema económico. Ello nos lleva a entender que si queremos trascender el capitalismo en serio no podemos hacerlo al margen de la clase trabajadora o disolviéndola en abstracciones postmodernas muy de moda hoy en día como la gente, la ciudadanía o el pueblo. Tener claro esto es muy importante ya que los gobiernos de “izquierda” en América latina pretendieron hacernos creer que sin los trabajadores - como sujetos protagónicos - se podía diversificar la economía, disminuir la desigualdad e incluso edificar el “socialismo del siglo XXI”. La historia una vez más se encargó de poner las cosas en su lugar y hoy vemos cómo van terminando estos sectores: devorados por el gran capital y por las propias burguesías “progresistas” locales en las cuales se sostuvieron.
Si bien se va cerrando el ciclo del progresismo en nuestro continente, por el impacto de la crisis mundial, la polarización social se acrecienta con lo cual la posibilidad de construir alternativas políticas que estén a la izquierda del reformismo y el populismo está latente y es posible, como claramente lo demuestran la llegada de la compañera Bárbara Brito a la vicepresidencia de la histórica FECH en Chile, o el fortalecimiento del Frente de Izquierda y los Trabajadores en Argentina que este 19 de noviembre, estamos seguros, llenarán el estadio de Atlanta, así como la consolidación de La Izquierda Diario como uno de los referentes de prensa más dinámicos e influyentes de la izquierda anticapitalista en nuestro continente. Por tales motivos, hoy más que nunca, volver a Marx y al Capital se convierte en una urgencia política de primer orden.
