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Red Internacional
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Inflación. La inflación bate un nuevo récord en mayo y se sitúa en el 8,7%

La inflación bate nuevo récord en el mes de mayo. En este mes el IPC subió un 0,8% en relación al mes de abril y se sitúa en una tasa interanual del 8,7%.

Clara Mallo Madrid | @ClaraMallo

Viernes 10 de junio de 2022

Desde hace varios meses la inflación viene batiendo récords. Y mayo no ha sido una excepción. En este mes el IPC subió un 0,8% en relación al mes de abril. Comparativamente con mismo mes del año pasado (tasa interanual) asciende un 8,7%, 0,4 décimas más elevada que la tasa interanual de abril.

Abril fue una excepción en la escalada, pero la pequeña moderación del mes pasado no supuso ni mucho menos una vuelta a la normalidad en los precios. Por eso el ascenso de mayo parte de un nivel elevado de inflación.

Respecto a los productos que más elevan esta tasa a lo alto siguen siendo los carburantes y encarecimiento de los alimentos básicos como el aceite, el pan y cereales, el queso, los huevos y la carne. Sin embargo en estos dos últimos meses “se ha colado” un nuevo precio entre los primeros de la lista de los que más se encarecen, en este caso la restauración. El grupo que engloba los precios de hoteles, cafés y restaurantes se ha elevado en su tasa interanual de mayo un 6,3%, cinco décimas más que en abril algo que no explica totalmente con el encarecimiento de otros productos. Podemos intuir que hay sectores que especulan con la inflación y engordan sus precios escudados por la dinámica de alza general.

Sea como sea, la consecuencia de esta escalada de los precios supone una devaluación constante de los salarios. El año pasado el incremento salarial no pasó del 1,5% y en lo que va de año está en el 2,3%, quedado muy por detrás de la inflación. Esta situación desde hace tiempo es insostenible para muchas familias que ven como sus salarios no llegan.

Antes esta situación las burocracias de los grandes sindicatos CCOO y UGT no van a cambiar el modo en el que viene actuando desde que se desató la crisis a causa de la pandemia y las consecuencias posteriores golpeadas también por la guerra de Ucrania. Ante el enorme empobrecimiento de millones de trabajadores proponen negociar subidas salariales entorno al 2,5% en 2002. Algo totalmente insuficiente con la que está cayendo.

Por su parte el Gobierno a través de Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 dirigido por Podemos proponen un plan totalmente insuficiente que no llega ni a paliar las consecuencias más dramáticas de la crisis social en curso. Desde el Ministerio dirigido por Ione Belarra proponen prorrogar las medidas del actual escudo social, que a un mes de su finalización ya ha más que mostrado sus enormes límites..

Pero no solo eso. El ‘plan de choque’ de gasto público del Gobierno en el que se incluyen las medidas de escudo social dirigidas desde el ministerio de Belarra además de no paliar las consecuencias de la crisis terminarán repercutiendo negativamente sobre los trabajadores. La gran parte de estos fondos (el 62,5%, 10.000 millones) son destinados a créditos ICO, es decir, irán directamente a los bolsillos de los empresarios para facilitar sus negocios.

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Frente a la escalada de los precios y ante el servilismo de las burocracias sindicales que sostienen las medidas anti obreras de este Gobierno es necesario pelear por una inmediata subida de los salarios que recupere el poder adquisitivo perdido, con cláusulas revisables mes a mes para que estos suban de acuerdo con la subida de los precios. Pero esto no será suficiente, además hay que impedir la especulación sobre los precios que hacen algunos grupos empresariales como las grandes superficies, supermercados y empresas alimenticias o todo el sector hostelero que ante el boom turístico que se prevé en verano muy alentado por el turismo internacional, ya empieza a aumentar sus precios mientras se apoya en salarios de hambre. Para ello es necesario el control de precios bajo supervisión de comisiones de trabajadores y vecinos. Así como la expropiación sin indemnización de toda la industria energética bajo control de trabajadores y usuarios para garantizar el acceso a los suministros para las clases populares y la no especulación energética.

Son solo algunas medidas que pueden ayudar verdaderamente a empezar a enfrentar la fuerte crisis social que golpea sobre cada vez sectores más amplios de las clases populares.