Sin sorpresas, en una larga y opaca sesión donde se discutió el dictamen del oficialismo y varios de la oposición, fue aprobado el Presupuesto 2015 enviado por el Poder Ejecutivo Nacional que regirá durante el último año de gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. La ayuda para lograr el quórum esta vez fue aportada por los diputados del bloque radical y el PRO. Luego del debate y la aprobación, el proyecto fue girado al Senado, donde se espera sea sancionado en dos semanas.
Jueves 9 de octubre de 2014
La defensa del kirchnerismo del plan oficial no sorprendió: loas a la gestión económica de los últimos once años de Gobierno, el país de las maravillas al que el miembro informante Roberto Feletti (FPV) calificó como “un nuevo Estado de Bienestar”. Felettitambién afirmó que este Gobierno nunca impulsó Presupuestos que implicarán un “impuestazo a los más humildes”, ni llevó “al desmadre en la toma de deuda”.
La oposición mayoritaria no aportó sorpresas al debate. Apoyando sus argumentos en el “dibujo” de las estimaciones que se presentan con este presupuesto, también hicieron eje en la ficción que implica debido a la potestad que tiene el Poder Ejecutivo para reasignar partidas a su gusto, convirtiendo la ley en papel mojado. Pero el sentido de los argumentos de la oposición mayoritaria -salvo algunas excepciones- fue para criticar el “excesivo” gasto social del Gobierno, en un pedido sin tapujos por un mayor ajuste que el planteado por el oficialismo. Por ejemplo, los radicales, en boca de los diputados Miguel Bazze y Enrique Vaquié, protestaron porque el Presupuesto no da mejores condiciones para la inversión privada, Darío Giostuzzi (FR) se encargó de enarbolar la bandera de la exigencia de más recursos para seguridad, el PRO tampoco se olvidó de reclamar mayor seguridad jurídica y previsibilidad para las inversiones.
La izquierda no tuvo medias tintas en sus posiciones sobre el Presupuesto 2015. Nicolás del Caño, diputado mendocino del PTS en el Frente de Izquierda, denunció que se trata de un proyecto donde “no se contempla uno de los principales problemas tienen los trabajadores que son los despidos y las suspensiones. No hay medidas en defensa de los trabajadores, pero sí salvatajes para los empresarios, como sucede ahora en mi provincia con el caso de la empresa IMPSA. Todo el año discutimos en esta Cámara proyectos de salvatajes a los empresarios como la indemnización a Repsol o los beneficios para el biodisel y bioetanol, negocio de las aceiteras y los grandes ingenios. Para ellos sí esta cámara tuvo sesiones donde se votaron leyes que los favorecen al igual que este Presupuesto 2015”.
Además, Del Caño puntualizó que “nosotros decimos que este Presupuesto es un dibujo, pero lo que no tiene de dibujo este proyecto es la orientación hacia el ajuste y el endeudamiento. Es un planteo de profundizar la recesión y el ataque a los trabajadores. Por ejemplo, para la Asignación Universal por Hijo se destinan poco más de 24 mil millones de pesos, apenas un cuarto de lo que se destina al pago de los intereses de la deuda de un puñado de especuladores”.
Además Del Caño precisó que “el 40% de todos los gastos que nos propone el Gobierno para 2015 se lo llevan la deuda externa y los subsidios a los grandes empresarios como las petroleras y las empresas que concesionan los ferrocarriles, mientras que el 75% de los jubilados seguirá cobrando la mínima y ninguno recibirá el 82% móvil y el 40% de los asalariados no alcanza a percibir el ya magro salario mínimo, vital y móvil”
“Nos oponemos al discurso del oficialismo que habla de distribución del ingreso y plantea un presupuesto de ajuste y endeudamiento, y que dice que no habrá tarifazos que ya existen y están sintiendo todos los trabajadores en el gas, el transporte y las naftas. También nos oponemos a las salidas devaluacionistas que vienen desde la oposición para favorecer a los grandes empresarios y sojeros. Desde el Frente de Izquierda, junto con fortalecer las luchas contra los despidos como en Lear y Donnelley hemos presentado un proyecto para prohibirlos por dos años y otro para garantizar un salario mínimo para todos los trabajadores que no sea inferior al costo de una canasta familiar. Junto con ello hay que imponerles impuestos progresivos a los grandes empresarios, terratenientes y banqueros, no pagar la deuda externa y nacionalizar la banca y el comercio exterior para evitar la fuga de capitales. No puede ser que la mayoría de la recaudación recaiga sobre los bolsillos del pueblo trabajador mediante el IVA y el impuesto al salario, dos impuestos regresivos que hay que abolir", concluyó el diputado por Mendoza.
Por su parte, Néstor Pitrola (PO-FIT) también expresó su rechazo al proyecto oficial al que calificó de “dibujo ajustador y devaluacionista”. Y se preguntó: “¿de dónde saldrán los 12 mil millones de dólares para pagar la deuda? A diferencia de la oposición mayoritaria, para nosotros no se trata de una deuda que merezca un presupuesto a su medida sino de una deuda que merece su repudio y el castigo a sus responsables”.
Asimismo, Pitrola denunció “el curso de desvalorización monetaria donde las facturas la pagan los trabajadores y los contribuyentes. Planteamos la estatización de la banca y el monopolio del comercio exterior, que sería la vía para que el ahorro argentino pueda ser invertido en desarrollar la fuerza productiva del país y no vaya a la especulación, la fuga y el pago de la deuda”.
“Este Presupuesto es muy singular porque tiene exenciones a los capitalistas por 141 mil millones de pesos, que sumados a los subsidios directos e indirectos al capital, nos dan una clase capitalista ´contribuyente negativa´ como se la llamó en la Inglaterra de la Thatcher. Proponemos abrir los libros de contabilidad de las privatizadas, el repudio a la deuda externa, la nacionalización de la banca, un salario mínimo igual a la canasta familiar y 82 por ciento móvil para los jubilados”. Y cerró parafraseando una frase de Carlos Marx: “El único Estado barato lo vamos a garantizar los socialistas”.
A su turno Pablo López, diputado del PO/FIT por Salta también denunció que “se trata de un Presupuesto de ajuste, una aspiradora de fondos para pagar la deuda, subsidiar a los grupos empresarios y descargar la crisis sobre los trabajadores. Por ejemplo, el proyecto no plantea un porcentaje de aumento salarial para el año que viene y se va a un ajuste del salario de los trabajadores estatales. Además rechazamos los artículos que vienen de la época de Cavallo donde se congela la planta de personal, cuando hay miles de precarizados en el Estado. Todo el peso impositivo está puesto sobre las espaldas de los trabajadores”.