Darío Richarte renunció ayer a su cargo como segundo del rector de la Universidad de Buenos Aires. Fue fuertemente cuestionado por haber pertenecido a la SIDE durante el gobierno de De la Rúa y defender al vicepresidente Amado Boudou y otros funcionarios oficialistas acusados de enriquecimiento ilícito.
Jueves 19 de marzo de 2015
Asumió como vicerrector de la UBA en el 2014, secundando al ex decano de Ciencias Económicas Alberto Barbieri. La noticia fue un escándalo, repudiado y denunciado por los centros de estudiantes sobre su pasado en la SIDE durante el gobierno de la Alianza. Ocupó un puesto estratégico como segundo de la Secretaría de Inteligencia, lo que lo involucra directamente a la represión del 19 y 20 de diciembre de 2001 en la que murieron 40 personas.
El año pasado se realizaron jornadas de clases públicas con cientos de estudiantes en las facultades de Psicología, Sociales y Filosofía y Letras, impulsadas por los centros conducidos por el Frente de Izquierda y aliados. Varias campañas fueron llevadas adelante por los jóvenes de los centros de estudiantes de la UBA.
También hubieron varias acciones en facultades como FADU, Derecho y Económicas, donde se repudiaba a Richarte y a cualquier vinculación de los servicios de inteligencia con la UBA.
La “guerra de servicios” que trascendió a raíz de la muerte del fiscal Nisman, destapó la interna entre los servicios de inteligencia y el Poder Judicial, donde Antonio “Jaime” Stiuso aparece como un gran operador durante la década kirchnerista para resguardar a funcionarios, junto a la defensa a cargo del estudio Pirotta-Richarte.
Frente a la vinculación de Stiuso con Richarte, y de los servicios de inteligencia con las irregularidades en la causa AMIA que llevan a la actual impunidad por el atentado, los centros de estudiantes empezaron a reclamar la inmediata destitución del vicerrector.
Sin embargo en la UBA pudo mantenerse en su cargo debido al acuerdo entre radicales, macristas y kirchneristas. A instancias de los centros de estudiantes, la juventud del PTS como parte de la mayoría estudiantil en los consejos directivos de Sociales y Filosofía y Letras presentó la resolución que salió favorablemente exigiendo la inmediata remoción del vicerrector.
La noticia posterior sobre un pedido de licencia de Richarte por 90 días no logró aplacar las denuncias, sino que se acrecentaron. Organismos y personalidades de derechos humanos sumaron su apoyo denunciando al aparato de inteligencia nacional como fundamental para perpetrar el terrorismo de Estado, así como su actual rol persecutorio a luchadores sociales.
De la licencia a la renuncia
Richarte asume su cargo de vicerrector en la UBA por el acuerdo entre la UCR -corriente en la que nace a la vida política con la Franja Morada de Derecho- y el PRO que respalda el actual rector Barbieri. Sin embargo las fricciones sucedidas dentro de la UCR por su alianza nacional con el PRO, que ya están dividiendo aguas en la UBA, probablemente tengan relación con esta decisión de bajar el perfil de uno de sus arietes predilectos para unir al panradicalismo, macristas y massistas con el kirchnerismo.
Las gestiones de las facultades que responden al kirchnerismo sostuvieron ese acuerdo a su vez, transcurriendo todo un año sin denunciarlo hasta la fecha ni siquiera pronunciarse, ya que si pueden sostener a un genocida como Milani frente al Ejército, un ex SIDE en la UBA no es ninguna contradicción.
El hecho de que Richarte deje su cargo mediante su renuncia, y no sea destituido por el Consejo Superior frente a los reclamos elevados por las Facultades de Sociales y Filosofía y Letras, muestra que ese pacto no se ha roto, sino que buscan desarticular el escándalo para evitar cuestionamientos más duros que con el licenciamiento no lograron aplacar. De hecho en la carta de renuncia agradece el apoyo mayoritario de quienes lo defienden: decanos profesores y graduados.
Los grandes negociados que tiene José Luis Giusti en Economicas, Pinto desde Derecho buscando candidatearse a la Corte, el ahogo presupuestario que mantiene Rodolfo Barbieri con De Vido, y el avance en la privatización de la educación pública son los intereses que los unen para mantener un régimen antidemocrático, que deja por fuera de las decisiones a la mayoría de docentes, no docentes y estudiantes de la UBA.
Darío Richarte fue la expresión a nivel universitario del rumbo derechista que ha tomado el Gobierno nacional y de sus planes de ajuste, para lo cual necesita avanzar en la criminalización de la protesta social, como vimos en los cortes de la panamericana de los trabajadores de LEAR.
Las camarillas que se mantienen en el cogobierno universitario intentan desligar
responsabilidades con esta renuncia, que será sometida a la aceptación del Consejo Superior el próximo miércoles, donde mantienen el control mayoritario.
Para finalizar, Cecilia Mancuso Consejera Directiva de Sociales por la mayoria estudiantil, militante de la Juventud del PTS declaró: "Este logro es un paso más para acabar con la impunidad de ayer y de hoy. La única manera de terminar con esta situación es mediante la organización y movilización de los estudiantes y docentes que demostró poner en jaque al vicerrector, buscando acabar con sus abultados sueldos para que todos los funcionarios cobren lo mismo que un docente, y avanzando en la mayoría estudiantil en el cogobierno".