Una generación en disputa frente restablecimiento de las relaciones diplomáticas de Estados Unidos con Cuba y los legados de la revolución del 59.
Viernes 23 de enero de 2015
Fotografía : Taringa
Cada estudiante empieza su día escolar en el patio de la escuela con estas palabras: "Pioneros por el comunismo, seremos como El Che’’. Veamos qué tan cerca de ésta frase se encuentra la conciencia de una generación que no solo no vivió el alzamiento del pueblo en armas contra la burguesía nacional de Batista, sino que también creció y se formó bajo un régimen policíaco donde por ejemplo las libertades sexuales, están condenadas.
Según un estudio realizado por un grupo de investigadores del Instituto Cubano de Investigación Cultural Juan Marinello, informa que luego de los años 90 las aspiraciones de los universitarios se ven marcadas por cuestiones individuales y no por ambiciones sociales. En los años 80 las aspiraciones sociopolíticas ocupaban el tercer lugar en importancia en la conciencia de la juventud, luego de la familia y la superación en términos generales, después en los 90´s esto se ve reducido al sexto lugar y ya en el 2000 no aparece ni siquiera en la lista de los 7 elementos subjetivos más importantes de la juventud.
Ante la consulta de un periodista español sobre qué significa para la juventud el Che en la actualidad, Yotuel Romero, cantante del famoso grupo de Hip-Hop cubano Orishas, dijo que “Ahora los jóvenes no siguen pensando en que el Che es un ejemplo a seguir, están viviendo el día a día, están más preocupados en cómo poder resolver su futuro, cómo estudiar para poder llegar a ser un buen doctor, músico o deportista, creo que están más enfocados en eso”.
El pueblo cubano, desde sus comienzos enfrentando al imperialismo
Desde su independencia conquistada en 1902, el pueblo cubano tuvo que pelear contra la injerencia de los EEUU, levantándose contra una cláusula que quiso imponer el imperialismo yanqui que le imponía a la Isla el derecho de EE.UU. a intervenir en sus asuntos internos.
Desde 1960 el imperialismo norteamericano ejerce un criminal bloqueo económico contra la Isla. A partir de 1962 el embargo fue total y en 1992, luego de la caída de la URSS, el bloqueo se convirtió en ley. El objetivo estratégico era provocar la caída del régimen cubano. Esta política aisló a Cuba del mundo y significó atravesar un período de condiciones precarias para la vida del pueblo obrero y campesino. Pese a ello, el conjunto de la población cubana tuvo enorme conquistas luego de la revolución. Un año antes de la revolución, el 57 por ciento de la población era completamente analfabeta. Un año después, la matrícula en escuelas elementales había aumentado hasta un millón de alumnos. La tasa de mortalidad infantil descendió del 42 por ciento en los años 60´s al 7,2 por ciento a partir del 2.000. Se transformaron en derechos básicos el acceso a la educación universitaria, el derecho al aborto, las clases de educación sexual desde la escuela primaria, el acceso gratuito a la salud, y la redistribución de la tierra en manos de los campesinos, entre otras. La revolución cubana y la figura del Che fue para los jóvenes de los años 60’s y 70´s una gran chispa que despertaba a nivel internacional la idea de acabar con la bota opresora del Imperialismo yanqui y pelear por un sistema sin explotadores.
Al poco tiempo de conquistar estos derechos elementales, se empezó a asentar en Cuba una burocracia que comenzó a concentrar en pocas manos el poder del Estado. Ni la juventud, ni las mujeres, ni los trabajadores contaban con organismos de autorganización (como lo habían sido los Soviets en Rusia) para poder discutir hacia dónde trazar los senderos de la revolución. Es así que el pueblo que peleó con uñas y dientes por arrebatarle el poder a Fulgencio Batista, al poco tiempo se vio encerrado en un aparato burocrático que digitaba sin consulta alguna los lineamientos del Estado.
Las decisiones no las toma el pueblo, sino una casta burocrática que quiere enviar al basurero de la historia los triunfos de la revolución. Al no contar con una estructura de consejos, o alguna manera de autorganización, la clase obrera y la juventud cuentan con un límite estratégico que explica por qué el Estado cubano surgido de la lucha por la liberación no peleó por la revolución latinoamericana sino que con el tiempo se transformó en una nueva mediación que se levanta contra la misma. Sumado al bloqueo antes mencionado, más el avance del capitalismo en Rusia (que era su principal aliado) comenzaron a tomar mayor fuerza las medidas de apertura sobre todo las relacionadas con el turismo.
La juventud cubana en la encrucijada. ¿Quién defenderá las conquistas de la revolución?
El problema de las concepciones en la juventud cubana no se debe sólo a una cuestión generacional como decimos al principio. El régimen castrista desde sus comienzos ha perseguido a todo aquel que sea gay, lesbiana y travesti, con lo cual el problema de las libertades democráticas se ve coartado. Aunque en la actualidad Mariela Castro, hija de Raúl haya hecho una autocrítica y estén teniendo una política de apertura a las libertades sexuales, aún el machismo y la represión siguen existiendo en la práctica, producto de la consolidación de la persecución a mediados de los sesenta con la stalinización del régimen. A su vez el capitalismo a nivel mundial ha logrado con perfecta inoculación sembrar la idea de “libertad” y establecer así una pantalla de igualdad. En Cuba muchas libertades fueron negadas y eso es caldo de cultivo del discurso imperialista. Pero a su vez el imperialismo utiliza demagógicamente las banderas democráticas unidas a la idea del libre mercado, y convenció de ello a un gran sector de la juventud, como demuestran las estadísticas antes citadas.
Los socialistas revolucionarios bien sabemos que bajo el régimen burgués las libertades conquistadas son arrancadas con la lucha, pero que en el fondo reina la dictadura del capital. Mientras sigan existiendo explotadores y explotados es irrealizable la idea de conquistar la completa libertad.
En Cuba, por más que haya habido una revolución, se dio una combinación particular. Al tener la Iglesia y la creencia religiosa en general un peso muy importante en la sociedad, se han conquistado derechos fundamentales como el aborto, pero no la igualdad sexual. El escritor Leonardo Padura ha hecho a través de su novela policial Máscaras una muy buena síntesis de lo que significa ser travesti en Cuba, donde el policía que investiga la muerte de un travesti hijo de un funcionario del régimen se entromete en el mundo de los homosexuales cubanos para transmitir al lector el nivel de clandestinidad y represión con el que debe vivir un sector brutalmente excluido.
El ahogo de las libertades democráticas e individuales del pueblo cubano y al atraso estructural que implicó la gestión burocrática combinado con la doctrina del socialismo en un solo país no permitió que Cuba fuera trinchera de la lucha revolucionaria internacional, y claramente tampoco que surja un sector que por izquierda pueda plantear una alternativa. Frente a ello los socialistas revolucionarios debemos plantear plenas libertades políticas e individuales para el pueblo y las fuerzas anticapitalistas que pelean por no perder las conquistas, junto con la planificación democrática de los recursos y la economía.
La pelea por no perder las conquistas y decidir sobre sus propios destinos
Sin embargo, no todo parece estar guiado hacia un callejón sin salida. El mismo estudio citado al principio de la nota, informa que: “La adscripción formal a organizaciones políticas se ha mantenido elevada, incluso creciente. Paralelamente se comienza a manifestar a partir de la década de los 90, un aumento de la criticidad hacia el funcionamiento de estas organizaciones por parte de la propia juventud en cuanto a su participación social”. Los únicos interlocutores con las políticas estatales son el presidente de la Federación de Estudiantes Universitarios y Secretario General del Comité de Base de la Unión de Juventudes Comunistas. Podemos pensar siguiendo éste parámetro que puede surgir un sector de jóvenes que no quieren perder el acceso a las universidades ni a la salud y que por esa vía cuestionen al conjunto de las entregas que está negociando Raúl Castro con las empresas estadounidenses. Los nietos de la revolución puede que no sean sólo los que muestra la CNN informando que lo único que desean es un celular de alta gama.
Hay un sector que es el más alentado por los medios que propugna la ideología de que la única manera de progresar es de manera individual, alentando la competencia e imponiendo la “necesidad” del consumo capitalista, otro sector que es el dirigido por la juventud del PC que quiere engañar a los jóvenes y trabajadores diciendo que la “apertura” fortalecerá a la economía pero que no se volverá al capitalismo. Es necesario frente a estas dos tendencias que surja un sector que apueste a defender las conquistas de la revolución que llevaron adelante sus abuelos, que sepa que no se puede confiar en el imperialismo yanqui, opresor desde los comienzos de la liberación del pueblo cubano, que a la vez sea cuestionador de la burocracia castrista planteando entre otras cuestiones una profunda crítica por izquierda a la prohibición de la libertad de expresión. En esta nueva situación donde efectivamente la Iglesia y objetivamente el Imperialismo tendrán sus propios canales de expresión será necesario que los trabajadores, las mujeres y la juventud que no estén dispuestos a retroceder de sus conquistas puedan luchar por tener sus propios medios de expresión junto con la plena libertad de organización política, en perspectiva de luchar internacionalmente contra el capitalismo, y que no sean tildados de contrarrevolucionarios, como lo hizo el stalinismo en la URSS con la oposición trotskista.