En el 2017 el 29 % de las personas de entre 18 y 24 años firmaron un contrato de alquiler o estuvieron buscando un piso. En lo que llevamos de año tan solo un 15 % ha podido hacerlo. Entre los que tienen de 25 a 35 años la proporción ha pasado del 28 % al 19 %.

Jacobo A. García @Jacobscarface
Jueves 24 de mayo de 2018
Foto: EFE
Una subida en los precios del alquiler inasumible para la juventud.
Los datos que reseñamos en la entradilla de este artículo son del último informe de tendencias presentado por el portal inmobiliario Fotocasa. Así pues, los jóvenes serían los más perjudicados por el aumento de precios.
En Galicia los alquileres han subido una media de 7,8 % en el último año, situándose el precio ahora en 5,7 euros/metro cuadrado. Se trata de una subida que excede con mucho la que han experimentado los salarios. De hecho, como decíamos en otro artículo, se podría decir que los salarios de la mayor parte de los gallegos han bajado durante la crisis, siendo la inflación una de las más altas del Estado español.
Tomando como referencia la última encuesta de coste laboral del Instituto Nacional de Estadística, con datos muy cuestionables (aumento del sueldo base en un 2,8 %), la subida de los alquileres triplicaría la de las nóminas. En Vigo los alquileres suben un 14 %, mientras los salarios crecen un 3 %, según el INE. En todas las grandes ciudades la subida supera el 10 % y en Coruña llega al 13 %.En todas estas ciudades los alquileres suben 5 veces más que los salarios, siempre si nos fiamos de los datos oficiales que en verdad tapan una verdadera rebaja salarial.
En el conjunto del Estado, los precios habrían subido un 18 % según Idealista, y los salarios un 0,5 %, según el cálculo del INE. Un subida 36 veces mayor. Una situación, que según las propias inmobiliarias tiene visos de empeorar este verano.
En junio vencen los últimos contratos firmados con la anterior ley del alquiler, lo que permitirá a los propietarios aumentar las rentas o buscar nuevos inquilinos en las actuales condiciones de mercado. Además, la demanda de pisos de estudiantes de cara al siguiente curso, en una situación con menos pisos disponibles, seguirá aumentando los precios.
Las causas de esta burbuja
Una de las principales causas de esta nueva burbuja inmobiliaria, es que se ha reducido el número de inmuebles para arrendar, ya que muchos propietarios prefieren ganar más dinero alquilando a turistas en plataformas como Airbnb.
Además, han surgido fondos de inversión que perdieron su interés en el mercado hipotecario con la crisis, y ven un excelente nicho de negocio en la compra de vivienda para alquiler. Lo que ha hecho que aumente el precio de la vivienda en el mercado de compraventa también, hasta situarse en niveles pre-crisis en ciudades como Madrid o Barcelona.
Esto también ha provocado que ya casi no haya vivienda nueva a la venta. Según la Sociedad de Tasación en Madrid capital solo hay 113 inmuebles terminados a la venta. Son un 3,7 % de la oferta total de obra nueva que se comercializa, ya que el resto de los 3.067 pisos disponibles están en fase de contrucción (31 %) o ni siquiera se han iniciado (65,3 %). En Barcelona se pueden encontrar en el mercado 156 viviendas ya rematadas y otras 884 que están en obras. En el caso gallego, la Federación Gallega de Empresas Inmobiliarias (Fegein) afirma que en la actualidad hay solo 3.500 viviendas para alquilar en los municipios gallegos más poblados, la mitad de las disponibles en agosto.
Todo esto mientras los bancos rescatados durante la crisis siguen desahuciando gente, y tienen en su poder una gran parte de las viviendas vacias. Ha quedado claro que la “recuperación” económica de la que habla el gobierno se ha hecho a costa del sudor del conjunto de la clase trabajadora y los pueblos del Estado español. Una década de recortes sociales, bajada de salarios y poder adquisitivo, millones condenados a la pobreza, al paro y la emigración, sólo está sirviendo para volver a enriquecer a especuladores y empresarios.
¡Basta de especulación! ¡Por una vivienda digna para la juventud y el conjunto dela clase trabajadora!
No podemos tolerar esta situación por más tiempo. Para alcanzar un derecho tan básico como es el de la vivienda, es necesario expropiar los pisos vacíos a los bancos, para realizar un parque público de viviendas a un precio asequible para todos. Asimismo, es necesaria la subida del salario mínimo a al menos 1500 euros al mes y la reducción de la jornada laboral para acabar con el paro. Así como la creación de un subsidio de desempleo permanente de más de 1000 euros para aquellas personas en paro. Pero para conseguir todas estas demandas necesitamos organizarnos.
Desde cualquier punto de vista racional es inconcebible que la juventud tengamos que resignarnos a trabajar más y cobrar menos, a ver nuestras condiciones de vida reducidas al extremo. Es inconcebible cuando vivimos en un mundo con más que suficientes “techos”, más que suficientes productos y avances tecnológicos. Es por ello que tenemos que luchar contra esta indecente acumulación de la propiedad en un puñado de manos, y contra la consecuente desigualdad y precariedad que estamos soportando. Y no podemos conformarnos con recuperar con lo que teníamos antes de la crisis. Antes de la crisis mucha gente también vivía en condiciones de pobreza.
Las condiciones materiales actuales nos permitirían realmente vivir en abundancia, trabajar menos y mejor, acceder a una vivienda digna, vivir más tiempo y satisfacer todas nuestras necesidades. Disfrutar de nuestro tiempo libre y desarrollar todas nuestras potencialidades. Estos son los derechos que nos están negando un puñado de capitalistas, banqueros y especuladores. Es por ello que nos organizamos en la agrupación anticapitalista, feminista y revolucionaria “Contracorrente” en Galiza, y Contracorriente en el resto del Estado. Porque defendemos que juntos, la clase trabajadora, las mujeres y la juventud, poniendo hincapié en la movilización social y en la lucha de clases, podremos conquistar todos los derechos, todas las necesidades, cambiando el mundo de base. Porque aunque quieran llamarnos así, no somos la generación perdida, si no la generación que lo tiene todo por ganar.

Jacobo A. García
Vigo