La lira turca de depreciaba 5% este viernes tras la noticia de que la justicia le negaba la libertad al pastor evangélico estadounidense reclamada por Trump y la amenaza de nuevas sanciones.
Juan Andrés Gallardo @juanagallardo1
Viernes 17 de agosto de 2018 13:51
La golpeada lira turca cayó un 5 por ciento este viernes, después de que un tribunal rechazara la apelación de un pastor evangélico estadounidense detenido, un día después de que Washington advirtió de nuevas sanciones económicas si Ankara no lo libera.
La divisa turca ya ha perdido casi un 40 por ciento de su valor frente al dólar este año, afectada por la disputa diplomática y la alarma de los inversores sobre la influencia del presidente Tayyip Erdogan en la política monetaria.
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De fondo existe el temor de parte de los acreedores europeos de la deuda turca por el nivel de morosidad de la misma. Algunos ya empiezan a pensar que sería impagable, lo que desata el pánico generalizado.
El temor no es infundado, en el caso de Turquía esta burbuja ha vuelto a su moneda especialmente susceptible a las variaciones y presiones internacionales, ya que su deuda se estima en cerca de 200.000 millones de dólares, lo que representa el 50% del PBI. A esto se suma la suba de tasas de interés en Estados Unidos y el fortalecimiento del dólar. Estos factores convierten a la deuda turca en una bomba de tiempo, que implica más del doble de sus reservas.
En esto Turquía no está sola, la acompañan un grupo de países que siguen el mismo patrón y cóctel explosivo como Argentina, México, Chile e Indonesia. No por nada varios de esos países han venido sintiendo el efecto contagio sobre sus monedas.
De inversiones y pastores
El presidente Erdogan intentó en los últimos días mostrar fortaleza con una serie de medidas que incluyeron el anuncio de inversiones de Qatar por 15.000 millones de dólares y una conferencia con inversores con el objetivo de atraer divisas.
No hay ningún misterio en que en medio de una crisis los inversores y fondos buitre busquen activos tóxicos o bienes depreciados para hacer una diferencia a costa de la economía local. En todo caso los objetivos de los inversores apadrinados por Erdogan estarían reñidos con los intereses soberanos del Turquía.
Esto explica parcialmente la caída de este viernes, ya que la crisis cambiaria ha profundizado las preocupaciones sobre la debilidad de la economía en general, particularmente la dependencia de Turquía de las importaciones de energía y si los niveles de deuda en divisas extranjeras presentan un riesgo para el sector bancario. Esto último pudo más que la propaganda gubernamental de los últimos días sobre un shock de inversiones que parece poco realista.
Al oscuro panorama, se suma que el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steven Mnuchin, dijo al presidente Donald Trump en una reunión de gabinete el jueves que nuevas sanciones estaban listas para aplicarse si no liberan al pastor evangelista, Brunson.
Trump dijo por la tarde del jueves en un tuit que Estados Unidos "no pagará nada" por la liberación de Brunson, "¡pero vamos a reducir los gastos en Turquía!". Asimismo, calificó al pastor como "un gran rehén patriota", lo que preparó el terreno para la sacudida monetaria de este viernes.
Turkey has taken advantage of the United States for many years. They are now holding our wonderful Christian Pastor, who I must now ask to represent our Country as a great patriot hostage. We will pay nothing for the release of an innocent man, but we are cutting back on Turkey!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 16 de agosto de 2018
El caso de Brunson ganó relevancia en Estados Unidos tras la insistencia de la American Center for Law and Justice (ACLJ), un grupo conservador cristiano con importantes lazos con la Casa Blanca y que cuenta como su principal asesor legal con Jack Sekulow, uno de los abogados del presidente estadounidense, Donald Trump.
Todo indica que Erdogan debería tomar nota de que Trump está en plena cruzada hacia las elecciones parlamentarias de octubre. Eso implica que a la lluvia de aranceles, que tan buen resultado le está dando entre su base electoral, le acaba de añadir la lucha por la liberación de Brunson. Parece difícil entonces que el pastor se pueda convertir en la prenda de negociación para frenar el desplome económico.
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Juan Andrés Gallardo
Editor de la sección internacional de La Izquierda Diario