Los trabajadores de la avícola que Macri puso como ejemplo de que "sí se puede", resisten desde el 2014 contra los despidos.
Juana Galarraga @Juana_Galarraga
Lunes 28 de mayo de 2018 07:59
La primera nota publicada en La Izquierda Diario sobre el conflicto de Cresta Roja, data de septiembre de 2014. Junto con la lucha de los Indomables de Lear, es uno de los primeros conflictos obreros que se cubrieron desde este sitio. “La verdad de lo que pasa en Cresta Roja” se titula el artículo.
Los trabajadores enfrentaban el plan de despidos de la patronal, el Grupo Rasic Hnos. Soportaban ritmos de producción extenuantes y eran castigados por “estar rotos”. Ya había entre 200 y 300 empleados menos de los que se necesitaban para procesar 200.000 pollos por día. Las primeras medidas de lucha surgieron como respuesta al atraso en los pagos de las quincenas, por un bono de $2000 adeudado y contra las condiciones de trabajo deplorables.
Pasaron más de tres años. Sin embargo, esta semana obreros de la avícola salieron nuevamente a las calles en defensa de su fuente laboral. El miércoles se manifestaron frente al Ministerio de Trabajo y luego participaron de la Marcha Federal Docente. El jueves protestaron en Plaza de Mayo, donde recibieron el apoyo de Madres como Nora Cortiñas y Mirta Baravalle.
Los trabaj de Cresta Roja estuvieron reclamando en el ministerio de trabajo por sus puestos laborales acompañados de una delegación de docentes de la Marrón, para luego participar de la Marcha Federal.
Mira las fotos de la unidad de la clase trabajadora pic.twitter.com/8phjvWWkK3
— La Marrón Suteba PBA (@MarronSuteba) 23 de mayo de 2018
Hoy, los trabajadores de #CrestaRoja, en lucha por sus puestos laborales, recibieron la solidaridad y el apoyo de las Madres de Plaza de Mayo. pic.twitter.com/btQM476C3k
— Movimiento de Agrupaciones Clasistas (@MAClasistas) 24 de mayo de 2018
Paso al ajuste
En 2014 el grupo Rasic avanzaba con un plan de despidos y lock-out. Contaba con el apoyo del gobernador Scioli y su ministro de Trabajo, Oscar Cuartango. El ministro de Seguridad provincial, Alejandro Granados, puso la fuerza del aparato represivo al servicio de la patronal y militarizó la planta de Ezeiza con la Policía Bonaerense, ante las medidas de lucha adoptadas por los obreros. Además Granados intervino en el conflicto de forma inédita. El Ministerio de Seguridad propició la firma de un acta de "paz social" que perjudicaba a los trabajadores, sobre todo a los que tenían licencias por enfermedad. El mismo Granados encabezó reuniones con el sindicato y los despedidos. Similares "gestiones" realiza actualmente su hijo Gastón Granados, jefe de gabinete del municipio de Ezeiza.
Alejandro Granados, “el mata guachos”, es intendente de Ezeiza desde 1995. Pidió licencia de este cargo para asumir como ministro en 2013. Actualmente sigue al frente del municipio y tiene una relación cercana con la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal. No ha emitido palabra sobre la situación de los trabajadores de Cresta Roja. Granados hubiera sido ministro de Defensa del gabinete de Scioli en caso de que ganara las elecciones en 2015.
El conflicto de Cresta Roja empezó a escalar en los tiempos en que el proyecto del kirchnerismo evidenciaba sus límites y daba paso al ajuste con la candidatura de Scioli y un gabinete con personajes como Granados, como salida para “enfrentar a la derecha”.
¿Sí se puede?
En abril de 2016 Mauricio Macri y la gobernadora recorrieron la planta de Cresta Roja en Monte Grande. Los acompañó el intendente de Esteban Echeverría, el peronista Fernando Grey. "Que Cresta Roja esté funcionando tiene que ver con esta nueva etapa de la Argentina. Hoy más de 1.000 personas han vuelto a trabajar en esta planta y van a ir multiplicándose de a cientos en los próximos meses", afirmó el presidente. Vidal sostuvo que Cresta Roja "es un símbolo de que sí se puede". El discurso oficial todavía auguraba el crecimiento del empleo y la llegada de las inversiones. La avícola se estaba reactivando, luego de que los trabajadores pelearan durante mucho tiempo para no quedar en la calle.
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El siguiente repaso permite ver la persistente pelea de estos años:
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La segunda vez que el presidente y la gobernadora pisaron la empresa fue un mes después, para anunciar el veto a la ley antidespidos. “Quise volver acá porque esta es una demostración de cómo tenemos que trabajar” dijo Macri.
Sobre aquella segunda visita, un obrero entrevistado por este medio poco después, relató que “cuando Macri fue a Cresta Roja para vetar la ley los trabajadores despedidos estábamos afuera. Adentro pusieron a los encargados y jefes; Macri dijo que entraban de a cientos a trabajar, pero es mentira. Dijo que el día 7 estaríamos todos trabajando y también es mentira, porque más del 70 % del personal está afuera”.
Tras los globos
Faltaba poco para las fiestas de diciembre de 2015. Cambiemos recién había asumido. Los trabajadores de la avícola protagonizaban un corte parcial en las inmediaciones del aeropuerto de Ezeiza, sobre la autopista Ricchieri. La ministra de Seguridad Patricia Bullrich, aseguró que su plan era terminar con los piquetes y desató sobre ellos una brutal represión. La jornada fue uno de los primeros ensayos del protocolo antipiquetes que intentó implementar Cambiemos para reprimir la protesta social.
Actualmente la imagen del Gobierno, incluso la de Vidal, ha caído estrepitosamente. Ya no es posible hacer discursos con grandes promesas de reactivación ni mucho menos de crecimiento del empleo. El oficialismo ya no tiene margen para afirmar livianamente "sí se puede". La crisis desatada por los tarifazos, la corrida del dólar, la vuelta del FMI y la necesidad del Gobierno de hacer pasar el ajuste, encuentra a los obreros de Cresta Roja todavía en la calle.
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El miércoles 16 de mayo la Policía y Gendarmería volvieron a reprimir a los trabajadores de Cresta Roja. La nueva patronal planea dejar afuera a cientos de trabajadores. Los que fueron reincorporados hace meses que no cobran y trabajan en condiciones de extrema precariedad, con contratos de meses y sin que se les reconozca la antigüedad. A quienes ya firmaron el acuerdo avalado por la Justicia, les prometieron el pago miserable de $10.000 mensuales pero ni siquiera les pagaron eso, sino $4.000.
A la altura
El Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (STIA) que nuclea a los trabajadores de Cresta Roja les ha dado la espalda a lo largo de este proceso. De hecho, si bien no firmó el plan operativo que presentó Granja Tres Arroyos, tampoco hizo nada para impedir que la patronal avanzara en la búsqueda de acuerdos individuales con los trabajadores que no son reincorporados. Por otro lado, nunca llamó a un paro del sector avícola. Mientras los obreros peleaban por defender sus puestos, se faenaban los pollos en otras plantas o se envolvían con la bolsa de Cresta Roja en la planta de Pilar de Granja Tres Arroyos o en Coto.
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En el acto convocado en el Obelisco por movimientos sociales, sindicatos y organizaciones afines al kirchnerismo de este viernes 25, Pablo Moyano (Camioneros) mencionó ante los medios la necesidad de defender a los trabajadores en lucha como los del hospital Posadas, el INTI y Cresta Roja. El sector que impulsa con Palazzo (bancarios) y con las CTA, se ubica discursivamente como un ala más combativa de la dirección sindical. Sin embargo, son tan responsables como los “Gordos” y los “Independientes” que hoy están al frente de la CGT de que el ajuste haya llegado hasta donde llegó en estos años de gobierno de Cambiemos.
El paro general que tanto posterga la dirigencia sindical, solo le será impuesto con la organización, la coordinación de los sectores en lucha y la exigencia continua desde los lugares de trabajo.
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Los obreros de la avícola Cresta Roja siguen en pie de lucha enfrentando la represión y los despidos después de más de tres años. Es necesario rodearlos de la más amplia solidaridad y generar la coordinación con los demás sectores en lucha. Su situación, así como la de los trabajadores del subte y la docencia neuquina, exige que las conducciones sindicales y los sectores que se pronuncian contra el ajuste de Cambiemos, tomen medidas de lucha reales y a la altura.