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Red Internacional
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Tribuna Abierta. La lucha de las mujeres trabajadoras de hogares privados en el Perú

Reproducimos la entrevista realizada por Eleonora Roldán Mendívil* a Leddy Mozombite Linares, Secretaria General de la Federación Nacional de Trabajadoras y Trabajadores del Hogar del Perú (FENTTRAHOP) que comparte su lucha por conquistar derechos desde su sindicato para las trabajadoras de hogares privados. Esta entrevista fue publicada originalmente en alemán en el diario “Junge Welt” el 2 de agosto de 2019.

Sábado 10 de agosto de 2019

"No estamos pidiendo un favor, estos son nuestros derechos como trabajadoras"

¿Qué es el FENTTRAHOP?

La FENTTRAHOP es una federación sindical, afiliada a la central CGTP [Confederación Nacional de Trabajadores del Perú], que representa a 11 sindicatos a nivel nacional de trabajadoras y trabajadores del hogar. Actualmente, dos sindicatos, de Ayacucho y Tacna, se están uniendo a nuestra federación. Representamos a 2.800 trabajadoras y trabajadores, la gran mayoría mujeres, en todo el país. Sin embargo, también estamos discutiendo la necesidad de dividir nuestro trabajo local en Lima por distritos, porque Lima es muy grande y desafortunadamente llegamos a muy pocas hermanas. Por supuesto que ya es un gran logro estar organizada en nuestro sector. Y poco a poco se nos menciona en los grandes periódicos y en la televisión del Perú. Pero eso solo no es suficiente.

¿Cuáles son sus temas centrales?

Luchamos por la organización de las trabajadoras y los trabajadores en hogares privados y contra la informalidad. Queremos tener iguales derechos en las mismas condiciones que los demás trabajadores en el Perú, incluida una jornada laboral de ocho horas y contratos por escrito. Desafortunadamente, es normal en Perú que no tengamos contratos ni horarios fijos de trabajo. Esto es especialmente problemático cuando las mujeres viven en las casas donde trabajan. Una trabaja básicamente las veinticuatro horas del día y también debe estar disponible por la noche. Y la mayoría de las compañeras, como yo, comienzan a trabajar de niñas. Niñas de sólo 6 o 7 años ya están encargadas de tareas domésticas. Por lo tanto, se trata de condiciones de trabajo imposibles. A menudo se dan privaciones arbitrarias del salario y también situaciones de violencia física y sexual. Sin organizarnos en el sindicato, estamos aisladas y completamente abandonadas.

¿Por qué está luchando FENTTRAHOP actualmente?

Somos parte de una mesa de diálogo del Ministerio de Trabajo en relación con el trabajo en hogares privados y también del Congreso de la República, Ministerio de Justicia y Derechos Humanos para conseguir una nueva Ley en concordancia con el Convenio 189. Porque la Ley actual No. 27986 sobre el Reglamento de las Trabajadoras en Hogares Privados está en vigor desde 2003 y sus normas apenas se aplican. También estamos solicitando la creación de un grupo de trabajo para garantizar la aplicación del Convenio Internacional sobre el Trabajo Decente para los Trabajadores Domésticos, Convenio No. 189, de la Organización Internacional del Trabajo, en el Perú. El gobierno peruano ratificó esta Convención del 2011 el año pasado, pero aún están por verse resultados concretos. La FENTTRAHOP somos parte de la historia de este acuerdo internacional, ya que estuvimos en Ginebra en 2010 y 2011 para presentar nuestras experiencias y perspectivas como trabajadoras domésticas. Esta convención obliga a los estados respectivos a desarrollar nuevas leyes con las directrices correspondientes. Esto aún no ha ocurrido en Perú porque la ley actual es discriminatoria.

¿Por qué es discriminatoria?

Nosotros, como trabajadoras en hogares privados, por ejemplo, no tenemos el derecho a 30 días de vacaciones como otros trabajadores, sino sólo 15. No todos los empleadores reconocen todos nuestros derechos, como el salario mínimo para un trabajo a tiempo completo de 950 soles, o también la remuneración especial en función de los años que trabaje en un hogar. O también las gratificaciones par Navidad y fiestas patrias. No pedimos un favor; estos son nuestros derechos como trabajadoras. Y nuestra lucha es contra esta discriminación.

¿Y cómo llevan estas demandas políticas al ámbito público?

Actualmente estamos trabajando en una campaña en la que salimos a la calle con grandes ollas y delantales. Gritamos: "¿Qué estamos cocinando, compañeras? Una nueva ley! ¿Y cuáles son los ingredientes de esta ley? Plenos derechos de vacaciones, seguro de pensiones, jornada laboral de 8 horas, libertad de asociación, protección de menores, acceso a la justicia, seguridad en el trabajo, protección de la salud y contratos por escrito!" Todos estos son nuestros ingredientes. Porque todos cocinan. El estado cocina, pero no nos escucha y nos presenta leyes imposibles. ¿Por qué no podemos nosotros, como trabajadoras, dar forma a esta nueva ley si nos afecta? Esta campaña también nos ha atraído más atención de los medios de comunicación. Por ejemplo, el 1 de mayo caminamos con nuestras ollas y delantales en la manifestación de Lima y también fuimos entrevistadas. Pero, por supuesto, sólo organizamos a una parte muy pequeña de las trabajadoras en hogares privados. La organización de las propias trabajadoras es otro de nuestros objetivos, ya que sólo podemos ejercer presión con un alto grado de organización. Para ello distribuimos volantes en los mercados o montamos puestos de peluquería gratuitos, por ejemplo, donde las trabajadoras se acercan para el servicio y luego les hablamos de nuestro trabajo sindical mientras les cortamos el cabello. Porque muchas de las mujeres tienen mucho miedo. Los empleadores les dicen mentiras sobre nosotras y no es fácil ganar nuevos miembros para el sindicato. Pero continuamos con nuestro trabajo y tratamos de convencer a nuestras colegas de la necesidad del sindicato para lograr mejores condiciones de trabajo y de vida para nosotras las trabajadoras. Construimos sobre nuestra autoorganización como trabajadoras y sobre nuestro poder como parte de la clase obrera.


*Eleonora Roldán Mendivil, 30 años, es politóloga, educadora y periodista. Publica en Revista Crisis (Ecuador) y en varios medios de izquierda en Alemania. Editora del Lower Class Magazine (Alemania) e integrante del Comité de Paro Internacional de Mujeres Berlín.