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Red Internacional
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ENTREVISTA A CARLOS MORELLI. La lucha obrera en los ’70, la experiencia del Astillero ASTARSA

Pateando el Tablero entrevistó a Carlos Morelli, trabajador naval y delegado de Astilleros Astarsa entre 1973 y 1976. Carlos participó en una de las experiencias de lucha obrera más combativas de la historia argentina. Formó parte de la pelea contra las enormes condiciones de insalubridad del Astillero. Astarsa fue parte de la Coordinadora de Zona Norte, esa organización de delegados y agrupaciones combativas opuesta a la burocracia sindical y que se desarrolló al calor de la lucha contra el Plan Rodrigo, y que organizó paros y marchas multitudinarias a mediados del año 1975. “Yo mismo estoy contando porque quiero que esto me trascienda, es un testimonio directo. Por una de las cosas que quiero estar vivo es para poder contar esto”.

Pateando el Tablero @pateandotv

Martes 11 de noviembre de 2014

El impacto del Cordobazo y los inicios de la organización de base

En el año 1971, a los 21 años de edad, Carlos Morelli entró a trabajar en el Astilleros Astarsa. Ubicado en la combativa Zona Norte, esta empresa llegó a ser el astillero privado más importante del país, con capitales de los dueños de la Ferretería Francesa y la familia Braun Menéndez.
“Ingresabas a lo que ellos llamaba una escuelita. Era un galpón chico, donde había soldadora, fierros, recortes, sopletes y nos adiestraban a todos los jóvenes que íbamos a entrando, que cada semana era una camada. El busito de la escuelita duraba un mes. Nos adiestraban para ser lo que llamaban ellos ayudantes polivalentes”, recuerda Morelli.
A principios de los ’70, cada botadura se cobraba la vida de uno o dos obreros navales. Las condiciones de trabajo en los astilleros, eran de enorme insalubridad. Ritmos extenuantes de un trabajo pesado, graves accidentes “Las lastimaduras donde hay cosas pesadas, no son simples cortes, muchas veces son mutilaciones”, cuenta Carlos.
Las enfermedades respiratorias de distinto grado, intoxicaciones e importantes problemas auditivos eran moneda corriente. “En los Astilleros, es una campana, el barco es piso, paredes y techo de fierro. Cualquiera que golpee la punta a 100 metros retumba el sonido hacia vos. Cuando llovía se trabajaba igual.” Y también comenta “En el caso mío, tengo 40% menos de audición en los dos oídos.”. A esto se sumaría que los trabajadores para aumentar sus ingresos, debían hacer horas extras para “llegar con lo justo a la semana”. Las jornadas se podrían extender a doce horas de trabajo en forma rotativa. “Trabajamos doce horas en lugares donde hace cinco grados menos en invierno y cinco grados más en verano y también un poco más”. Esto iba acompañado de una total ausencia de asistencia médica adecuada.
Estas condiciones son las que llevan a los trabajadores a organizarse y presentarse a elecciones para pelear por sus reclamos y desplazar a la burocracia del SOIN (Sindicato de Obreros de la Industria Naval). Con la conformación de la Lista Marrón en 1972, unos 50 activistas se presentan a elecciones pero no logran ganarle a lista de la burocracia, que utilizó maniobras fraudulentas para mantener su conducción. “Traían hasta los enfermos de la clínica naval con el suero colgando para que voten”.
A partir de esa fecha también comienzan los despidos masivos. Incluyendo a Carlos, la patronal despide a un sector importante de activistas de la Lista Marrón.

Toma de la planta

En mayo de 1973 sucede un hecho que cambiará la situación de Astarsa y también en la Zona norte del Gran Buenos Aires. Tras la muerte del obrero naval José María Alesia, los obreros de Astarsa tomaron la planta reteniendo al personal jerárquico en reclamo de mejores condiciones de trabajo, exigiendo la conformación de una comisión de seguridad e higiene y la reincorporación de todos los despedidos desde 1965 por motivos políticos y gremiales.
“Se siente como una especie de explosión o un ruido sordo y se ven llamas que salen, entonces los compañeros se meten y sale él prendido fuego completo. Era un activista acompañante. La mayoría de nosotros jóvenes éramos amigos de la infancia, amigos de la barra. Vivíamos todos cercanos. Todo ese barrio está construido alrededor de Astarsa.”
Rápidamente se convocó a una asamblea y los trabajadores con una gran conmoción, rechazan la presencia del sindicato. Al grito de “A tomar la fábrica”, los obreros toman la planta esa misma mañana con los ejecutivos de rehenes dentro de ella.
“Se tomaron rehenes a los Braun Cantilo, Braun Menéndez, a los Aleman. Les dijeron: señores, ustedes de acá en mas no salen de acá adentro”, cuenta Morelli.
Con Cámpora recién asumido, esta experiencia protagonizada por los trabajadores, logra una importante conquista: “Viene (el Ministro de Trabajo) Ricardo Otero, y firman el acta donde se promulga que se va a crear la comisión de seguridad e higiene controlada por los trabajadores, se reincorporan los compañeros despedidos por cuestiones políticas y gremiales, no se tomaran represalias, que se pagaran los días caídos. Es decir una conquista maravillosa de parte de los compañeros”.
Inmediamente se transforman en un ejemplo de lucha y referentes para la vanguardia obrera. Dentro de las reincorporaciones conquistadas, Morelli fue una de ellas. “Me llega el telegrama de reincorporación, yo pegaba vueltas carnero y caía como un rulo…Para mí era volver a vivir…”.

Pacto Social, movilizaciones multitudinarias y derrota del gobierno peronista

Morelli recuerda: “Tenía un compañero que tenía un Fiat 600, lo había vendido. Con lo que había salido el cambio no compraba ni una bicicleta. Era como si te daban 10.000 y después tenías 1000... y eso te pasaba en el bolsillo, y en el almacén, en todos lados. Y del otro lado decían lo del pacto social pero en realidad nosotros estábamos frenados para pedir aumento y ellos estaban libres para aumentar o hacer estas devaluaciones terribles que hacían.”
La primera huelga general contra un gobierno peronista se puso en marcha poniendo en jaque a ese gobierno con una acción de millones que paralizó el país y tiro abajo al plan Rodrigo, obligando a la renuncia de Rodrigo y López Rega.

El secuestro de los obreros navales en el ’75 y paralización de la industria naval

En 1975 varios de los militantes fueron secuestrados por grupos paramilitares y fueron salvajemente torturados, aunque la intensa movilización de trabajadores de las fábricas de Tigre y vecinos logró su liberación.
“A los compañeros los secuestran el 3 de Noviembre de 1975, en la puerta del Astillero. Salen el “Tano” Mastinú, Aldo Ramírez “La Fabiana” y Jorge Velarde, para nosotros “Chaplin”. Para una Chevy celeste y los meten adentro a los culatazos.
Los obreros arman una rápida respuesta: “Ahí se arma un especie de comité de lucha para ese tema concreto y astillero por astillero se va a comunicar que hay tres compañeros desaparecidos. Se paraliza la industria naval, se hacen solicitadas.” El Comité también se ocupará de distintas tareas “Uno va a ver a los diputados, otro a los periodistas. Empieza un movimiento al punto que logramos que se paralizara no solamente esa parte sino que paralizamos la avenida Cazón completa, adhieren los comerciantes, otros trabajadores y logramos reunir en la plaza del San Fernando que divide San Fernando de Tigre, a 3.500 personas. En un lugar como este, 3500 personas es una multitud. Con un objetivo que era el rescate con vida de los compañeros. A los chicos tuvieron que largarlos, los largan torturados, vino una orden de arriba y los soltaron porque ´”acá se incendia todo”. Logramos el rescate, en un momento muy jodido, el 5 de Noviembre los dejan libres, me acuerdo la fecha porque el 6 es mi cumpleaños.”
Click aquí para escuchar la entrevista