Luego del proceso de lucha que logró la restitución de la 7722 es importante seguir en las calles defendiendo el agua, esta vez en contra del fracking. Pero, ¿qué es el fracking?
Jueves 5 de marzo de 2020 10:59
Foto: Tincho Magallanes
El fracking es una técnica de extracción de hidrocarburos (gases y petróleo) no convencionales. Son no convencionales porque en vez de encontrarse en bolsas de gas, se encuentran atrapados entre los poros de rocas de baja porosidad y poca permeabilidad. Para su extracción se realiza una perforación y se baja un cañón de punzado que provoca una pequeña explosión, haciendo agujeros en la roca que contienen el gas y permite que los hidrocarburos entren por la tubería creada. Luego se bombea a presión agua, arena y diferentes productos químicos por la tubería creada para ampliar las pequeñas grietas que se hicieron y permitir que salga más fácilmente el hidrocarburo, esta mezcla se llama líquido de fractura y supone entre 1 y el 2% del volumen total. Entre otros se suelen utilizar, bencenos, xilenos o cianuros, es decir, sustancias altamente cancerígenas y tóxicas que pueden filtrarse por las rocas y contaminar acuíferos.
El fracking como técnica es desarrollada y apoyada por gobiernos como el de Estados Unidos, con el supuesto afán de generar el autoabastecimiento, sin embargo, lo que busca es controlar la geopolitica del petroleo en el corto plazo. En 2018 Trump revocó las normas de seguridad que regulan este tipo de extracción en tierras federales. Las empresas que que desarrollan el fracking en todo el mundo son principalmente de capitales canadienses y estadounidenses (por ejemplo Apache Energía, Canacol Energy, Americas Petrogas, Anadarko Petroleum) y han registrado numerosos conflictos ambientales en diferentes territorios. La irracionalidad capitalista crece a medida que las fuentes de combustibles fósiles tradicionales se agotan y la demanda aumenta, y los combustibles no convencionales (el shale oil y shale gas) pretenden mostrarse como la última esperanza de la actual matriz energética hidrocarburífera.
Con múltiples ejemplos alrededor del mundo, la fractura hidráulica, ha demostrado sus consecuencias negativas y ha llevado a que sea prohibida en países como Holanda, Francia, República Checa y Rumania como método de extracción. En los EEUU son muchísimos y muy graves los casos de contaminación constatados.
Para el gobierno argentino la actividad extractiva es percibida como una de las herramientas principales para salir de la recesión económica y representa la principal apuesta de Alberto Fernández, cuyo modelo a seguir es Vaca Muerta. Sin embargo, “el doradísmo” de Vaca Muerta sólo ha generado un gran endeudamiento debido a los importantes subsidios del estado, cientos de despidos y muertes obreras por la flexibilización laboral y una gran conflictividad social.
Vaca Muerta, siendo la segunda reserva de gas no convencional de Latinoamérica y la cuarta a nivel mundial registra muchas denuncias en torno al mal manejo de residuos, incendios en los pozos de extracción y derrames de petróleo, sumado a las condiciones de precarización a las que están expuestos los trabajadores en el marco de la tercerización.
El kirchnerismo llevó adelante un convenio en el año 2013 con la multinacional norteamericana Chevron. El Gobierno de Cristina instauró los "precios sostén”, que consisten en subsidiar los precios del barril brent de petróleo y el millón de BTU gas, poniéndoles un precio más alto que el internacional y pagando esa diferencia. En otras palabras, se subsidia a las corporaciones que realizan fracking pagándoles un precio más alto, lo que generó un alto déficit fiscal en el gobierno kirchnerista aumentando en 60 millones la deuda pública ya que no se pudo pagar.
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El gobierno de Macri arrancó actualizando los precios sostén pero dicho subsidio ya no sale de las arcas del estado sino del bolsillo de los consumidores a través de los tarifazos aunque sin pormenorizar si el gas o el combustible que consumimos se extrajo mediante fracking o no. Macri además, implementó el llamado convenio laboral de Vaca Muerta, con el objetivo de agregar una adenda (anexo) al Convenio Colectivo de Trabajo (CCT) de los petroleros que extraigan recursos no convencionales. Esto significó entre un 30% y 40% de reducción en el costo laboral.
En Mendoza, durante el mes de marzo del 2018 el gobernador Alfredo Cornejo firmó el decreto número 248 que reglamenta la exploración y explotación de hidrocarburos no convencionales a través de la estimulación hidráulica o fracking. A través de decreto del poder ejecutivo N° 485, publicado el 1/4/2019, Cornejo aplica un descuento de las regalías aplicables por la concesión que hace la provincia para la explotación de pozos de petróleo “no convencionales”, en donde la producción se logra mediante la fractura hidráulica (fracking).
A través de este decreto se habilitó a la petrolera El Trébol a desarrollar fracking en Malargüe y a tributar un 25% menos en concepto de regalías petroleras. Cabe aclarar que las regalías de petróleo extraído mediante fracking no llegan a 1% de las que recauda Mendoza.
En los últimos días circularon notas sobre informes presentados por la petrolera El Trébol solicitando a la dirección general de irrigación cerca de 18 millones de litros de agua para fractura hidráulica y ésta habilita tal uso a un precio de 2 centavos aproximadamente el litro. Esto llama la atención debido a que uno de los fundamentos que muchos funcionarios dan es que para este método de extracción se utiliza “agua de formación ”(que surge conjuntamente con el petróleo o gas que son extraídos y luego es separada para su uso industrial. No es apta para consumo humano).
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A diferencia de lo que plantean ciertas posiciones que buscan separar la defensa del medioambiente de la lucha de clases, desde la izquierda creemos que es necesario establecer una relación sostenible entre la sociedad y la naturaleza, reorganizar la producción respetando los ciclos de la naturaleza, terminando al mismo tiempo con la pobreza y las desigualdades sociales. Porque si el capitalismo destruye el planeta, lo que debemos destruir es el capitalismo.