Carta abierta a la FEUCR y a la FEUNA. La masividad del movimiento estudiantil debe aparecer en la solidaridad con Palestina

Desde nuestro punto de vista, que se basa al menos en la teoría política que nos orienta (el marxismo) pero también en la práctica política dentro de la UCR (y en menor medida en la UNA y secundaria) por los últimos 25 años, valoramos que el movimiento estudiantil puede inspirar radicalización en los métodos y en el programa de reivindicaciones de la clase trabajadora, y con ello de todo el país. El Combo del ICE se ganó por la acción masiva estudiantil de bloqueo callejero, en un enfrentamiento con la policía, que llevó adelante centralmente la UCR en la Fuente de la Hispanidad en abril del 2000.

Después de eso, en las batallas internas dentro de las Universidades, como las tomas de edificios del 2003 al 2006, cuyo resultado fue la construcción de varios edificios (como los de Tecnologías en Salud y Ciencias Sociales, más allá de que luego la “solución” financiera haya pasado por endeudamiento externo para financiar la educación superior), también estas batallas tuvieron un peso político nacional específico, colocando un peso específico del movimiento estudiantil en la constitución de la correlación de fuerzas entre las clases sociales nacionales y el imperialismo.

Sin duda alguna el movimiento estudiantil fue punto central determinante en la batalla contra el TLC, contra la imposición del principal plan de dominación imperialista sobre la región. No se deben olvidar los espacios unitarios asamblearios de decenas, sino centenas, de activistas, con grupos políticos organizados, sostenidos haciendo enormes esfuerzos políticos, que organizaron movilizaciones de miles y miles en las calles.

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Ciertamente no todo es color de rosas. La burocratización de las organizaciones políticas burocratiza las dinámicas espontáneas del movilización estudiantil, como por ejemplo en las tomas del 2019, donde se llegaba al absurdo de imponer reuniones ultra minoritarias sobre asambleas reales, por presiones para controlar la política de las tomas de manera anti democrática, en función de intereses mezquinos. Una organización revolucionaria solo se puede construir a la par del desarrollo de las masas, no contra ellas.

En los últimos años, a partir de la pandemia, si bien es cierto hay una relativa recuperación del activismo, en nuestra opinión el nivel mínimo de discusión política debe ser más alto, partiendo de objetivos concretos y de allí ir a soluciones tácticas puntuales.

Creemos que esta reducción de lo político se debe, centralmente, al rol que ha jugado el Frente Amplio desde que llegó a la FEUCR, dentro de Progre. Alternativa estuvo dentro de Progre cuando figuras que fueron centrales en el gobierno de Alvarado ocupaban la presidencia federativa. Y de allí han mantenido una posición estricta de concertación, el daño más grave, pues ha “pasivizado”, parafraseando a Antonio Gramsci, al movimiento estudiantil. Estamos por obtener reformas, sin duda alguna, pero es obvio que el método para obtenerlas no es el intento de cooperación con las Autoridades, sino.

El balance es muy claro respecto de que la masividad ha sido real, y por ello es posible. Además cuando se ha dado ésta masividad no se ha hecho de la mano de las Autoridades, sino con completa independencia política frente a los partidos empresariales y las Autoridades. Acá es fundamental retomar la discusión permanente entre las estrategias comunista, reformista, autonomista y las y los estudiantes sin partido, que son absolutamente fundamentales para evitar la burocratización de los espacios estudiantiles. No sirve de nada obviar las diferencias, así no se construye nada sólido. Esta masividad debe estar de la mano de organismos propios, de autoorganización, del movimiento estudiantil.

Es pertinente hablar sobre las diferencias y llegar a acuerdos a partir de ellas, no prescindiendo de ellas. De otra manera es mucho más difícil que emerja la potencia y la justeza de la estrategia comunista, anti capitalista profunda, la única que puede garantizar la liberación de Palestina, debido a la imposibilidad de reformar el estado sionista en su carácter imperialista, colonial y con métodos de exterminio.

El caso concreto de Palestina

Es claro, por ejemplo con la actual acampada en la UCR, que actos de una vanguardia al margen de las masas tienden a perder los objetivos concretos. Lo mismo le ha pasado a la gran mayoría de acampes en el mundo. Desde este punto de vista, es muy valioso el esfuerzo de participar de una ola internacional de protestas estudiantiles, que significó la radicalización del método en la solidaridad con Palestina a nivel internacional. Esto es muy importante, porque significa entre otras cosas una ruptura (que habrá que evaluar si se profundiza o si se cierra) de la juventud en estados imperialistas con una de las principales estrategias de dominación a países semicoloniales de Medio Oriente, como es el Estado de Israel.

Sin embargo, es también muy claro que una tarea como la ruptura de las relaciones diplomáticas entre Costa Rica y el estado sionista no se logrará a través de una recolección de firmas, ni tampoco a través de la acampada actual. Ambas pueden ser herramientas útiles, incluso muy útiles, en la consecución de ese objetivo, pero no son suficientes. Porque la acumulación de fuerzas que requerimos para conseguir ese objetivo es enorme; estamos peleando contra una de las principales orientaciones imperialistas de los Estados Unidos y la OTAN, por decirlo así estamos peleando contra el peor mal contemporáneo, por lo que requerimos acumulación de fuerzas que hoy seguramente nos parecen muy grandes, pero que en la medida en que nos orientemos hacia allí irán pareciendo más simples. El asunto es orientar la praxis hacia allí, hacia la masificación de la solidaridad estudiantil con Palestina.

Las acciones sin objetivos concretos sólidos, por muy valientes que sean o parezcan (porque puede ser una, otra o ambas) claramente no son un camino estable para extender la solidaridad con el pueblo palestino.

Ante el escenario internacional que se abre, que va a requerir sí o sí intensificar en todo el mundo la solidaridad con el pueblo palestino ante el genocidio del Estado de Israel, nos parece factible, posible y realizable que tanto la FEUCR como la FEUNA realicen una gran asamblea estudiantil interuniversitaria y de secundaria, democrática, en solidaridad con el pueblo palestino. Es fundamental depositar confianza en la base del movimiento estudiantil, en su capacidad espontánea de organización y movilización.

En caso de que las federaciones no puedan realizar esta tarea política fundamental, es pertinente plantear la creación de un Comité estudiantil por Palestina, que procure construir un espacio unitario que asuma en sus propias manos la realización de esta asamblea. Como OSR y como Organizate, nunca estuvimos por llamar “asamblea” a reuniones pequeñas entre organizaciones, donde no se vota y no se discute ante las bases estudiantiles. La propuesta es una asamblea con centenas o miles de estudiantes, lo más grande que se pueda, donde los espacios políticos puedan intervenir libremente, así como las asociaciones, gobiernos estudiantiles, y otras agrupaciones.

Nuestra experiencia, que incluye desde el propio Combo del ICE, el TLC, en 2010 la pelea contra el préstamo del Banco Mundial, el 8N, la huelga contra el Plan Fiscal de 2018 y las tomas del 2019, nos permite concluir que es posible ganar la masividad en la solidaridad con Palestina. La teoría política bajo la cuál nos orientamos, que sintetiza experiencias de lucha de clases del último siglo y medio, nos marca que esto es necesario para derrotar a un enemigo del tamaño del sionismo.

Por otro lado, es fundamental que los grupos políticos con métodos burocráticos revisen por completo éstos métodos, que no ayudan en nada para dialogar con las, los, les estudiantes sin partido, que obviamente son muchos muchos más que los organizados y que son fundamentales en ganar masividad.

Es fundamental construir una organización revolucionaria, socialista, con métodos sanos, democráticos, que permita la emergencia de personalidades militantes libres y con visiones comunes que sinteticen realmente experiencias diversas, que se construya con fuerza en el movimiento estudiantil de Costa Rica,con profundas tradiciones internacionalistas.

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