Con matices y pocos días de diferencia las tres ciudades del Río de la Plata fueron noticia por la situación de los vendedores ambulantes y la actitud de los distintos gobiernos locales.
Martes 17 de enero de 2017
La represión a los manteros en Once
En el popular barrio porteño hace pocos días se dieron los hechos más impactantes cuando el gobierno a través de las fuerzas policiales desalojó a cientos de manteros que trabajan en esa zona de Buenos Aires.
Con declaraciones xenófobas y con la excusa de que no pagan sus impuestos el gobierno de Rodríguez Larreta (del PRO, el mismo partido del presidente Mauricio Macri) descargó una brutal represión para dejar sin sus puestos de trabajo a miles de personas, muchas de ellas extranjeras que tienen en el trabajo ambulante su única fuente de ingresos.
El mismo gobierno que permite y facilita las grandes ganancias de empresarios nacionales y extranjeros ataca a y reprime a los pobres negándole el elemental derecho al trabajo. Los “manteros” además han denunciado que cotidianamente deben pagar a la policía corrupta para poder vender sus productos en la zona ya que sino no se les permite trabajar.
Expulsión de artesanos del casco histórico de Colonia del Sacramento
Pocos meses atrás los artesanos de Colonia denunciaron que el intendente del Partido Nacional, Carlos Moreira, firmó una resolución que prohíbe la presencia de vendedores ambulantes en el barrio histórico de la ciudad.
Los artesanos denuncian que hace un año enfrentaron una situación parecida, pero que luego de negociaciones la medida no prosperó. En una ciudad en que el turismo es una de las principales fuentes de ingreso y existe un importante desempleo, con trabajos mal pagos y precarios, las venta de artesanías representa para un sector importante de la población la posibilidad de contar con un ingreso digno. El intendente Moreira busca castigar así a los sectores más vulnerables, como también se vio en el tarifazo de UTE que dictó la intendencia (con la complicidad del FA) o el pago del boleto para escolares.
Expulsión de los artesanos de la Peatonal Sarandí
Mientras tanto en Montevideo también se vivieron hace pocos días momentos de tensión cuando la policía, siguiendo la orden del intendente frenteamplista Daniel Martínez, desalojó los puestos de los artesanos de la peatonal Sarandí.
Al igual que lo que plantean los vendedores ambulantes de Once en Argentina, también los artesanos montevideanos denuncian que previamente fueron censados por funcionarios municipales con la promesa de garantizarles un lugar para poder trabajar, pero que finalmente la intendencia no cumplió y simplemente manda a inspectores y policías para impedirles trabajar.
Mientras la misma intendencia privatiza espacios públicos o se los cede a privados (plazas públicas, club de golf, mercado agrícola, etc.), se encarniza con artesanos que además de realizar una actividad cultural, tienen en sus productos que venden la fuente de ingresos para su subsistencia.
La visión empresarial de los gobernantes rioplatenses
Aún con matices y perteneciendo a partidos políticos de distinta orientación, los gobernantes de ambas márgenes del Plata parecen compartir una gestión al servicio de brindar oportunidades de negocios y lucro a los grandes empresarios, persiguiendo a los trabajadores que intentan generar ingresos para el diario vivir.
Políticos de la derecha tradicional como el PRO argentino o el Partido Nacional que gobierna Colonia comparten con el intendente montevideano del Frente Amplio una visión de fomento de la ganancia capitalista, aún a costa de dejar sin trabajo a artesanos o vendedores ambulantes.
En las tres ciudades el discurso tiene elementos en común en cuanto “denunciar” que los vendedores no pagan impuestos; cuando en realidad los empresarios en todas partes son los campeones de la evasión, el trabajo precario y la explotación hacia sus trabajadores. Si bien en Buenos Aires la criminalización del extranjero ha sido explícita, también en Montevideo se han denunciado hechos de acoso hacia artesanos de otros países.
Las tres ciudades son centros turísticos importantes que reciben cientos de miles de viajeros. Sus gobernantes quieren aprovechar esta situación para crear “oportunidades de negocios” para inversores y empresarios, persiguiendo o reprimiendo a todos aquellos trabajadores que, muchas veces por faltas de oportunidades en el mercado laboral, realizan emprendimientos individuales para subsistir.
Sin embargo, también en las tres ciudades los trabajadores han mostrado que no se dejarán arrebatar su fuente de trabajo pasivamente y con la movilización y la organización intentan hacer frente a la voracidad capitalista.