Los integrantes de la CGT y la CTA se suman a la campaña para que la actual vicepresidenta Cristina Kirchner sea candidata. Desempolvan el “Luche y vuelve” para intentar darle épica a un movimiento en crisis.
Ulises Valdez @CLAVe
Viernes 10 de marzo de 2023 10:56
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La campaña presidencial empezó hace rato, pero las últimas semanas le imprimieron más tensión todavía. Las dos principales coaliciones políticas atraviesan crisis e internas. El peronismo intentó poner orden en una reunión de su “mesa política” cuyos gestos de unidad duraron hasta la mañana siguiente, no más. Ya nadie se atreve a repetir aquella frase del General: “Los peronistas somos como los gatos. Parece que nos estamos peleando y en realidad nos estamos reproduciendo”. La fragmentación amenaza incluso el interior de cada camarilla: Aníbal Fernández se desmarca de Alberto en el Congreso y Wado de Pedro se saca fotos con los “esbirros de Magnetto”.
Las cúpulas sindicales son parte de la rosca. Como ya contamos, Daer, Moyano y Barrionuevo siguen de cerca a Sergio Massa pero saben que la suerte del superministro está atada a su muñeca para gobernar el ajuste y la inflación. Nadie pone las manos en el fuego, por eso no rompen lanzas con las otras facciones del Frente de Todos.
Esta semana el que tomará la posta será el sindicalismo kirchnerista. El fallo de la justicia que condena a Cristina Kirchner por corrupción y la inhabilita a ejercer cargos públicos tendrá como respuesta un discurso de la vicepresidenta este viernes. Pero también un acto en su nombre en la ciudad de Avellaneda. Comenzará a las 11 en la sede de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN).
Allí estarán referentes de La Cámpora y el kirchnerismo, como Andrés Larroque, Jorge Ferraresi o Martín Sabbatella, pero también los principales referentes sindicales del sector. Hugo Yasky y Roberto Baradel (CTA-T), Abel Furlán (UOM), Mario Manrique y Omar Plaini (Frente Sindical) y Walter Correa (Corriente Federal).
El acto tendrá como objetivo “empujar” la campaña para que Cristina revea su decisión de no ser candidata. Por eso la consigna principal será “Luche y Vuelve”, emulando la bandera de la Juventud Peronista que reclamaba el regreso al país de Juan Domingo Perón.
Es difícil comparar la época y los momentos históricos. Por eso los organizadores le quieren poner onda a su manera. Ya adelantaron que otros de los lemas serán “La moderación no es nuestro idioma” y “Con Cristina vivíamos mejor”.
Las dos frases tienen un problema. El primero es que si algo ha caracterizado a las cúpulas sindicales peronistas ha sido, siendo amables, la moderación. Han sido espectadores y luego directamente cómplices del deterioro del salario, las jubilaciones y las condiciones de trabajo y de vida del pueblo trabajador. Si uno mira la situación de la docencia, en este mismo momento hay paros por la miseria que cobran, la sobrecarga laboral y la situación de las escuelas en medio de la ola de calor. Si mira a la UOM o el SMATA, en los últimos años los industriales se han quedado con un 18% más en el reparto de la torta generada por el sector, en detrimento de metalúrgicos, mecánicos y otros gremios. Y así se podría seguir.
La segunda falacia del relato tiene que ver con el intento de ocultar que Cristina Kirchner es la vicepresidenta de la Nación. Y que su corriente participa del gabinete, gobierna provincias, tiene peso en el parlamento. Gobierna. Con Alberto y Cristina vivimos peor y no recuperamos lo perdido durante el macrismo.
Sin embargo, los sindicalistas K ya ensayan sus discursos. Dice Baradel que “necesitamos construir las condiciones necesarias para derrotar nuevamente al neoliberalismo”. ¿Cuándo fue derrotado el neoliberalismo, Roberto? Furlán agregó que “vamos a estar dándole fuerza a la compañera para que sea quien nos represente en octubre”. ¿Y por qué no le dan fuerza a los 300 mil metalúrgicos para que derroten el ajuste al salario, la precarización, la dictadura de Techint, Acindar y Madanes?
Hay que reconocerles una cosa a los sindicalistas K. Tienen claro que está abierto un debate importante sobre quién gobierna el país, a quién apoya políticamente la clase trabajadora, qué proyectos están en juego.
La izquierda clasista viene criticando la actitud de las conducciones sindicales y exigiéndoles un plan de lucha contra el ajuste. Pero además se propone intervenir en ese gran debate político, denunciando el relato del “mal menor” pero también la demagogia de la derecha que quiere un ajuste mayor. Y, sobre todo, planteando la necesidad de pelear por una salida por izquierda a la crisis social y política del país.