Hace pocos días se realizó el anuncio de la conformación de una nueva mesa de carácter técnico, el plan "todos al aula" ¿Qué esconde esta nueva comisión?

Álvaro Pérez Jorquera Profesor de Historia y Geografía, historiador y músico
Sábado 16 de junio de 2018
Hace pocos días se realizó el anuncio de la conformación de una nueva mesa de carácter técnico, el plan "todos al aula", que dice tener por objetivo el simplificar la labor burocrática.
Esta contará de nuevo con la amplia gama de expertos e ingenieros de la educación que aún siguen sin pisar un aula, además de la presencia en la presidencia de Mariana Aylwin, ex ministra de educación en tiempos de la Concertación, ex militante demócrata cristiana y denunciada empresaria de la educación parte de los directorios de la Fundación Belén Educa (ligada al Arzobispado de Santiago) y de la Fundación Oportunidad (relacionada con Andrónico Luksic).
Te puede interesar:
Maria Aylwin: sostenedora y asesora de negocios educacionales
Cabe destacar que la instancia había sido previamente cuestionada desde el Colegio de Profesores, donde, a pesar de esto, Mario Aguilar mantuvo relación y cuya participación fue respaldada tras votación en Asamblea nacional impulsada desde los sectores aguilaristas, que una y otra vez han insistido en llevar al profesorado por los estériles caminos de la presión parlamentaria, las reuniones con el Ministerio de Educación y la confianza en autoridades y políticos del lucro.
¿Qué esconde esta nueva comisión?
La Carrera Docente ya ha dado sus primeros resultados en comunas piloto, como por ejemplo La Pintana, donde los profesores denuncian que se ha traducido en mayor agobio y menor sueldo, considerando que el proyecto estrella de la Nueva Mayoría fue en realidad un ajuste de la mano de obra docente a las necesidades de la educación de mercado.
En ese contexto, esta nueva mesa en realidad es un intento por mitigar uno de los aspectos mas cuestionados, el agobio, pero sin cambiar el fondo mercantil y de competitividad que tiene la actual Carrera Docente, sobre todo en pleno gobierno de Derecha, con un ministro, Varela, empresario de la educación también, quien ha defendido el lucro, el CAE, quien pidió perdón a los sostenedores privados y que en respuesta al Colegio de Profesores, desconoció la Deuda Histórica y la obligación del Estado en ello.
De esta manera, la política del aguilarismo, parte integrante del Frente Amplio, no puede menos que contraproducente a los intereses de los docentes, al subirse a una mesa a "dialogar" donde no hay diálogo alguno, como lo refleja la respuesta del ministro a los planteamientos de la Asociación Gremial, y lo que es peor, sin ninguna política para conseguir esos objetivos, pues tampoco hay un plan de movilizaciones que permita imponer la agenda de los profesores al gobierno.
En este sentido, la tregua tácita de Aguilar con el gobierno, que se tradujo en renunciar a derogar la Carrera Docente (la misma que dicen que no es su carrera pero que hoy exigen escuetamente que se cumpla la ley), a no tener ningún rol frente a la instauración de la NEP y la crisis de las deudas municipales e incluso ahogar derechamente algunas iniciativas que cuestionaban ente ultimo punto, negándose a la unificación de las diversas luchas que surgieron a lo largo del país.
Todo esto representa un retroceso frente al protagonismo logrado en la Rebelión de las Bases o el Paro Nacional del 2015, permitiéndole al gobierno tomar la iniciativa y presentar una mesa con agenda propia e ignorando las demandas docentes.
Por una nueva educación para una sociedad distinta.
Desde la Agrupación docente Nuestra Clase consideramos que es necesario unificar las luchas por las deudas salariales y previsionales, como la que se mantiene en Punta Arenas, para lograr imponer nuestras demandas y al mismo tiempo impulsar un plan de movilizaciones acompañado de una discusión desde las bases, con jornadas reflexivas y votaciones que permitan decidir tanto las demandas como las acciones a seguir, y sin ninguna confianza ni en los sostenedores ni en los políticos a su servicio.
Que nos permita debatir la democratización de las escuelas, que para nosotros no se queda en que se consulte la opinión a los docentes, sino que pasa por garantizar efectivamente la decisión del profesorado y la de estudiantes y apoderados en asambleas y consejos escolares resolutivos y en el carácter electivo de directores y equipos de gestión, para conquistar una educación gratuita de calidad, libre de trabajo precario, de agobio, financiada por el estado, para terminar con la división de una educación para ricos y otra para pobres.