Con marco en el Año Dual México-Alemania, se exhiben por primera vez en México más de 170 obras del pintor Otto Dix. Prohibido por los nazis, su arte se ha interpuesto a las guerras y lo ha posicionado como uno de los artistas más relevantes del siglo XX.
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Nancy Cázares @nancynan.cazares
Jueves 20 de octubre de 2016
Este doce de octubre se inauguró en la Museo Nacional de Arte, en la Ciudad de México, la exposición Otto Dix. Violencia y pasión, luego de haberse presentado en el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey. Estos dos recintos, junto con el Instituto Goethe, fueron los responsables de la organización y presentación de esta muestra.
Sobre el tema ‘pasión y violencia’, Elías Camhaji explica, en su columna para el diario español El país, que “se hace presente en toda la exhibición y utiliza el sufrimiento como hilo conductor, tal como la etimología de Leidenschaft, la palabra alemana para pasión, que viene de leiden (sufrir).”
Dix (1891-1969) participó como soldado de primera y segunda Guerra Mundial, Vivió además la división política alemana post 1945. Las secuelas de los conflictos bélicos en el hombre se convertirían en uno de los temas recurrentes en la obra del pintor alemán, de las cuales son 174 piezas las que se exhiben en el Munal, entre grabados, acuarelas, dibujos y pinturas.
Apocalíptico, oscilando entre el realismo y el expresionismo, el trabajo de Dix reflejó la cercanía de un segundo conflicto armado con cielos y paisajes de colores rojos, plasmando en su trabajo la dicotomía entre la guerra y la paz que definió al siglo XX. De su primera experiencia en el frente, quedaron los relatos gráficos de las escenas que estaba obligado a contemplar: muertos, heridos, trincheras en llamas.
Posterior a su experiencia como soldado, influenciado por Friedrich Nietzsche y por Vincent Van Gogh, el trabajo de Dix se enfocaría en el expresionismo, así como a un mayor trabajo con los colores. Miembro del movimiento ‘Neue Sachlichkeit’ o ‘Nueva Objetividad’, su obra fue señalada por el nazismo como “degenerada”.
Ulrike Lorenz, curadora de la exposición, señaló que el trabajo de Dix también ahondó en el ámbito interior del ser humano. Así, la vida de los bares, el jazz, la marginalidad, la desnudez, la prostitución y la doble moral, encuentran en este pintor una interpretación plagada de luz y oscuridad. En su representación de la vida de los puertos y los circos, Dix busca desenmascarar el romanticismo en torno a estos escenarios.
La exposición estará abierta al público hasta enero de 2017. El costo de entrada es de 60 pesos y será gratuita para estudiantes, profesores, adultos mayores y para todo público los domingos. Debería ser gratuito como sugirieron los #Anticapitalistas en su campaña: la cultura es un derecho no un privilegio.