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Red Internacional
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Chile. La oposición acepta un "diálogo" que le da un respiro a Piñera

Se realizó la reunión entre el gobierno y un sector de los partidos de oposición. La búsqueda de un pacto con Piñera, que sigue siendo rechazado por más de un 80% de la población.

Jueves 31 de octubre de 2019 23:01

La "voluntad de diálogo", con el presidente Sebastián Piñera, de los partidos de la vieja Concertación (la coalición que incluía a la centro derecha y la centro izquierda chilena) ahora también llegó a un sector del Frente Amplio (RD) ha dado un nuevo salto al sentarse a negociar con el Gobierno, debido a que accedieron al llamado del ministro Gonzalo Blumel para "buscar soluciones" al estallido social que se vive en el país.

La expectativa para el Gobierno era clara: culminar la reunión con "cosas concretas". Sin embargo, Revolución Democrática, el Partido Socialista y la Democracia Cristiana salieron al encuentro con algunas críticas y sin ningún acuerdo en concreto, manteniendo en el caso de la ex Concertación, y profundizando, en el caso del partido central del FA, un giro como salvavidas de un Piñera, que continúa siendo rechazado por más de un 80% de la población que protagonizó una revuelta que lo tuvo a punto de caer.

Estos partidos han adaptado una posición en la que el objetivo es hacer todo lo posible para que no caiga el Presidente, mientras se aprovecha su debilidad para buscar puntos en común para negociar "mejoras" que no tocan lo central de las políticas heredadas de la dictadura, puntos centrales del cuestionamiento que llevó a la rebelión que protagonizó el pueblo y la juventud.

"No vinimos a negociar, sino que a proponer nuestras ideas. Es iluso que una reunión de partidos políticos va a solucionar los problemas. Hay que escuchar a los movimientos sociales y a la ciudadanía", aseguró Catalina Pérez, de Revolución Democrática. Desde el partido Demócrata Cristiano, Fuad Chahin, indicó que "tenemos que dar respuesta, pero estamos desperdiciando una oportunidad para profundizar la democracia. Necesitamos un Chile más descentralizado, con instituciones legitimadas donde el Estado cumpla un rol subsidiario y más activo. Y eso debe estar plasmado en una nueva constitución".

Por su parte el Partido Socialista, en voz de Álvaro Elizalde, sostiene que el gobierno "no toma conciencia del malestar en Chile. Y por eso sus respuestas no son adecuadas. Junto con detener la agenda por abuso tenemos que impulsar una agenda anti abuso".

Más allá de las palabras, los partidos de la “vieja Concertación” como el DC y el PS son los primeros que buscaron en el Parlamento darle legitimidad al estado de emergencia, un golpe de mano autoritario llamando a los militares. Son además quienes allanaron el camino de abusos y desigualdades profundizando lo principal de las políticas que dejo como herencia la dictadura de Pinochet. Es por esto que estas críticas apuntan a que Piñera debe sentarse a escuchar, cuando el gobierno ha llamado a la guerra contra la población civil y decretó la ley de Emergencia para reprimir con toda la fuerza militar y policial a quienes se han manifestado en las calles. Cuando el Gobierno habla de diálogo, es para que debatir las mínimas concesiones que propuso, mientras se mantienen todos los pilares de esa maldita herencia de Pinochet.

En el “dialogo” que entre sectores de la oposición y el Gobierno tampoco se habló de la impunidad que gozan los Carabineros y el Ejército frente a los crímenes de la represión que dejó decenas de muertos, miles de heridos y varias querellas presentadas por tortura y detenciones ilegales, así como muchos casos sin ninguna cobertura. Diferentes sectores del Frente Amplio (pues el llamado a al ministro Blumel lo realizaron desde Revolución Democrática, Convergencia Social de Yeomans y Boric y Comunes) le allanan el camino a un diálogo de engaños para mostrarse "responsables" con los grandes factores de poder y del viejo régimen.

Por su parte, el Partido Comunista decidió ausentarse planteando que primero los dirigentes de la Mesa Unidad Social donde está la CUT son quienes deberían sentarse hablar antes que los partidos políticos. Mostrándose más a la "izquierda", el Partido Comunista, que encabeza una de las principales centrales sindicales, la CUT, se ha jugado todas sus fuerzas para descomprimir la rebelión, no en organizar masivas asambleas y coordinadoras, y preparar una verdadera huelga general activa para echar a Piñera del gobierno. Por eso no es que rechacen el diálogo, sino que quieren hacerlo desde Mesa Unidad Social, donde con la CUT buscan controlar el proceso para su desvío.

Los cambios de Gabinete que hizo Sebastián Piñera intentan descomprimir, pero por si solos no alcanzaron porque además fue un enroque de rostros. Sacaron al odiado Andrés Chadwick que era ministro del Interior, responsable directo de la represión, pero mantuvieron a ministros que son muy detestados por la población como la ministra de Educación, Marcela Cubillos, que se la llama “la displicente” por cómo trató a los profesores cuando se movilizaron hace unos meses atrás; mantuvo a Jaime Mañalich que es ministro de Salud y fue expulsado del Colegio Médico por temas medios turbios, entonces el cambio de Gabinete fue ampliamente rechazado por todos los que se siguen movilizando.

En el llamado a una política de negociación con el Gobierno que proponen el FA y el PC, han sacado del pliego de demandas la salida de Sebastián Piñera, y es esto lo que impide que se avance en lograr las demandas más sentidas. Demandas como el salario y una pensión mínima digna, terminar con la precarización, conquistar educación y salud pública y gratuita, viviendas dignas contra la especulación inmobiliaria, conquistar el derecho a la auto-determinación del pueblo-nación mapuche, no serán otorgarán por ellos.

Para eso se deben afectar los intereses de los grandes empresarios y transnacionales, nacionalizando todos los recursos estratégicos para ponerlos en manos y al servicio del pueblo trabajador. Si se mantiene el gobierno de Piñera y este régimen, no se logran esas demandas, pues justamente están al servicio de mantener las ganancias de los grandes grupos económicos.

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Como aseguró Dauno Tótoro, Licenciado en historia, dirigente del Partido de Trabajadores Revolucionarios (PTR) de Chile, y también del concejo editorial de La Izquierda Diario, “Nosotros planteamos y denunciamos claramente que ese “dialogo” está relacionado con el intento de desviar la movilización y la enorme fuerza y energía que se ha expresado. Es una batalla muy importante que venimos dando porque el movimiento, al no estar estructurado en lugares de estudio y de trabajo, cuesta que vea que aquí hay claramente partidos políticos que están operando en las alturas para desviar esta movilización y que nuevamente queden en nada. Entonces hemos salido con mucha fuerza a decir claramente que se está orquestando esta operación a la cual se han sumado el Partido Comunista y el propio Frente Amplio”.

Dauno Tótoro agregó que “lo que queremos plantear es que en base a la movilización, en base a voltear a este Gobierno, se pueda abrir la posibilidad de poner en cuestión todo, a través de una Asamblea Constituyente que sea democrática, con 1 diputado, 1 delegado por cada 20.000 electores. Porque tenemos que partir de un punto, que las demandas que hoy se han puesto en la palestra no solo en esta movilización sino a lo largo de todos estos años, como No+AFP, educación gratuita o los problemas del salario y el endeudamiento, no lo vamos a resolver si no atacamos las ganancias de los grandes capitalistas y de los grandes empresarios en Chile, donde vemos que hay un puñado de 10 familias, como los Lucsik, los Matta o Angelini, que tienen en su poder una enorme cantidad de capital, la propiedad de bancos, de forestales, de mineras, y para avanzar sobre esas demandas tenemos que enfrentar a esos poderes reales que son estas grandes familias que están íntimamente relacionadas al mismo tiempo con los partidos políticos del régimen, tanto de la derecha como la exConcertación”.