La oposición dio a conocer un pronunciamiento luego de que el CNE anunciara las fechas y condiciones en las que se llevará a cabo la recolección de apoyos para realizar el revocatorio a Maduro.
Martes 27 de septiembre de 2016
Como ya habíamos señalado, la decisión del Consejo Nacional Electoral (CNE) traería seguramente una nueva escalada en la disputa entre el gobierno de Maduro y la oposición de derecha. Es que tanto la probable fecha de que el revocatorio pudiera realizarse el año entrante y que el 20% de firmas tendría que ser por estados causó gran revuelo dentro de las filas de la oposición.
¿Qué busca la oposición con su nueva “hoja de ruta”?
La oposición aseguró este lunes que obligará a Maduro a someterse al referendo revocatorio este año pese a que el CNE proyectó para el primer trimestre de 2017 la posible realización del mismo. Asimismo, desde la oposición aglutinada en la llamada Mesa de Unidad Democrática (MUD) se sostuvo que no aceptarán la circunscripción por estados establecida por el CNE sino la del conjunto nacional.
Desde un acto en Caracas, el secretario ejecutivo de la MUD, Jesús Torrealba, leyó el documento que es respaldado y consensuado por todos los partidos políticos que conforman la coalición, en el que declaraban que "El referendo revocatorio se hará este año (...) si el régimen desconoce la Constitución es nuestro deber activarnos como pueblo y obligarlos en la calle y en las instituciones a acatarla".
En el mismo documento la oposición señala que "nuestro objetivo y foco estará en levantar el 26, 27 y 28 de octubre los millones de manifestaciones de voluntad que Venezuela necesita para superar ampliamente el requisito establecido para activar el referendo".
También se convocaba a una "movilización nacional" el próximo 12 de octubre, que se organizarán actividades "de protesta y de presión" "todos los días" y en todas las entidades del país de cara a la jornada de recolección de unos 4.000.000 de apoyos, último requisito previo a la convocatoria de la consulta.
Al contrario de lo que se esperaba, la oposición buscó mostrarse “unida” luego de darse más de cinco días de discusión interna y la fuerte tensión interna. ¿Pero qué busca la oposición en este movimiento político? Una primera lectura sería que la decisión de la oposición es transformar la supuesta encerrona en que lo habría colocado el gobierno a que diera por aceptado que el revocatorio no se realizara este año, en responder con una ofensiva buscando transformar ahora la recolección de firmas de los últimos días de octubre en un plebiscito nacional, donde ya el 20% de juntada de las firmas no sería un fin en sí mismo.
En este sentido, la oposición al insistir en que el revocatorio "será en 2016" busca entusiasmar a sus seguidores rumbo a una mayor recolección de firmas de las necesarias para esta fase. La MUD buscaría juntar más de las 4 millones de firmas, y no hay quien diga que el objetivo pueda estar en los 7 millones tomando en cuenta que de realizarse el revocatorio para ganarlo la oposición tiene que sacar un poco más de 7,5 millones de votos por el sí, número con el que fue electo Maduro en las presidenciales de 2013. Aunque alcanzar un número de esta magnitud se le transforma muy cuesta arriba a la oposición.
De alcanzar este objetivo es claro que trastocaría la situación política nacional en la tensión abierta entre la oposición y el gobierno, dando mayor aliento a las movilizaciones de calle, mayor presión internacional, pero sobre todo buscando generar fractura en instituciones del Estado, sobre todo y fundamentalmente en las Fuerzas Armadas, hasta ahora fuertemente alineadas con Maduro.
De darse este hipotético escenario, con la fuerte crisis económica de fondo que padece el pueblo en profundidad, es claro que lo más probable sería un barajar y dar de nuevo sobre la fecha definitiva de un revocatorio, a no ser que la escalada del conflicto se acelere aún más que hasta la renuncia pueda estar en el tapete político.
Por eso que del dado del gobierno y del PSUV, en la voz de Jorge Rodríguez, se consideró la declaración oficial de la MUD como una "nueva amenaza" y un "llamado a la violencia" al no aceptar la condición de recolección de los apoyos por estado para el referendo revocatorio. "Hoy aparece una nueva amenaza (...) habría que ser muy psicótico, muy esquizoide, para que después de que el Consejo Nacional Electoral ya incluso publicó un supuesto cronograma (...) todavía existan voceros de la derecha diciendo que a la brava, a los jaliscos, habrá referendo en el año 2016", dijo Rodríguez.
Para el dirigente del chavismo asegurar que habrá referendo "es una oferta engañosa" por parte de la oposición porque "toda la población está clara que es imposible que se realice un referendo en el año 2016" y "muy improbable" que se realice en el 2017. Pero esto dependerá del resultado del movimiento político al que se juega la MUD.
Es claro también que si la oposición no alcanza las 4 millones de firmas será una fuerte derrota de la que le será difícil recuperarse, acelerando su división interna, y un fortalecimiento del chavismo al menos superestructuralmente aunque persista el descontento.
Pero no hay que olvidar que las negociaciones siguen por abajo entre la oposición y el gobierno, ahora más con la iniciativa directa de la participación del Vaticano, y más aún de las conversaciones que se dieron entre Maduro y el Secretario de Estado John Kerry este lunes en Cartagena de Indias en el marco de las firmas de paz en Colombia.
Es probable que ahora estén trancadas, pero el resultado de la cantidad de firmantes en esta segunda fase podría obligar a que se retomen. Por eso, una segunda lectura del nuevo movimiento político sería que la oposición, en el marco de las negociaciones que se han venido llevando a cabo secretamente con el gobierno, busque también mejorar su correlación de fuerzas en la mesa de conversaciones.
Es que al contrario de lo que quieren hacer creer tanto desde el chavismo como desde la propia oposición que “la madre de todas las batallas” en las conversaciones es exclusivamente por el revocatorio no es en verdad muy cierto, pues es más que seguro que se estarían negociando cuestiones de más largo alcance dentro de una transición política. El revocatorio entraría para forzar posiciones en esas discusiones, y son factibles las negociaciones para los tiempos de su realización.
Una cantidad mayor de firmas del 20% mejoría la posición de la MUD en cualquier ámbito de diálogo, y de realizarse el año entrante previo acuerdo, y perder Maduro el revocatorio, la MUD podría forzar, por ejemplo, que se imponga un vicepresidente de consenso entre la oposición y el chavismo –surgido de las filas del oficialismo obviamente– para concluir el mandato que ordene una transición, aplicando un conjunto de medidas económicas y políticas frente a la crisis funcional a los sectores de las clases dominantes
No es muy claro aún la situación de darse incluso un resultado donde solo se alcance el piso del 20% de las firmas del padrón electoral, y a qué políticas recurra la derecha dado el caso en que desde el CNE se mantengan firmes en que el revocatorio sea en 2017. Pero sea lo que venga a ocurrir, lo que sí es claro que en nada beneficiarán a los trabajadores y el pueblo que ya viene sufriendo sobre sus espaldas la agobiante crisis económica que al momento no se le ve salida.
El gobierno de Maduro ha venido imponiendo una serie de medidas de ajuste y de grandes concesiones a sectores empresariales y a transnacionales como puede leerse en un artículo que hemos publicado en este diario. Por su parte la oposición aglutinada en la MUD, encarna todo un proyecto reaccionario, antipopular y proimperialista como también lo hemos explicado en este diario.
En un pacto que pueda darse también en nada beneficiarán a los trabajadores y el pueblo pobre, más aún serán impactados con más fuerza por las medidas económicas y políticas acordadas. La lucha por un camino independiente por parte de los trabajadores peleando por una salida obrera a la crisis, donde no sea el pueblo el que pague la crisis es la única salida progresiva.