Este invierno está siendo un verdadero castigo para los hogares de clase trabajadora: temperaturas muy bajas, el precio de la energía por las nubes y una crisis que no afloja.
Martes 1ro de febrero de 2022
A lo largo de estas semanas de invierno volvemos a ver incendios debido a los graves problemas que tienen muchas familias obreras para calentar su hogar y, además, continúan los desahucios sin ninguna alternativa de vivienda. Cada vez hay más hogares que no tienen suficiente dinero para pagar la energía y cada vez más el gobierno se olvida y deja malvivir a la gente expulsada de sus casas por impagos.
Esto es lo que pasó en Montcada i Reixac cuando murió por inhalación una pareja que vivía en un barracón después de encender un fuego para calentarse. Y también a una familia que vivía en una sede bancaria cerrada alrededor de la plaza Tetuán de Barcelona y que murió en un incendio. No hace mucho tiempo desahuciaron a un centenar de personas que vivían cómo podían en una nave abandonada de Badalona.
La gestión que los gobiernos hacen de la crisis económica y sanitaria permitiendo los ERE y ERTE, que continúen los desahucios (¡en plena pandemia!) y que el precio de la luz se dispare; hacen que la pobreza del pueblo trabajador se agravie a pasos agigantados. El gobierno, autodenominado “más progresista de la historia”, está aprobando una ley de reforma laboral que revalida la del PP del 2012 y aprobó otra que provocará un ERE enorme sobre la administración pública, la Ley Iceta.
Y para disipar cualquier duda que pudiera sobrevolar sobre si los gobiernos españoles velan por el interés de las grandes empresas energéticas, solo hay que ver el ascenso meteórico del precio de la energía eléctrica y del gas en los últimos meses. Las eléctricas como Iberdrola, Endesa y Gas Natural están haciendo su “agosto” en diciembre y enero cobrando el triple que hace un año.
Miles de personas conviven con la pobreza energética
Los indicadores de pobreza energética encargados por el Ayuntamiento de Barcelona en 2018 ya demostraban que la situación en los hogares más pobres de la clase trabajadora, la situación era lamentable. En este informe se indicaba que en 2016 unas 170.000 personas, solo en la ciudad condal, sufrían frío en casa, ya sea por haber sido desconectado de la luz por la empresa eléctrica o por no poder pagar una factura tan alta.
Y si a este documento añadimos los centenares de miles que sufrieron meses de ERTE y el aumento del paro y la precariedad, juntamente con los costes económicos, sociales y psicológicos de sufrir dos años del Covid; los indicadores de 2021 seguramente se habrán subido sustancialmente. Y si además añadimos la especulación que hacen las empresas energéticas con nuestras necesidades, la situación de anchas franjas de la población más empobrecida se sitúa en una extrema gravedad.
Además debemos tener en cuenta que muchas familias no salen en estas estadísticas. Es el caso de las familias que se ven obligadas a ocupar una vivienda, las familias que migran y no tienen papeles tampoco se reflejan. Los centenares de personas que ocupaban la nave en Badalona y han sido desalojados como un trapo viejo menos todavía. Las decenas de miles de familias que han sido desahuciadas y entran en un inmueble vacío, tampoco. La realidad es mucho más dura que las estadísticas oficiales.
Según un informe de la Alianza contra la pobreza energética (APE) y de Ingeniería Sin Fronteras (ESF), más de 200.000 familias no pudieron pagar los suministros básicos y tuvieron que pedir ayudas a la Generalitat de Cataluña. Más de un 1% de las familias catalanas han sufrido al menos un corte de sus suministros (luz, agua o gas).
La Generalitat y Endesa se harán cargo de la deuda de estas familias. Los años 2015 a 2018 serán condonados por Endesa con la suma de 17,5 millones y el resto, alrededor de los 20 millones, serán pagados por la Generalitat y varias entidades supramunicipales (es decir con los impuestos que pagamos entre todos). Pero con la pandemia se espera un fuerte crecimiento de la deuda para el año 2021 y 2022. No obstante, las ganancias de las empresas energéticas se disparan.
Las energéticas hacen el agosto aumentando los precios
Las tres grandes empresas que controlan el 85% del mercado en todo el Estado, Endesa, Naturgy e Iberdrola, han ganado más de 700.000€ por hora a lo largo del último lustro aumentando sus beneficios más de un 23%. Sumadas tienen un beneficio anual que supera los seis mil millones de euros. Es decir que podían pagar los 17 millones de la deuda de cuatro años de las familias empobrecidas con las ganancias de 24 horas.
No obstante, estos incrementos todavía no muestran los aumentos exorbitantes que hemos sufrido a lo largo de todo el año 2021 y al principio de este. Los precios de la energía (electricidad, gas, gasolina, etc) ha crecido desmesuradamente y muchas familias tendrán que pagar más de 500 € de media más, si es que pueden. Seguramente aumentarán los problemas para mantener la temperatura de los hogares más pobres.
El aspecto más peculiar es que el consumo mediano de energía de los hogares de todo el Estado ha bajado un punto y medio. Entre enero y junio pasados la demanda de la electricidad caía un 16% pero el precio subía más del 38%. Pero el aumento del segundo semestre ha estado muy superior duplicando o triplicando el precio de hace un año. Y todo esto con una pequeña caída de la demanda mediana de los hogares.
Las grandes empresas están con beneficios record con precios desorbitados que hacen que más del 10% de la población tenga problemas para calentar el hogar. Las empresas del Ibex hacen lo que quieren y todo esto es legal y está permitido, mientras en casa de la clase trabajadora se hace cada vez más difícil vivir con dignidad o directamente es imposible.
Derecho al agua, la luz y el gas
El capitalismo cada vez más se demuestra como un sistema parasitario. Mientras un puñado de empresarios ganan miles de millones de euros, hunden a miles de familias y hogares en la pobreza que no pueden pagar los precios desorbitados de los suministros.
Además, las ganancias de estas empresas se basa en la explotación de miles y miles de trabajadores. Iberdrola, Naturgy y Endesa no se cansan de subcontratar empresas para la atención telefónica, comercialización, reclamaciones, etc. Pagan miseria con los contratos de oficina o de ETT generalizando la precariedad laboral.
El único interés al mantener los precios carísimos y los salarios de miseria es de los grandes empresarios de la energía, que como los del Ibex-35 compran a los políticos de turno porque le hagan el trabajo sucio (reformas laborales, contratos abusivos, liberalización de los servicios, etc.).
Solo el pueblo pobre y los trabajadores quieren un buen servicio, económico, eficaz y con un trato digno respecto a los trabajadores. Por eso, hace falta que los sindicatos creen comités de trabajadores y usuarios (sobre todo de los que tienen problemas para pagar) que se encarguen que no falte luz en cada hogar, que la factura de las familias más pobres vaya a cargo de estos grandes empresarios y que los trabajadores tengan un trabajo digno y muy pagada.
Esto solo podrá conseguirse mediante una gran lucha de todos los sindicatos de trabajadores en la calle y a las empresas energéticas. Y si los empresarios no dejan ejercer el control de los trabajadores y los usuarios, hará falta la nacionalización sin indemnización y bajo el control obrero de las empresas y de los clientes castigados por los precios abusivos.