“Sigan jodiendo y vamos a hacer lo que tengamos que hacer”, fue lo que un oficial de la policía bonaerense le dijo a Carina Cardillo, estudiante de Licenciatura en Estudios Políticos y militante de la Juventud del PTS, cuando pidió que los dos oficiales presentes se retiraran de la Universidad Nacional General Sarmiento por violar la autonomía universitaria.

Rodrigo Lescano Redacción Zona Norte Gran Buenos Aires @lescano559
Martes 26 de mayo de 2015
El viernes pasado, la Juventud del PTS y la agrupación Pan y Rosas realizaban un plenario en el SUM de la casa de estudios, cuando notaron que adentro de la facultad, a metros de la reunión, había personal policial. Eran un policía sin identificación y con el arma en la cintura, y una oficial de civil que ya es conocida dentro de la UNGS, dado que entra regularmente, uniformada y con el arma reglamentaria.
La policía se encontraba escuchando la asamblea que los estudiantes estaban llevando a cabo, y reían a carcajadas de forma provocadora. Ante esta situación, fue a hablar con el personal policial para explicarles que debían retirarse de la universidad porque se trataba de una violación al derecho de la autonomía universitaria, conquistada por la lucha estudiantil y que prohíbe el ingreso de las fuerzas de seguridad a las universidades nacionales. Ante la negativa de la estudiante a dar su nombre y apellido a los efectivos policiales, la respuesta de uno de ellos fue una amenaza: “Sigan jodiendo y vamos a hacer lo que tengamos que hacer”. Finalmente, y no sin discusión, decidieron retirarse.
El plenario estudiantil continuó, pero con otra dinámica. A partir de este hecho, los estudiantes presentes resolvieron realizar una campaña contra la intromisión de la policía en la universidad. La presidenta del centro de estudiantes Micaela Riveros, de la Juventud del PTS y Pan y Rosas, dijo a la Izquierda Diario: “Este hecho demuestra la impunidad que tienen las fuerzas represivas. No sólo se llevan la vida de los jóvenes por gatillo fácil o manejan la trata y el narcotráfico, sino que violan el derecho a la autonomía universitaria y espían a los estudiantes que nos organizamos para defender la educación pública”.
Riveros agregó que “este derecho fue conseguido por la lucha de los estudiantes desde la reforma de 1918 hasta el presente. El movimiento estudiantil enfrentó intervenciones militares a la universidad y represiones como la noche de los bastones largos en 1966, para defender la no intromisión de las fuerzas armadas en la educación superior”.
Este hecho tiene como precedente la agresión de la patota del SMATA a estudiantes de la Juventud del PTS dentro de la UNGS, ocurrida el año pasado durante un acto de ésta, donde le pidieron al ministro de trabajo Carlos Tomada, que se encontraba presente, que diera una respuesta a los despidos de la autopartista de Lear. En una declaración pública, los militantes de la Juventud del PTS concluyeron: “No vamos a seguir tolerando patoteadas, amenazas ni la presencia del personal policial adentro de la universidad pública".
Hacemos responsable de la integridad física de nuestra compañera y de todos los estudiantes que militamos en la Izquierda, a la rectora Gabriela Dicker y exigimos urgentemente una reunión con la misma y nuestra compañera damnificada. Y llamamos a los institutos, claustro docente y no docente y a las organizaciones estudiantiles a adherir al comunicado de repudio a la violación del derecho a la autonomía universitaria, que estamos haciendo circular en la facultad”.