El caso de Giovanni destapó la cloaca del actuar prepotente y represivo de la policía contra los trabajadores y la juventud, la cual se ensaña aún más brutalmente contra las mujeres. Este es el caso de Alexia y Johany, golpeadas y torturadas por la policía de Neza, Estado de México.
Jueves 11 de junio de 2020
Alexia y Johany fueron detenidas arbitrariamente, mientras caminaban por la calle acompañadas de otras dos mujeres, desaparecidas y torturadas por policías del municipio de Nezahualcóyotl, en el Estado de México.
El momento quedó documentado en un vídeo que se viralizó durante el lunes 8 de junio, luego de que Pedro Carrizales, “el Mijis”, lo compartiera en redes sociales cuando las mujeres aún estaban desaparecidas. A las horas de que el vídeo comenzara a difundirse, las chicas se pusieron en contacto con el diputado para reportar que se encontraban escondidas luego de haber sido golpeadas y amenazadas por los policías.
Johany y Alexia denunciaron, además, que los policías les robaron sus identificaciones, su dinero, las torturaron y amenazaron con violarlas si se atrevían a denunciar lo ocurrido.
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La Dirección General de Seguridad Ciudadana del municipio señaló cínicamente que las jóvenes fueron presentadas en el MP y puestas en libertad luego de haberse cubierto una fianza. Con estas declaraciones que buscan minimizar el hecho, se deja ver la complicidad de todo el aparato de funcionarios, agentes ministeriales y policías en el actuar criminal de los cuerpos represivos.
Este nuevo caso de represión y tortura, se suma a una larga lista de abusos policiales que sabemos existen en nuestro país, pero que en el Estado de México se caracterizan por ser aún más burdos y violentos, lo cuales han sido denunciados por parte de la población de manera sistemática.
El caso de Alexia y Johany debe ser denunciado aún con más fuerza, por tratarse de dos chicas, que afortunadamente sobrevivieron, pero que dejan ver la manera en la que estos cuerpos represivos se ensañan de manera aún más alevosa cuando se trata de mujeres.
Hay que decirlo: que el Estado de México ocupe desde hace años el primero lugar en femincidios está íntimamente ligado con el hecho de que hay un fuerte desplegado policial que incluye las fuerzas armadas de la guardia nacional y la marina, patrullando las calles del Estado.
Esto como parte de la estrategia de militarización que con varios nombres, se ha puesto en marcha desde la guerra contra el narco hasta nuestros días. En los últimos meses, se ha visto reforzada bajo el argumento de “guardar el orden” en medio de la pandemia.
Así, además del riesgo que implica para las mujeres la crisis sanitaria, por el riesgo de contagios dentro de nuestros centros de trabajo y la violencia doméstica que se ha incrementado en la cuarentena, un riesgo latente para nosotras es la violencia feminicida que no cesa y actúa coludida con la policía.
Todxs deben de conocer el caso de Alexia y Johany, una muestra más de que cómo en el Estado de México, al igual que en Jalisco, y en Estados Unidos, la única función de la policía es desaparecer, torturar y matar a los de abajo, en nombre de los intereses de los de arriba.
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Mariel Ochoa
Estudiante de la FCPyS