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Red Internacional
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REBELIÓN EN PERÚ. La potencia de la rebelión peruana en el marco de una situación latinoamericana convulsiva

Desde el 2019 vienen emergiendo explosivos fenómenos de la lucha de clases que cuestionan gobiernos y regímenes políticos corruptos e indolentes que legislan en contra de los intereses de los trabajadores y trabajadoras. El pueblo peruano se suma así, a esta batalla declarada en contra de quienes buscan mantener este modelo podrido, sostén de una casta política que sólo representa los intereses de los grandes empresarios, y sus negociados millonarios.

Lunes 16 de noviembre de 2020

Las manifestaciones se extienden en Perú luego de la renuncia del ahora ex presidente Manuel Merino, tras el asesinato de dos jóvenes universitarios, a manos de la Policía. Institución que ha sostenido una brutal represión durante más de una semana, contra quienes vienen protestando en contra de la corrupción, y la decadencia del régimen político heredado del fujimorismo.

Es importante recordar que desde el 2018 con Pedro Pablo Kuczynski, ya son tres los presidentes que han renunciado o han sido destituidos en el Perú por casos de corrupción y cohecho, habiendo pasado el mando del gobierno por Martín Vizcarra del Partido por El Kambio –el mismo de Pedro Pablo Kuczynski- y el antes citado Manuel Merino de Acción Popular. Y esto sin mencionar que prácticamente todos los presidentes que ha tenido Perú desde comienzos de los años noventa, han sido procesados por algún tipo de irregularidad política, lo que muestra el decadente estado en el que se encuentra el sistema de representación en dicho país.

Las fricciones en el parlamento peruano y la incertidumbre en las calles

La situación se torna cada vez más compleja frente a las fricciones y divisiones al interior del parlamento peruano, donde por medio de una sesión extraordinaria convocada por el presidente del Congreso Luis Valdez, se definirá al sucesor de Merino. Desde hace horas han comenzado a barajarse ciertos criterios para dicha determinación, donde la directiva del poder legislativo, ya ha señalado que el próximo presidente debiera debiere provenir de la lista de los 19 congresistas que votaron en contra de la destitución de Vizcarra, de acuerdo al medio La Tercera.

Resulta visible que la elección de un nuevo presidente por parte de un Congreso que lleva años sosteniendo a una casta parasitaria de políticos corruptos, está lejos de apaciguar las enorme movilizaciones, que solo intensifican la rabia de decenas de miles de trabajadores, mujeres y jóvenes que quieren terminar de una vez por todas con tanta impunidad. Y que se han concentrado en distintos lugares representativos como el mismísimo Congreso peruano, exigiendo que se vayan todos, y la necesidad de una Asamblea Constituyente.

Sin embargo la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP) frente a la situación crítica que vive el país actualmente, pareciera estar lejos de plantarse en las calles, prefiriendo dar declaraciones en los medios, en vez de organizar un plan de lucha concreto, para organizar una gran fuerza movilizada que se extienda de la manera más amplia posible, imponiendo una Asamblea Constituyente Libre y Soberana que barra con todos los resabios de la corrupción.

Las protestas en Perú en el marco de la situación latinoamericana

La rebelión del pueblo trabajador peruano se inscribe en un escenario bastante dinámico para el tablero geopolítico para América Latina, en el que el aplastante triunfo del Apruebo en Chile por sepultar la Constitución de la Dictadura de Pinochet, o la derrota de la derecha golpista en Bolivia con el triunfo de Luis Arce del Movimiento al Socialismo (MAS) en Bolivia, tiende a volver más inestable la superestructura política, luego de un importante ofensiva derechista en la zona.

Incluso tras el triunfo del demócrata Joe Biden sobre Donald Trump, llegando a la Casa Blanca, tensiona aún más la situación entre la burguesía latinoamericana con Estados Unidos, si es que pensamos que el fracasado intento de golpe orquestado por el imperialismo norteamericano junto a la derecha venezolana, y el gobierno reaccionario del ultraderechista Bolsonaro en Brasil, se apoyó en este clima más conservador frente a la crisis internacional del capitalismo.

Por el contrario lo que vemos hoy es como los gobiernos burgueses de América Latina, comienzan a agotar todos sus cartuchos uno tras otro, buscando mantener la estructura económica y política de regímenes absolutamente cuestionados, tras décadas de corrupción planes de austeridad, y leyes en contra de las grandes mayorías asalariadas y sectores populares. Y esto vuelve aún más evidente el rol que juegan los partidos reformistas como contenedores de la rabia popular en las calles, acordando pactos traidores en medio de múltiples violaciones a los derechos humanos, tanto por la policía, fuerzas armadas y el conjunto de los aparatos represivos del Estado.

Basta sólo recordar que estamos ayer su cumplió un año del “Acuerdo por la Paz” en Chile, que siendo firmado por partidos del gobierno y la “Oposición”, incluyendo a partidos e integrantes del Frente Amplio como Revolución Democrática (RD), y Gabriel Boric de Convergencia Social (CS), significó el comienzo de la operación de desvío. Una trampa constitucional que en términos concretos fue un salvavidas para el presidente Sebastián Piñera, luego de la huelga más grande en lo que iba del retorno de la democracia pactada.

¡La necesidad de una Asamblea Constituyente realmente Libre y Soberana contra la podredumbre del régimen de los capitalistas!

Experiencias como las de Perú muestran que existen las fuerzas para ir por todo, y de una vez por todas echar abajo con la Constitución de 1993, que durante décadas ha permitido la proliferación de la corrupción política de un régimen cada vez más podrido y deslegitimado, que incluso le ha llevado al abandono de tres presidentes en menos de cuatro años. Pero para esto es necesaria una gran huelga general organizada por las principales centrales de trabajadores como la CGTP que junto a federaciones estudiantiles, organismos populares, imponga una Asamblea Constituyente Libre y Soberana por medio de la movilización.

Tal como señala la Corriente Socialista de Trabajadores (CST) en Perú “desde la Corriente Socialista de las y los Trabajadores CST, llamamos a exigir a la CGTP y demás organizaciones sindicales y populares a la inmediata convocatoria a la movilización general de los trabajadores y a la huelga general para expulsar a esa casta corrupta y profundamente antidemocrática y antipopular, porque lo que está en juego es profundizar esta crisis para abrir e imponer, desde abajo, un proceso constituyente no a la medida de las castas parasitarias que se pugnan el control del Estado, sino un proceso constituyente libre y soberano para acabar con la reaccionaria Constitución de 1993 y con el régimen político que en esta se sostiene”.