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Red Internacional
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La precariedad de la Sanidad madrileña al borde de costarle las Urgencias a 200.000 personas

Los vecinos de Arganda del Rey destinados al Hospital del sureste, más de 200.000, se enfrentan a la posibilidad de que cierren las urgencias por las condiciones de precariedad y sobreexplotación a la que se enfrentan las trabajadoras del Hospital.

Lunes 9 de octubre de 2023

Las trabajadoras del Hospital no paran de denunciar una situación insostenible con horas de trabajo por encima de las capacidades de cualquier ser humano y una imposibilidad para atender a los pacientes que acarrea un problema para la situación general de quienes dependemos de la sanidad pública.

El Hospital del sureste de Arganda del Rey debería atender a más de 200.000 personas, pero las Urgencias del hospital que a principios de mayo eran atendidas por 25 trabajadoras, ya en aquel momento un número completamente insuficiente, ahora son atendidas por 12. Estas “bajas” son debidas a una situación de explotación en la que las trabajadoras se enfrentan a horas interminables de trabajo, que las llevan a la necesidad de solicitar la baja o dejar directamente el puesto.

Ante esta situación denunciada por CCOO y por el sindicato de medicina AMYTS, la representante de CCOO del hospital aclara que las trabajadoras no tienen incentivos y que, en todo caso, el dinero no compensa la carga de trabajo. También explica que se está buscando mayor contratación pero no se encuentran sustituciones, una situación normal teniendo en cuenta la situación general de la sanidad madrileña a cargo del PP.

“Se acordó que la carrera profesional, un complemento que se añade a la nómina, fuera revisada cada tres año” declaraba para El Salto la representante de CCOO, pero si bien el sueldo es un elemento importante para cualquier trabajadora, este no es el punto determinante, el problema es una cuestión de permanente precariedad y sobrecarga de trabajo.

Es necesario denunciar abiertamente la situación de precariedad y los bajos sueldos y a la vez es importante ligarlo a una pelea abierta por la ampliación de la plantilla con una reducción de la jornada de trabajo y, para ello, es esencial que se levante, como ya se venía haciendo en el período de Febrero a Marzo de este año, una pelea contra la administración de la sanidad pública de Ayuso que está llevando a cada vez más situaciones como esta.

Hospitales en el que las propias trabajadoras se ven obligadas a mandar a personas enfermas a otros hospitales porque no existe la posibilidad de atenderlas u otros donde tampoco hay médicos sino que serán atendidos por celadores y enfermeras.

El marco general de la sanidad en Madrid es el de una administración desastrosa de 30 años de desmantelamiento por parte de los diferentes gobiernos del PP, que desfinancian hospitales para enviar fondos a hospitales privados y que se combinan con un desprecio generalizado de la vida de la clase trabajadora privatizando servicios como los comedores públicos o dedicando dinero público a negocios familiares, ambos incluidos en la larga lista de atrocidades cometidas por la administración de la Alumna Ilustre Ayuso.

Pero no se puede aislar de la colaboración público-privada que también es defendida por el PSOE y los partidos del gobierno central que aprobarán unos presupuestos donde la sanidad y educación quedan completamente infrafinanciadas (entre las necesidades que arrastran y la inflación) para aumentar los presupuestos militares como no se vio en toda la época del Régimen del 78; así como su búsqueda de colaboración con las mutuas que fueron apoyadas por CCOO y UGT que denuncian este caso pero mientras sus cúpulas dirigentes colaboran con un Gobierno que poco le preocupa la sanidad y mucho el militarismo.

Es por esta situación que son necesarias acciones como las de este finde semana cuando se organizaron unas jornadas por la sanidad pública pero también continuar con la lucha que llevaban trayendo las trabajadoras de sanidad de la Comunidad por asegurar una financiación que permita sueldos acorde con el coste de la vida, repartir las horas de trabajo ampliando las plantillas sin reducción salarial y pudiendo ser administradas por quienes trabajan en la sanidad publica y aquellos que la utilizamos.