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Red Internacional
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CONFLICTO LABORAL. La precariedad laboral entre los trabajadores de la cultura

En el Centro cultural Laboral de Gijón se ha abierto un conflicto que desnuda la enorme precariedad laboral en la cultura. Los trabajadores de la cultura comienzan a organizarse.

Clara Mallo Madrid | @ClaraMallo

Sábado 5 de marzo de 2016

El Centro cultural LABoral es uno de los centros de arte y creación industrial contemporánea de referencia en todo el estado. El conflicto se desató cuando tres trabajadores del centro (el responsable de Actividades, el coordinador de Audiovisuales y el de Comunicación) recibieron a comienzos de año la noticia de que dejaran de percibir su salario, aunque deben de seguir ocupando su puesto de trabajo.

Tras la noticia sorprendente estos tres trabajadores del centro descubrieron que nunca habían sido personal laboral de la fundación que gestiona el centro de creación, tratándose de falsos autónomos, algo más que común en el estado español. Este conflicto expresa la situación de extrema precariedad que vive el sector.

Para enfrentar esta situación, los trabajadores se han constituido en asamblea. El comunicado emitido por la misma expresa que “los ceses se producen en el marco de una política de contratación irregular, siendo práctica habitual cubrir puestos estructurales con trabajadores autónomos, como si de trabajadores laborales se tratase, llegando a desempeñar tareas de responsabilidad y representatividad.” También manifiestan su “preocupación por la situación irregular y de desprotección del resto de compañeros autónomos que continúan desempeñando sus tareas en el Centro de Arte, y por la precariedad de las condiciones laborales existentes entre los trabajadores de la Fundación.”

Este conflicto viene a destapar la situación laboral de los trabajadores de lo que se conoce como industrias creativas y culturales. Lejos de la imagen idílica de este sector el conflicto del Centro cultural Laboral viene a mostrar las continuas vulneraciones de los derechos de los trabajadores de la cultura.

El sector de la creatividad y la cultura es uno de los sectores que vienen parcheando la economía española. Con millonarias inversiones de dinero público las grandes empresas dedicadas a la gestión culturan y creación artística se enriquecen a costa de dinero público.

Mientras las empresas culturales, el espectáculo y el ocio vine enriqueciéndose en los últimos años, los que trabajan en el sector ven -al igual que el resto de trabajadores del estado español-, cómo sus puestos de trabajo son cada vez más precarios, sus contratos más temporales y sus salarios más reducidos.
Un gran negocio para las empresas que se benefician, además, de la escasa sindicalización del sector y de la fragmentación y temporalización de estos servicios que hace más difícil la organización de los propios trabajadores.

Una situación que favorece enormemente la vulneración de los derechos laborales, encontrando en estos espacios falsos autónomos, eternos becarios, contrataciones en negro y demás situaciones de abuso patronal sin que los trabajadores puedan organizarse.

Pero el conflicto de LABoral, en el que los trabajadores han comenzado a organizarse para defender sus derechos es síntoma de que la constante vulneración de derechos tiene respuesta en los trabajadores del sector cultural que comienzan a organizarse.