Hoy comienza formalmente la Cumbre del G20 en Argentina, la cumbre de “los más odiados”. Los líderes imperialistas y de las principales potencias mundiales se reúnen en un G20 que seguramente tenga escasas resoluciones en concreto. La guerra comercial entre Estados Unidos y China y el cambio climático, en el foco de atención.
Viernes 30 de noviembre de 2018 00:00
Los líderes del mundo se reunirán en Buenos Aires en medio de una encrucijada global marcada por las tensiones comerciales entre Estados Unidos y potencias como China y la Unión Europea y por choques diplomáticos como el que enfrenta a Rusia con Ucrania.
En las últimas horas fue llegando a la capital argentina el grueso de los jefes de Estado que integran el G20 -las 20 economías más desarrollas y emergentes-, así como de países invitados (España, como invitado permanente junto a Chile y los Países Bajos, invitados por Argentina) y los representantes de organismos como Naciones Unidas y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Mientras los medios de comunicación transmitían en vivo la llegada de cada uno de los líderes mundiales a Buenos Aires, ya comenzaban las primeras reuniones de mandatarios. El debut de Mauricio Macri fue con el Primer Ministro de la República de Singapur, Lee Hsien Loong, seguido por el presidente francés Emmanuel Macron, que enfrenta enormes protestas en su país contra la suba de los combustibles.
Además, hubo una reunión entre los presidentes del Consejo Europeo y la Comisión Europea, Donald Tusk, y Jean-Claude Juncker, y Macri en la víspera de la Cumbre.
Tanto Argentina la como la Unión Europea "han trabajado juntas para apoyar el multilateralismo y un orden mundial basado en reglas", declararon los líderes sin apartarse un milímetro de la corrección diplomática, aunque alejándose de los nacionalismos encabezados por Donald Trump. También destacaron la "cercanía de posiciones" en foros internacionales, "especialmente en las Naciones Unidas", y agregaron que "comparten puntos de vista similares en cuanto a la prominencia del sistema multilateral, el comercio abierto y un orden internacional basado en normas".
La UE y el Mercosur: ahora depende de Bolsonaro
En lo que respecta al comercio mundial, los dirigentes se refirieron al acuerdo comercial entre la UE y el Mercosur, "en el que ambas partes siguen muy comprometidas", aunque Emmanuel Macron ya empezó a cuestionar al declarar que ahora dependerá de cómo actúe Bolsonaro.
A su vez, y en paralelo a la reunión, el Banco Europeo de Inversiones firmó con el gobierno argentino tres créditos para financiar proyectos de infraestructura sostenible en el país, por un valor aproximado de 225 millones de euros, a los que se unirá una subvención de la UE de 11 millones de euros.
La “farsa inventada por los chinos”
Desde la UE también subrayaron el consenso "sobre la importancia de abordar el cambio climático”, punto sobre el que difícilmente se llegue a buen puerto ante el poder de veto de Trump, para quien no se trata más que de “farsa inventada por los chinos”.
Al respecto, también dio declaraciones el secretario general de la ONU, António Guterres, quien reclamó que los líderes del G20 adopten compromisos más ambiciosos para luchar contra el cambio climático, un fenómeno que, advirtió, se encamina hacia "una situación extremadamente difícil".
"Esta cumbre del G20 es muy importante porque antecede al COP24 (reunión sobre cambio climático de la ONU a celebrarse en diciembre en Katowice, Polonia)", dijo Guterres en una conferencia de prensa en Buenos Aires, donde participará de la cumbre del G20. El secretario general de Naciones Unidas advirtió que el cambio climático "corre más rápido de lo que esperábamos" y se prevé que se convierta en "una situación extremadamente difícil".
"Estamos haciendo consultas en todo el mundo, incluso en preparación de la COP24. Estamos pidiendo a todos un sentido constructivo de compromiso para evitar una división, que sería dramática", sostuvo, obviamente aludiendo al negacionismo de Trump sobre el tema.
Por otra parte, Tusk, Junker y Macri, aunque parezca chiste, declararon promover la democracia y los derechos humanos, derechos violados sistemáticamente por todos y cada uno de los mandatarios que se reúnen en el G20, siendo el caso más paradigmático el del líder de Arabia Saudita, Mohamed Bin Salman, autor intelectual del asesinato del periodista disidente Jamal Khashoggi, y responsable del genocidio en Yemen. Pero no menospreciar en este “campo” la tarea que llevan adelante Rusia, Estados Unidos, Francia, Alemania, Reino Unido, y siguen las firmas, en la guerra en Siria, la masacre en Palestina, los conflictos y las hambrunas en África y Medio Oriente, por no hablar de los estragos económicos que provoca el FMI y sus políticas de ajuste en países como Grecia y la anfitriona de la Cumbre.
Más allá de las sonrisas para la foto, los regalos y el protocolo, que costaron al Estado argentino 3 mil millones de pesos, el G20, que formalmente comienza hoy, ya dio sus primeros traspiés cuando se conoció en la tarde del jueves que Trump, desde el avión, suspendió a través de twitter su encuentro bilateral con Vladimir Putin por la crisis con Ucrania debido a las detenciones de buques ucranianos por parte de Moscú en el mar Negro.
Descartada la reunión con Putin, el encuentro que centrará el protagonismo en la agenda de Trump será la cena que mantendrá el sábado con Xi Jinping, en la que podrían acercar posturas para frenar su guerra comercial. "Estamos muy cerca de hacer algo con China, pero no sé si quiero hacerlo", aseguró Trump antes de abandonar la Casa Blanca.
"Creo que China quiere llegar a un acuerdo, y estoy abierto, pero francamente, me gusta el acuerdo que tenemos ahora", agregó. En julio había acusado a China de mantener un excesivo superávit comercial con EE.UU. e impuso aranceles a las exportaciones chinas por valor de 250.000 millones de dólares.
Según el diario The Wall Street Journal, el acuerdo que negocian EE.UU. y China consistiría en que Washington se abstenga de imponer nuevos aranceles mientras el Gobierno chino se plantea grandes cambios en su política económica, como el fin de las restricciones a la compra de productos agrícolas y energéticos estadounidenses.
Pero Trump parece escéptico sobre los beneficios de un pacto, y le preocupa que ceder ante Pekín lo haga parecer débil, de acuerdo con el Journal.
La agenda de Trump en Buenos Aires incluirá además una reunión bilateral el viernes con el presidente argentino, Mauricio Macri, y se espera que el mandatario también participe en la firma del renovado acuerdo comercial entre EE.UU., México y Canadá, conocido como T-MEC. Trump se reunirá también con la canciller alemana, Angela Merkel; los primeros ministros de Japón, Shinzo Abe, y de la India, Narendra Modi; y mantendrá conversaciones informales con los presidentes surcoreano, Moon Jae-in, y turco, Recep Tayyip Erdogan.
Nacido en 1999 como una reunión técnica de ministros de Finanzas y presidentes de Bancos Centrales, en 2008, en plena crisis financiera global, el G20 se convirtió en el mayor foro político y económico del mundo, cuyos miembros representan el 85 % del producto bruto global, dos tercios de la población y el 75 % del comercio internacional. Sin embargo, cada vez se parece más a una cáscara vacía que a una cumbre con avances concretos. Pero el telón ya se ha levantado y la injerencia imperialista ya está al desnudo. Que comience la farsa que el gobierno argentino ya se encargó de militarizar el escenario.