Mano dura y mucha represión son la base del programa de Cabildo Abierto para enfrentar la inseguridad.
Jueves 22 de agosto de 2019
Foto: http://www.lr21.com.uy
La semana pasada fue presentado el programa de Cabildo Abierto, oportunidad en que se conocieron las propuestas en relación al tema de la seguridad pública del grupo que lidera Manini Ríos.
De conjunto el programa contiene la visión tradicional de la derecha sobre estos temas, incluyendo algunas ideas “innovadoras” que plantean implementar.
Manini ha dicho que existen “prejuicios ideológicos a la hora de ejercer la autoridad” dando a entender de esta manera que es necesario actuar con mayor dureza y firmeza frente a lo que el candidato derechista entiende como la delincuencia.
Tal como expresa en el apartado “lineamientos programáticos” se plantea que el paradigma socio-económico que promueven se basará en “el respeto generalizado por la propiedad privada”.
En consonancia con este postulado ideológico Cabildo Abierto entiende centralmente a la “delincuencia” como aquellos actos que atentan contra la propiedad privada y que por lo tanto merecen ser reprimidos con dureza.
El programa de Cabildo Abierto en el fondo apunta a criminalizar la pobreza mientras se deja impunes a los delincuentes de guante blanco que son los verdaderos promotores del crimen (en connivencia con la policía) en las sociedades capitalistas.
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De esta manera reduce los temas de inseguridad a un problema de “hurtos, rapiñas y homicidios” y propone respuestas básicamente policiales o militares. De forma tajante se deja de lado cualquier explicación que incluya las problemáticas sociales para entender la delincuencia (se trataría de un prejuicio ideológico) y se centra en la represión como solución.
Partiendo de esta óptica se proponen un abanico de medidas que van en el mismo sentido de mayor control social, más mano dura, encierro, endurecimiento de penas y autoritarismo.
Manini profundiza con sus propuestas el camino que han seguido los distintos gobiernos en estos últimos 25 años, cuando se implementaron un conjunto de reformas que promovieron un sistema judicial más duro (privación de libertad como primer medida, condenas más largas, restricciones a las libertades anticipadas, tipificaciones de delitos que amplían la lógica punitiva, etc.) y un importante aumento en la capacidad represiva del Estado.
Las propuestas de Manini
En todo caso, si hay algo a reconocer en Manini y Cabildo Abierto es el empeño en presentar un conjunto exhaustivo y diverso de medidas represivas en un mismo documento. De su programa se puede destacar:
Crear la figura de legítima defensa presunta para policías y ciudadanos (buscando una base legal para el “gatillo fácil”).
Habilitar a la policía a solicitar de manera discrecional la identificación a cualquier persona (que en realidad ya está permitido hace algunos años) y el registro personal cuando se les ocurra a las fuerzas represivas (o sea a los sospechosos por “portación de rostro”).
Propiciar la tenencia de armas generalizada
Reformas al Código del Proceso Penal que restringen y acotan las libertades individuales: “limitación de la aplicación del procesamiento sin prisión, la libertad provisional y anticipada, la suspensión condicional de la pena, salidas transitorias, la gracia y reducción de pena por estudio. No autorizar salidas transitorias hasta no cumplir la mitad de la condena”
Integrar el cómputo de antecedentes y agravantes a los menores infractores luego de cumplidos los 18 años
Formalizar con prisión a los infractores en los casos de Hurto Agravado y Abigeato Agravado
Aumento del papel de las Fuerzas Armadas en temas de seguridad interna proponiendo que gestionen una cárcel de máxima seguridad y manteniendo el control perimetral de las cárceles
A este conjunto de medidas, que en mayor o menor medidas son parte de la agenda de la derecha política, se le suma como novedad la “innovación” de promover la figura del “Serenazgo” para crear cuerpos de vigilancia privada (integrado por personal militar y policial retirado), que en la práctica pueden funcionar como fuerzas parapoliciales (y para los que se reclama además que tengan la misma impunidad que las fuerzas represivas estatales).
Sus propuestas sobre las cárceles muestran también su visión estigmatizante y despectiva sobre los pobres:
Las cárceles uruguayas son denunciadas internacionalmente por las condiciones inhumanas en las que se encuentran los presos (que son pobres en su amplísima mayoría). Manini evita referirse a esta grave problemática y solo propone una especie de campo de trabajo forzado (6 días por semana) como un supuesto mecanismo de rehabilitación
El paradigma represivo se deja ver hasta en su propuesta para integrar el cuadro de asesores del Ministerio del Interior:
Para ocupar estos cargos sería un requisito según el programa de Cabildo Abierto contar con “experiencia notoria” en prestación de servicios en Fuerzas Policiales, Fuerzas Armadas o Seguridad Privada.
Si la inseguridad para Manini se resuelve con represión parece natural y lógico que quien intervenga en estos temas tiene que contar con experiencia en integrar fuerzas represivas.
El carácter represivo y autoritario del candidato de Cabildo Abierto intenta empalmar con un estado de ánimo “securitario” que es claramente promovido por los medios de comunicación desde hace décadas y que se ha instalado como parte de la agenda política de todos los partidos.
No en vano referentes en temas de seguridad de los otros partidos de derecha han dicho que tienen coincidencias con las propuestas de Manini.
Las organizaciones sociales y populares que se vienen movilizando activamente contra la Campaña Vivir sin Miedo que promueve Larrañaga muestran cual es el camino para cerrarle el paso a todas estas propuestas de militarización y mayor represión que están dirigidas contra los trabajadores y sectores populares.