Los estudiantes de la Universidad Politécnica de Hong Kong convirtieron el campus en una fortaleza para combatir a la policía en una batalla épica que incluyó arcos, flechas y rayos láser. Exigen que se cumplan las demandas democráticas levantadas desde junio.
Santiago Montag @salvadorsoler10
Lunes 18 de noviembre de 2019 21:29
El campus de la Universidad Politécnica de Hong Kong fue el cuartel general de la resistencia a la policía luego de días de toma y de que el lunes pasado comenzara una huelga general que se extendió toda la semana. No sólo es un bastión de la resistencia, sino un muro de defensa para la entrada de la policía a la península de Kowloon, la región más pobre de Hong Kong, y la más densamente poblada del mundo, donde viven cerca de dos millones de trabajadores.
La resistencia estudiantil levantó muros en los accesos, barricadas en las calles, gran cantidad de cócteles molotov, desplegó los característicos paraguas, y unos curiosos arcos y flechas que se combinaron con los lásers para evitar las cámaras de reconocimiento facial. También desplegaron una cantidad enorme de adoquines y barricadas erigidas con maceteros, tablones y muebles sacados de las aulas. Prepararon a los “soldados” con máscaras antigás, cascos de obra y antiparras. Los accesos son controlados por un pequeño grupo para evitar la filtración de algún policía. Dentro del edificio la organización para recibir heridos y sumistros está al nivel de las mejores tácticas militares.
La policía hongkonesa entregó un mensaje claro mientras asediaba la universidad: "tiren sus armas y ríndanse o recibirán una lluvia de gases lacrimógenos y balas de goma". Por supuesto, rendirse nunca fue parte de la discusión.
La batalla fue una inflexión para el movimiento de protesta que ya lleva cinco meses. Las tensiones aumentaron en las últimas semanas donde la represión se profundizó en proporción a la radicalización del movimiento. Durante los dos días de combates prolongados 38 personas resultaron heridas.
Las calles de Hong Kong viven una permanente movilización que tocó el pico más alto de combatividad este fin de semana. Ahora los enfrentamientos pasaron de ser una "guerra de guerrillas" a una "guerra de trincheras"; de los combates en las calles a defender posiciones en universidades completas y barricadas enormes que bloquean las redes de autopistas de la isla.
Además de la Universidad Politécnica, también durante el martes 12 se registraron combates en la Universidad China de Hong Kong (CUHK). Allí se vivió una batalla campal con escenas más propias del asalto a una ciudad fortificada del medioevo. Los carros hidrantes y las escuadras de policía recibieron una lluvia de bombas molotov y flechas incendiarias.
Durante la semana ante las amenazas del Jefe de la Policía John Lee, alumnos y activistas de unas 10 universidades isleñas se atrincheraron. Allí organizan la cocina, descansan en colchones en el gimnasio y construyen escudos, lanzas y catapultas caseras.
La huelga general que comenzó el lunes, se extendió varios días y paralizó numerosas estaciones de subte, algunas autopistas permanecieron total o parcialmente cerradas por los destrozos, hubo protestas en varios puntos que acabaron con represión; los centros educativos suspendieron las clases y muchos comercios y oficinas funcionaron con poco personal dadas las dificultades que tuvo la gente para desplazarse.
Recesión económica y revueltas
Hong Kong, en manos de China Continental desde 1997, está entrando en una recesión por primera vez en 10 años.
Los cinco meses de protestas en medio de la guerra comercial entre China y Estados Unidos hicieron mella en la economía de la isla. El domingo, las autoridades locales confirmaron que el territorio entró oficialmente en recesión económica por primera vez en una década después de que el crecimiento se contrajera por segundo trimestre consecutivo (un 3,2% respecto al anterior).
Mientras tanto, el presidente chino Xi Xinping no para de exigirle al gobierno de Hong Kong que restituya el orden. Pareciera estar perdiendo la paciencia. Durante el domingo las tropas del Ejército de Liberación Popular (comandado desde el continente) han hecho base en la isla. Por el momento están limpiando escombros de los combates. Pero ante la situación cuestionan la autonomía de la isla y esperan la oportunidad de completar sus objetivos de integrar una vez por todas al centro financiero y puerto más importante de la región. Aunque parece poco probable que China utilice una represión al estilo de la masacre de Tiananmen de 1989. La comunidad empresarial internacional vería una intervención militar como el fin de "un país, dos sistemas", lo que podría provocar un éxodo de negocios.
Sin una dirección política revolucionaria, su programa no ha podido superar aún las demandas de libertad de expresión, elecciones democráticas y que China Continental respete la autonomía de Hong Kong. Pero los estudiantes hongkoneses, con sus sistemas de combate urbano y enorme determinación, son una inspiración para los movimientos de protesta que atraviesan el mundo.
Al menos 500 estudiantes permanecían firmes en el campus este lunes por la tarde, después de que la policía intentó ingresar en la mañana, sin conseguirlo. A pesar que van 4.491 detenidos desde que comenzaron las protestas en junio, y miles de heridos, el movimiento continúa lejos de llegar a su fin.
Santiago Montag
Escribe en la sección Internacional de La Izquierda Diario.