Cargill contrata trabajadores migrantes. Defiende los beneficios de la superexplotación laboral.
Viernes 1ro de septiembre de 2017
Mientras que los altos funcionarios de México como Ildefonso Guajardo junto con los de EE.UU. y Canadá arguyen que estas negociaciones son para llevar a cabo procesos de modernización, apelando a la defensa de los intereses nacionales, la realidad es otra muy diferente, para comprender esto es necesario remitirse las declaraciones de la multinacional Cargill acerca del TLCAN.
Esta es la mayor empresa privada de EE.UU. y una de las más poderosas en el mundo en la cuestión de la producción y comercialización de granos, con ingresos por más de 107.2 mil millones de dólares invertidos en los sectores agrícolas, alimentario, bebidas, acero, transporte y servicios financieros.
El presidente de esta trasnacional, David MacLennan, declaró con respecto a los procesos del TLCAN que: “Destruir el acuerdo o despedazarlo, en nuestra opinión, sería un muy grande error” haciendo el exhorto a Donald Trump evitar la salida de EE.UU. del acuerdo comercial, ya que eso podría afectar los aproximadamente 15 millones de empleos que ellos dan. Además advirtió que el fin del TLCAN iniciaría una guerra comercial junto con afectar a Cargill hasta en un 10% de sus ingresos anuales.
Dichas declaraciones son producto de que esta empresa junto con Monsanto (hoy propiedad de la alemana Bayer) se han beneficiado del Tratado de Libre Comercio de América del Norte sin restricción alguna sobre la base de la destrucción del agro mexicano, la explotación de miles de trabajadores migrantes y el aniquilamiento de la diversidad genética en los diversos tipos de granos como el maíz. Para dar un ejemplo, antes de la entrada en vigor del TLCAN los ingresos del comercio agrícola en Norteamérica eran de 900 millones de dólares, después de la entrada en vigor se multiplicaron exponencialmente hasta alcanzar los 39 millones de dólares.
Ahora Cargill no es la única multinacional que se ha beneficiado de este tratado, ni es la única rama que ha vito enormes ganancias, otras empresas en los sectores manufactureros, de extracción (como la minería) y de desarrollo tecnológico se han visto favorecidas por estas condiciones que profundizan la opresión colonial. Ya que a la par que estos se enriquecían junto a sus socios de México, EE.UU. y Canadá (empresarios en complicidad con los respeticos gobiernos), las condiciones que imponían sobre la población trabajadora eran brutales.
El doctor Carlos Herrera De la Fuente en su artículo El TLC y la destrucción de la economía mexicana, brida algunos datos para analizar el fenómeno con más exactitud los saldos de este tratado, que en nuestro país han sido los siguientes: de 1994 a 2013 se perdieron 2 millones de empleos agropecuarios, resultado de la apertura económica donde se quitaron todo tipo de subsidios públicos a los productos agrarios como precios de garantía, aranceles, permisos de importación (mientras que las empresas de EE.UU. y Canadá seguían siendo apoyadas por sus respectivos gobierno).
De esa manera se abarataron los precios de los productos de los campesinos mexicanos entre un 40 y un 70%, llevándolos a la ruina al no poder competir en un contexto de este tipo, la soberanía alimentaria dejó de existir y la producción quedó en manos de un puñado de empresarios mexicanos y extranjeros, como Cagill, que es aliada de Maseca, Bimbo, Bachoco, PilgrimsPride, Tysson, Nestlé, Lala, Sigma, Monsanto, ADM, General Foods, Pepsico, Coca Cola, Grupo Viz, Grupo Modelo, Grupo Cuauhtémoc, Wal-Mart, Kansas City, entre otras.
Además las industrias también se vieron afectadas como la del plástico, la textil, la del vestido, la del calzado, la dedicada a la fabricación de juguetes, la dulcera, la refresquera, creando una desarticulación ya que las industrias que se mantienen en pie prefieren comprar sus materias primas en el extranjero por los bajos costos. Lo cual ha producido pérdida de empleos y un abaratamiento de la mano de obra, aunque las cifras se empleo se mantengan bajas, eso es relativo ya que se ha arrojado a miles de trabajadores a la informalidad, en 2016 el INEGI reportó un cambio del 57.83% al 57.22%, esta cifra implica que casi 6 de cada 10 empleos son informales, por lo que no cuentan con seguridad social ni prestaciones. Eso sin contar que los muchos de los empleos que son considerados como formales se llevan a cabo bajo esquemas de precarización laboral como lo es la subcontratación.
Otro efecto del TLCAN es el crecimiento del narcotráfico, en el 2014 México fue puesto en la lista de los 22 países más importantes en la producción y exportación de drogas, según datos de la DEA, del sexenio de Miguel De la Madrid al de Enrique Peña Nieto, los carteles del narcotráfico pasaron de ser 2 a ser 9. Lo que implica que estas empresas ilegales se han convertido en el sustento de muchos trabajadores sin alternativa, orillados por la necesidad que impone los pocos empleos y la terrible competencia por ellos.
También a esta lista se agrega la inmigración, México es el segundo país que más aporta migrantes con 12.3 millones de personas (sólo después de la India con 16 millones), los cuales terminan yendo a los campos de California o alimentar las industrias estadounidenses con menores sueldos por su condición de ilegalidad. Teniendo que soportar la persecución que gobernantes como Trump lanzan sobre ellos, lo implica la satanización y las detenciones policiacas.
Las discusiones hoy sobre el Tratado de Libre Comercio no son más que una forma de profundizar el dominio del imperialismo sobre la clase trabajadora mexicana, profundizando las condiciones de precarización laborales de las cuales los gobiernos como el de Enrique Peña Nieto son cómplices.
El TLCAN no ofrece nada a los trabajadores, y la actitud que ha asumido el gabinete de Peña de defender las posiciones de México con respeto al tratado no es más que una farsa más para ocultar la complicidad entre los distintos gobernantes y empresarios.
Síntesis de las renegociaciones
La primera ronda se realizó del 16 al 20 de agosto sin un resultado contundente aún, en ella se reunirán representantes del México, EE.UU. y Chanda para continuar con las negociaciones del mismo. Pero esta negociación donde el gobierno mexicano trata de aparentar la defensa de los intereses nacionales no es más que otra mentira que esconde la verdad sobre los verdaderos intereses en juego.
Esta ronda se llevará a cabo en la Ciudad de México, retomando las discusiones de las 25 mesas de la primera realzada en Washington, Ildefonso Guajardo declaró que se confía que las negociaciones avanzaran si problema y que en la tercera ronda podrá concluir este proceso antes de las elecciones que tendrán lugar en México y EE.UU. en el 2018. Los temas que se discuten en esas mesas son principalmente:
Primer bloque: pymes, facilitación competitiva de los negocios, obstáculos técnicos del comercio, buenas prácticas regulatoria y telecomunicaciones, entre otros.
Segundo bloque: el tema laboral, acceso al mercado, financiero, compras de gobierno, textil, energía, entre otros.
Tercer bloque son los temas más polémicos: las reglas de origen, inversión, propiedad intelectual etc.