El Río Negro, que es uno de los ríos más grandes de la región, se encuentra en su punto más bajo desde que comenzaron los registros históricos en 1904. Se ven cadáveres de animales como delfines en varias partes de ríos y arroyos. El fenómeno de El Niño, que calienta las aguas del Océano Pacífico, es una de las causas habituales de este período seco, sin embargo expertos señalan que los impactos por el actual modo de producción capitalista intensifican y aceleran este proceso.
Martes 24 de octubre de 2023 20:44
Escenas desgarradoras de cadáveres de animales en orillas, como la de delfines marinos, y lechos de ríos secos. Una sequía que está afectando la vida de casi 700000 personas en la parte occidental de la Amazonia, especialmente en los estados de Acre, Amazonas y Roraima, pero que tiene impactos directos en todos los que viven en zonas del bioma del Amazonas. Varias ciudades ya se encuentran en estado de alerta declarado por sus defensas civiles.
La sequía registrada este año ya se acerca a los mayores récords históricos que se han medido. Hasta entonces, la sequía más grande se había registrado en 2010, pero los datos preliminares actuales muestran que la magnitud de la actual tiene el potencial de superarla.
El fenómeno climático de El Niño es sin duda una de las causas. Este fenómeno natural hace que las aguas del Pacífico se calientan y, al avanzar hacia el lado occidental del continente sudamericano, impactan directamente en el clima del subcontinente. Este calentamiento provoca que se registren bajos niveles de precipitaciones lo que afecta a los ríos que suelen tener un caudal por debajo de lo normal. Este proceso siempre va asociado a períodos de sequía, como ya ocurrió en el 2010. El calentamiento de las aguas del Océano Atlántico también contribuye a la sequía.
La Amazonía ha sufrido sequías en el pasado, pero actualmente está lidiando con “desastres simultáneos”, dijo Ayan Santos Fleischmann, hidrólogo del Instituto Mamirauá, un centro de investigación ubicado en Tefé. La escasez de lluvia, el calor abrasador y las altísimas temperaturas del agua están azolando, al mismo tiempo, a la región.
Sin embargo, los investigadores señalan que la interferencia humana en el planeta, basada en los impactos causados por el modo de producción capitalista, también influye en esta inestabilidad climática, relacionándose directamente con el calentamiento de la temperatura general del planeta. Este impacto se puede sentir incluso en el aire del estado de Amazonas, que permaneció durante muchos días con grandes nubes de humo en el cielo, que son parte de acciones criminales de los grandes terratenientes con la quema de tierras.
Los incendios forestales han consumido más de 46.000 kilómetros cuadrados de la Amazonía desde el comienzo del año. Los altos niveles de deforestación en la Amazonía, mayormente causado por la expansión de la frontera del agronegocio que despejan terrenos para cultuivos de soja y ganado, es otro factor que empeora la situación. La tala de árboles, al igual que el calentamiento global, hace que la lluvia sea más escasa y las temperaturas más altas porque los árboles de la Amazonía liberan humedad, lo que baja la temperatura y forma nubes de lluvia.
Una perspectiva real de cambiar este escenario, que no coopera y acelera los cambios climáticos ya naturales, es la confrontación directa con el agronegocio que avanza bajo el bioma amazónico.