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Red Internacional
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Trabajadoras. La sindicalización en las mujeres chilenas y la batalla por la igualdad de género

Desde la década de los 90, las mujeres vienen entrando fuertemente al mundo del trabajo, y en la actualidad el 48% de las mujeres que se encuentran en edad para trabajar es parte de la fuerza de trabajo activa, mientras que las sindicalizadas alcanzan un 12,7%. ¿A qué se atribuye que sean menos las mujeres trabajando y sindicalizadas? Principalmente a desigualdades de género que provocan que las mujeres cumplan responsabilidades domésticas, en el cuidado de los hijos, entre otros roles destinados socialmente a ellas.

Viernes 8 de mayo de 2015

En Chile existen poco más de 9 millones de mujeres, de las cuales 3.494.189 son parte de la fuerza de trabajo (es decir, que se encuentran en edad para trabajar y pueden estar en las categorías de ocupadas o desempleadas), donde 3.250.536 mujeres se encuentran ocupadas (trabajando) y más de 243 mil están actualmente desempleadas. Si se analizan a las mujeres que están trabajando, el 66,8% se encuentra bajo la modalidad de empleo asalariado, es decir, se tiene una relación con un empleador, un 8,9% realiza trabajo doméstico y un 19% trabaja por cuenta propia (Nueva Encuesta Nacional de Empleos, noviembre 2014- enero 2015).

Siguiendo con el análisis en cuanto a la participación de las mujeres en el mundo laboral, se puede observar que existen ciertos trabajos y rubros productivos donde las mujeres tienen mayor participación, son trabajos altamente feminizados como es el caso del trabajo doméstico, donde el 97% de los ocupados en este rubro son mujeres o en el caso del rubro de los servicio, donde el 70% son mujeres. Además, tomando en consideración el trabajo familiar no remunerado, las mujeres siguen siendo mayoría, tanto en las labores domésticas, cuidado de los hijos y de familiares, como también en trabajos como negocios familiares, donde el 70% de las personas que no reciben pago son mujeres.

Por otra parte, hay ciertos rubros productivos altamente masculinizados, donde las mujeres permanecen más bien excluidas como es el caso de la construcción (6,5% mujeres), minas y canteras (9%), y transporte y comunicaciones (17%). Según el informe de la Fundación Sol titulado Mujeres Trabando “se observa muy patentemente que las mujeres se desempeñan más en servicios, atención y cuidados, como por ejemplo en el área del comercio, servicios sociales, de la salud y la enseñanza. Esto es lo que se conoce como “discriminación horizontal”, en tanto se asume que hombres y mujeres se desempeñarían “naturalmente” mejor en ciertos trabajos que en otros”.

La sindicalización femenina y las desigualdades en el mundo laboral

Los roles de género establecidos en esta sociedad patriarcal tienen directa relación con la participación de las mujeres en el mundo laboral y también en la organización sindical, debido a las múltiples dificultades a las que se enfrentan las mujeres al momento de tener que hacerse cargo de todo lo que conlleva el trabajo doméstico, el cuidado de los hijos, de familiares enfermos o ancianos, o los obstáculos que se presentan al momento de ser madres. Esta situación merma la posibilidad de que las mujeres tengan mayor tiempo, oportunidades y libertad para poder encontrar trabajo estable y para poder mantenerse activas en el mundo sindical y político.

En este sentido, en la actualidad existe una tasa de sindicalización femenina de un 12,7%, por debajo de la sindicalización de los hombres y a la totalidad de los ocupados en esta modalidad (14,6%). Las complicaciones que existen para la organización sindical de las mujeres también afectan en la posibilidad de que estas puedan existir mejores condiciones laborales y no más desigualdad de género. Por ejemplo, si se toma en cuenta los empleos creados desde el trimestre enero-marzo de 2010, se establece que un 60% del total de los puestos de trabajo femeninos presentan una “inserción endeble” o también conocido como trabajo informal, donde se encuentran las trabajadoras externas (19% del total de ocupadas) y las falsas asalariadas (20,9% del total de ocupadas).

Según datos de la encuesta Casen 2013, cerca del 58% de las mujeres gana menos de $250 mil, un bajísimo 9,5% de ellas gana entre $380 mil y $500 mil y tan sólo el 15% de las mujeres gana más de $500 mil líquidos mensuales, por lo que muchas organizaciones feministas y de trabajadoras han salido a denunciar que el trabajo precario y la pobreza tienen rostro de mujer (el 15% de las chilenas está bajo la línea de la pobreza). De acuerdo al informe mencionado de Fundación Sol “la brecha salarial entre hombres y mujeres es de 17,2 %. Esto quiere decir que incluso controlando los efectos del sector económico (…) las mujeres reciben un salario 17,2% menor que el de los hombres sólo por el hecho de ser mujer”.

Campaña nacional Mujer Sindicalízate

Desde la agrupación de mujeres trabajadoras Pan y Rosas se viene impulsando una campaña nacional llamada Mujer Sindicalízate. Dentro de sus objetivos está que las mujeres tomen la iniciativa de organizarse en sus lugares de trabajo con la finalidad de luchar por sus derechos laborales como la demanda de igual trabajo, igual salario, no más discriminación sexual en el trabajo, derechos maternales garantizados como salas cunas y jardines infantiles.

Todo esto con el propósito de eliminar los variados obstáculos que generan que las mujeres no tengan la participación sindical y política que se merecen como parte fundamental de la clase trabajadora y como actor político y social en la realidad.