Una ola de ataques transfóbicos y contra los derechos de las mujeres y personas con capacidad de gestar se han levantado en las últimas semanas. El movimiento de mujeres tiene la tarea reorganizar nuestras fuerzas y salir a luchar de manera independiente al gobierno por un derecho al aborto legal y libre, pues este no es un debate teórico ni moral, sino un problema de salud pública. Las ricas abortan y les pobres mueren en clínicas clandestinas ¡No más muertas ni presas por abortar!

Diana Toro Administradora Pública.
Sábado 8 de octubre de 2022

La transfobia ha estado desatada en las últimas semanas. El día 28 de septiembre, día de acción global por el derecho al aborto, la bancada republicana (la extrema derecha) presentó un proyecto de ley para echar atrás la limitada ley de aborto en 3 causales, que realmente más que ser una ley que permite decidir sobre tu propio cuerpo, más bien está dirigida a casos excepcionales en el embarazo, como la inviabilidad fetal fuera del útero, es decir, que el feto no sobrevivirá ni un segundo fuera del mismo, cuando está en peligro la vida de la persona gestante, y cuando ha habido una vulneración grave de derechos como una violación.
Uno de los argumentos de la bancada republicana para presentar este conservador proyecto de ley fue que, “una mujer que fue violada, no podría ser desviolada” y por tanto su conclusión sería, que un aborto no vendría a ayudar, y más bien proponía un embarazo forzado para la persona que sufrió tal vejación. Un ataque político directo a los derechos de las mujeres y personas con capacidad de gestar. Y no basto con que estos dos diputados varones presentaran tan retrogrado nivel de argumentación, sino que además luego salieron más congresistas de su bancada a apoyar tal política reaccionaria y patriarcal.
Días después, se desato un conflicto al interior del gobierno debido a que la ministra de la mujer y equidad de género asegurara en una entrevista, que el proyecto de ley de aborto sin causales no era prioridad del gobierno, y que más bien había que iniciar un “dialogo responsable” con el centro y la derecha del congreso, para poder tener los votos necesarios para su aprobación.
El gobierno por su parte, salió a rechazar la forma en que la ministra llevo la pregunta, pero de fondo, realmente no es prioridad del gobierno pese a estar en su programa, y aseguraron que este año no será presentado ningún proyecto. Lo cual implica, que la única política en el congreso sea el reaccionario proyecto de ley de la bancada republicana.
Días después, salió el diputado Gonzalo de la Carrera, que hasta el año pasado era de la bancada republicana, que, con amplia trayectoria en la salud privada, salió a increpar a la diputada Emilia Schneider, de que ella, por su “condición” de mujer trans, no tenía el derecho a exigir un aborto legal, ni menos otro tipo de derechos. Hechos tales que terminaron en la suspensión de la sesión en la cámara de diputados, y que posterior a esto, paso a llamar también a la diputada Marcela Riquelme del distrito 15, de feminazi en una conferencia de prensa, a lo que ella salió a responderle que “eres una vergüenza para Chile, para este parlamento”
Si bien estos hechos a inicios de la revuelta en 2019 eran impensados, pues la derecha e instituciones como el congreso y los partidos políticos del mismo se encontraban por el suelo, con un 2 y 3 por ciento de aprobación, hoy por hoy, tras el salvataje del “Acuerdo por la paz y nueva Constitución” y del fracaso de lo que terminó siendo este acuerdo con la derecha, pues se alejaban cada vez más de las demandas urgentes del pueblo trabajador, lo cierto es que hoy están envalentonados debido a esto, y salen a proponer proyectos de este tipo para echar atrás las mínimas leyes que van en la línea de dar derechos a las mujeres y disidencias sexogenéricas.
Agregar a este panorama, que el día viernes 7 de octubre circulaba en redes sociales un video del estilista Patricio Herrera, que no tenía otro fin que el de negarse al avance de estos derechos, y con mensajes de odio a la diputada Schneider, tratándola de, “un travesti que solo quiere aprovecharse de su situación, de marikon” y otros insultos que realmente no tiene sentido repetir, pero que de fondo, demuestra que este discurso de la derecha solo genera un odio profundo de la sociedad hacia personas que salen se salen de la norma heterosexual, que con escasa o nula educación sexual, salen a reflotar en nuestra sociedad tan permeada por el neoliberalismo. Esta es la subjetividad que genera el discurso de la derecha en nuestra sociedad.
Toda esta transfobia desatada a raíz de poder avanzar en la conquista hacia un aborto legal y libre, tiene varias aristas, ya hemos mencionado una, que es el salvataje que realizo el Frente Amplio (FA), el Partido Comunista, y todos los partidos firmantes del Acuerdo por la Paz, al sistema tal y cual lo conocíamos, entregándole gobernabilidad al gobierno de Piñera, que dejo un saldo de más de 30 muertos, centenares de traumas oculares y presos políticos hasta el día de hoy.
Otra de las aristas es la política que ha llevado hasta el día de hoy el propio gobierno de Emilia Schneider, que si bien ella ha recibido una serie de ataques transfóbicos, lo cierto es que el presidente parte de su conglomerado, no tiene intención en legislar en este tema, que es un asunto de salud pública, es decir, que mientras pasan los días, siguen muriendo mujeres y disidencias realizándose abortos clandestinos ante de la obligación de hacerlo por no existir la figura de un aborto legal en el hospital, o al menos libre y no penalizado para realizarlo en base a pastillas.
Desde Pan y Rosas, nuestra pelea es por conquistar el aborto legal, libre, seguro y gratuito, pero no de la mano de los partidos de centro y de la derecha con negociaciones en el congreso, asegurando votos, sino con la autoorganización de las organizaciones feministas y no transfóbicas.
Pues para ser más concretas, este derecho a nivel político no requiere gran cantidad de recursos, más que las pastillas como el misoprostol necesarias en una terminación del embarazo, pues los médicos y médicas ginecobstetras poseen la capacidad de realizar tales procedimientos.
Este debate no es tampoco teórico o moral, pues es una causa de muerte de mujeres y disidencias ante las cuales el Estado capitalista debiese actuar. Pero como sabemos desde la lógica marxista, que el Estado existe no como mediador neutro, sino más bien para detener la lucha de clases que en su interior existe, es nada probable, que un derecho así, se conquiste en las salas del congreso sin esta ola de ataques de odio y argumentos misóginos. Hace falta una fuerza como la demostrada en 2018 del Movimiento de Mujeres, para conquistar tal derecho.
Así las cosas, debemos recobrar de vida política a nuestras organizaciones feministas y de mujeres, ya que estas, dirigidas en el último tiempo principalmente por el FA, han levantado una política de validación del acuerdo por la paz, centrándose meramente en actividades políticas para aprobar la propuesta de nueva constitución política, ya que, en ella, se establecía el derecho al aborto, el que claro, luego debía pasar por el congreso y por una nueva negociación con la derecha.
Nuestra tarea hoy es volver a confiar en nuestras propias fuerzas, tal como lo hizo el movimiento de mujeres y disidencias en Argentina, que conquistaron su derecho de aborto en las calles. Así también, debemos retomar la lucha por una Educación Sexual Integral, así como la entrega de anticonceptivos en los organismos de salud pública y en los colegios. Las ricas abortan, y les pobres mueren en clínicas clandestinas.
¡No más muertas ni presas por abortar!
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Diana Toro
Feminista socialista