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Red Internacional
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Pueblos Indígenas. La tribu Yaqui y la guerra por el agua en México

Los gobiernos estatales y nacional, sometidos a las industrias trasnacionales avanzan sobre lo poco que queda a los pueblos originarios de tierra y aguas. La minería, la agroindustria y el crecimiento no planificado de las ciudades, hacen victimas a estos pueblos.

Miércoles 26 de abril de 2017

Este 24 de abril Mario Luna, ex preso político de la tribu Yaqui, dio un breve discurso en la ONU. La lucha de los Yaquis es tan relevante que fueron escuchados en la Organización de las Naciones Unidas. En un breve discurso de 3 minutos declaró: “exigimos la libertad de nuestro compañero preso político Fidencio Almada defender nuestros derechos nos ha causado dolor y muerte pero seguimos en la lucha por los recursos naturales”.

Mario Luna, Secretario de la Guardia Tradicional del Vicam, estuvo preso 1 año por delitos como “privación de la libertad”. Mario Luna, uno de los voceros que exigió en la ONU la libertad de Fidencio Almada sabe el significado de ser preso político.

Guillermo Padrés Elías fue el gobernador del PAN por Sonora quién declaró la guerra a los yaquis: llevó a la cárcel a Luna y diseñó el Gasoducto Sonora y al Acueducto Independencia. Este gobernador hoy enfrenta cargos por “lavado de dinero y crimen organizado”. Es parte de los partidos políticos (PAN, PRI, PRD) que se han asociado con el narcotráfico.

El conflicto se desencadenó luego de que el gobernador Padrés licitó el Gasoducto Sonora que busca conectar al estado con Sinaloa e importar gas natural de los Estados Unidos con la intermediación de Comisión Federal de Electricidad. A la par se licitó la construcción del Acueducto Independencia, el segundo más grande del país. Esta obra debe conectar el río Yaqui, territorio sagrado para dicho pueblo indígena, para desmantelar los mantos acuíferos y canalizar el líquido vital para Hermosillo. Dicho acueducto se planeó en 2010 y pone el riesgo a toda la población indígena.

Los Yaquis se organizaron para detener la construcción del acueducto. Desde 1940 el pueblo tiene el 40% del control del río, lo administran comunitariamente para la sobrevivencia de la tribu. Se estima una población de 30 mil personas. En la época de Porfirio Díaz resistieron una guerra de exterminio en el que fallecieron 25 mil personas. Hoy, están a la vanguardia en defensa del agua.

Según los Yaquis “"El 95% de los ríos están contaminados y la mayoría de las cuencas son sobre explotadas". El problema del agua en todo el planeta es grave: algunos estudios estiman “que el 66 por ciento de los habitantes del mundo - cuatro mil millones de personas- vive sin acceso suficiente agua fresca durante, al menos, un mes en el año.”

El absurdo más curioso es la inversión de agua en la industria del automovil. En Puebla, por poner un ejemplo, “la planta de Volkwagen que funciona desde los años noventa destruyó los mantos acuíferos de la zona y despojó tierras comunales de Ocotlán.”

Y es que como señaló Margarita Campusano del Centro Mexicano de Derecho Ambiental “el acueducto no cuenta con autorización de impacto ambiental y su operación está ocasionando un daño irreversible a los yaquis, pues la despoja del agua para consumo humano y para actividades agrícolas; la obra debería estar suspendida desde hace varios meses.”

También sostienen “Los yaquis han utilizado históricamente el agua del río para su sobrevivencia cultural y económica. Uno de los problemas que han enfrentado es el acceso al agua, cuestión que en las últimas décadas se ha agravado debido a que el caudal de agua de dicho río es bajo y la mayoría de sus escurrimientos son utilizados para surtir de agua a otras ciudades, así como a la agroindustria y al Valle del Yaqui, sin que sea suficiente para abastecer sus terrenos cultivables.

También “Además de ello, el río Yaqui es fundamental en la ritualidad y cosmovisión de dicha tribu, toda vez que es el principal elemento productivo del grupo, por lo que es parte de los mitos de creación y símbolo en el llamado huya ania “el mundo del monte”, lugar mítico en el que deambulan seres benignos y malignos que le dan sentido a la normatividad de ese grupo, siendo por ello de alta importancia su protección.”

Es, probablemente, una primera de las varias guerras por el agua que se desarrollen en México. Los trabajadores, intelectuales, organizaciones de derechos humanos debemos de retomar la solidaridad con el pueblo Yaqui en defensa de los recursos naturales.

El capitalismo decadente destruye la naturaleza y avasalla con los bienes comunes. Es parte de su ADN aún más en su fase neoliberal. Urgente construir un mundo nuevo en el que la sociedad de desarrolle de forma armónica con la naturaleza: detener el desarrollo del capitalismo antes de que este destruya la naturaleza finita y sea demasiado tarde.