La SEP impuso continuar con la evaluación docente. La CNTE debe llamar a boicot masivo.
Jueves 27 de septiembre de 2018
A pesar de la promesa del gobierno electo de que en su administración se cancelará la reforma educativa, miles de maestros fueron notificados para presentarse a la última evaluación del desempeño docente de este sexenio, cuya primera etapa, “Proyecto de enseñanza”, ya está en curso (del 3 de septiembre al 26 de octubre).
Tampoco sirvieron los exhortos a las autoridades educativas por parte de las bancadas del Morena en el Congreso -acordados con la CNTE- para suspender desde ahora la evaluación docente, pues la SEP respondió que el proceso continuará por lo que resta del 2018.
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Entre las expectativas en el próximo gobierno y la imposición autoritaria de la actual administración, los maestros notificados se encuentran en la incertidumbre, muchos han decidido presentarse a la evaluación y otros tantos se resisten.
Los casi 600 maestros cesados durante el sexenio de Peña Nieto, se mantienen a la espera de ser reinstalados una vez que López Obrador asuma el poder.
Mientras tanto, los charros del SNTE afines a Juan Díaz de la Torre tratan de recomponerse ante los maestros de base con una política de pedir a la SEP la suspensión de la evaluación, y el sector de Elba Esther Gordillo se dedica a promover los foros educativos del Morena, tratando de aparecer como la representación del magisterio y de llevarlo todo a una confianza pasiva en el gobierno de AMLO.
La CNTE, por su parte, ha planteado la política de no presentarse a la evaluación punitiva y de organizarse para boicotearla, bloqueando las sedes de aplicación.
Las siguientes dos etapas de la evaluación son: “Informe de responsabilidades profesionales”, del 15 de octubre al 2 de noviembre; y “Examen de conocimientos didácticos y curriculares” (docentes y técnicos docentes en Educación Básica), del 3 al 25 de noviembre.
Boicot activo y masivo
Desde la agrupación Nuestra Clase opinamos que las condiciones de esta coyuntura de transición son propicias para organizar una gran lucha contra la evaluación y por echar abajo la reforma educativa.
Consideramos que la política de no presentarse a la evaluación debe ir acompañada del impulso de asambleas por escuela, para que los compañeros nos comprometamos a respaldar a los notificados y a movilizarnos para el boicot.
Junto a ello, para garantizar el bloqueo de las sedes, nos parece muy importante que desde la CNTE se convoque a todas las bases magisteriales (incluso mediante paros en donde los contingentes consolidados apoyen en los lugares en donde hay mayor debilidad), a los padres de familia, a los sindicatos que se reivindican democráticos como el minero y los agrupados en la UNT y NCT, y al movimiento estudiantil que está luchando por la democratización de las universidades e incorpora dentro de sus discusiones la abrogación de la reforma educativa.
Lejos de esperar pasivamente la resolución de nuestras demandas con el gobierno entrante, consideramos que la preparación de un boicot masivo y las acciones durante noviembre, pueden ser un paso muy importante en la conformación de un frente único en defensa de la educación pública y gratuita, por la abrogación de la reforma educativa y por echar abajo todas las reformas estructurales.