Cada vez son más los rechazados en las universidades, las opciones que tiene la juventud son estrechas y los filtros para acceder a la educación superior son cada vez elitista. ¿Quiénes ganan con la exclusión de miles de jóvenes a la educación?
Joss Espinosa @Joss_font
Jueves 10 de septiembre de 2015
A partir de las reformas a la educación básica desde el año 2004 y a la educación secundaria en el 2006 para instaurar el llamado “aprendizaje por competencias”, el Estado, y las instituciones de educación más allá fortalecer la educación en México, se han enfocado cada vez más en capacitar gente competente para trabajos precarios.
Esto ha traspasado a los niveles de educación media superior y superior, encontrando una de sus mayores problemáticas precisamente en los exámenes de admisión.
Los formatos de tales exámenes están diseñados no para saber si alguien está capacitado o no para tal o cual carrera, empezando porque el acceso para la UNAM con un examen único para todas las carreras, sino para estandarizar el rechazo.
Aunque el examen esté desarrollado para evaluar una serie de conocimientos generales, expresa la educación por memoria, quitando y omitiendo la parte de crear personas críticas, que piensen por sí mismas, y que se puedan desarrollar de la mejor manera.
Lo mismo pasa con los exámenes de admisión, a las Escuelas Normales, estos no están pensados para escoger a aquellos con vocación para la enseñanza, sino se basa en una serie de memorización de “conocimientos” que nada tienen que ver con las aptitudes y actitudes a desarrollar para ser profesor.
Por otro lado, a pesar de que se tiene como concepción que la educación es de carácter “gratuito” esto no es así, es importante recalcar que los exámenes de admisión a la educación media superior, y superior tienen costos que van de los $300 hasta los $1,800, estos costos restringen el acceso para presentar el examen a sólo aquellos que tengan los recursos, cuando debería de ser el presupuesto de las escuelas quienes brinden los materiales correspondientes para la preparación y realización del examen.
Esto último evidentemente se profundizara con el reciente anuncio de recorte presupuestal a las 3 universidades más importantes del país, dejando cada vez más en claro al servicio de quien está la educación.
La aceptación de estos métodos de selección es abonar a la elitización de las universidades, y aceptar que cada vez más jóvenes se queden sin educación.
Debemos luchar para rechazar estos métodos de selección que sólo benefician al Estado que cada vez hace más presión para privatizar el sector educativo, exigiendo, no sólo el aumento en la matrícula de las universidades, sino el acceso irrestricto a las universidades. Rechazando cualquier tipo de pago que se exija para acceder a la educación.
Esta lucha debe ser en la perspectiva de poner las universidades al servicio del pueblo pobre y trabajador, y para que a nadie se le niegue el acceso a la educación a todos niveles. Es clave y urgente la luchar por una educación pública y gratuita.