La reforma educacional es una verdadera batalla, donde se juegan intereses y de fondo el proyecto país, multiplicándose encuestas, declaraciones, alianzas: Y luchas, que es donde se juega en realidad, por eso se abrió la disputa por la calle, mostrando la verdadera nueva mayoría, contra los estudiantes.
Jueves 7 de julio de 2016
La verdadera nueva mayoría y la lucha por la calle
Los defensores del orden, los privilegiados como la esposa del presidente PS de la Cámara de Diputados que jubilan con más de 5 millones de pesos, o como los amigos del UDI Longueira prestadores de boletas falsas que evitan sanciones penales en las investigaciones, son concientes que la batalla por la educación se juega en la calle, porque en el Parlamento, puntos más puntos menos, ya acordaron la defensa del mercado de la educación, que llaman eufemísticamente “sistema mixto”.
Lo saben. La derecha volvió a activar la CONFEPA, que se concentró en el Congreso por la ley de desmunicipalización.
Lo saben. El vocero del Gobierno declaró que “se desarrollará bajo una presión política y social que no se había visto en los anteriores capítulos de los cambios en educación”.
Y no se quedan en las declaraciones. La Comisión de Seguridad Ciudadana aprobó el proyecto anti-encapuchados, dejándolo listo para su discusión en Sala. Y lo hizo por unanimidad. Los integrantes de la derecha y de la Nueva Mayoría. Y es esta la verdadera “nueva mayoría”, la que une a la derecha y la Nueva Mayoría contra el movimiento estudiantil y sus justas demandas.
Es que hay algo profundo.
El fracaso de los engañosos desvíos
Las políticas para engañar, para desviar, para sacar de las calles, se está agotando. Lo que llaman “mesas de diálogo”, “diálogos pre-legislativos”, y tantos otros espacios engañosos.
Allá “lejos”, en esa no reconocida frontera interior de Chile, al Sur del Bío Bío, el Gobierno planteó una mesa de diálogo con representantes del pueblo mapuche, se discutió si debía integrarse a la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), se dieron vueltas, para que al final se rompiera por el lado más inesperado: no la CAM, sino los alcaldes mapuche, que decidieron no participar planteando que “creemos que deberían existir algunas garantías mínimas, ya que si los acuerdos no son vinculantes no tiene mucho sentido el siquiera pensar en conversar, y como ya dijimos, nosotros no nos vamos a prestar para aparecer sólo en una fotografía”.
Más cerca de La Moneda, también se rompió el hilo por el lado menos esperado: los Rectores de las Universidades estatales, rechazando la reforma, por no haberse incluido ninguna de sus peticiones en los diálogos pre-legislativos. Ya los estudiantes habían denunciado que no servían para nada.
Por eso, refuerzan las medidas represivas. Pero más profundamente, expresa un cambio en el modo de hacer política en Chile, que empuja más a la confrontación.
“No queremos incidir, queremos decidir”
La batalla por la educación, multiplica los frentes de lucha. En solo dos días tras la cadena nacional de Bachelet, las declaraciones, alianzas, campañas mediáticas, luchas, se expanden.
La movilización estudiantil del martes 5, mostró esa disputa por las calles, enfrentando a Carabineros que reprimiendo pretendían cerrarles el paso. En Valparaíso, por primera vez en años, se acercaron al Congreso. En Santiago, se acercaron a La Moneda. Barricadas y tomas de edificios públicos son su sello.
Las campañas mediáticas se aceleran. Para fundar su política “científicamente”, muestran sus encuestas, todas interesadas, todas propiedad de gente de la derecha. Pero que reflejan las contradicciones que atraviesan esta batalla. Muestran el alto rechazo a la reforma, pero el mayor rechazo es por izquierda (25% creen que debe ser moderada, un distante 35% que debe profundizarse, según Cadem); muestran que la mayor pérdida de apoyo al Gobierno es por izquierda (“las personas que se identifican como la izquierda, 47% aprueba, pero 53% desaprueba la gestión de la presidenta. Ha perdido a los sectores más pobres y las mujeres que eran su grupo más duro”, según Adimark). La mayoría, constatan, aprueban la necesidad de esta reforma.
Y no vendrá del Parlamento de las “bancadas parlamentarias” y las “cocinas”. Vendrá de la lucha de los estudiantes. Y parte de sus batallas es recuperar la aprobación a sus “formas de manifestarse”. ¿Cómo? En primer lugar, reafirmando su decisión de conquistar sus demandas, sin vacilaciones, explicando una y otra vez que es la única solución realista, y no esta engañosa reforma y su maraña burocrática. Explicando una y otra vez, que con el Parlamento de las “bancadas SQM”, “bancadas Penta”, “bancadas Corpesca”, de la “cocina del Senado”, nada se podrá. Que las mesas de dialogo son una farsa. Por eso el Gobierno, la derecha y los capitalistas de la educación con sus Rectores, solo entienden el lenguaje de la fuerza. Por eso, mostrando con sus acciones, que ahora es cuando, que se luchará hasta el final. Y que la constatación, como veíamos, de los callejones sin salida de las mesas de diálogo se agotaron, por eso como plantea la organización de estudiantes universitarios y secundarios Agrupación Combativa y Revolucionaria (ACR), hay que fortalecer la movilización, porque “no queremos incidir, queremos decidir”, porque ahora, la disputa es por la calle.