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Red Internacional
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CÓRDOBA. La victimización del Sindicato de Empleados Públicos

Miércoles 5 de noviembre de 2014

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La mentira tiene patas cortas dice el refrán. La conducción del Sindicato de Empleados Públicos (SEP) lo sabe por eso sigue mintiendo para estirar el tranco. A pesar de tener al gobierno provincial a su favor, que mandó la represión contra los trabajadores del Hospital Misericordia y los detuvo durante casi una semana; y a pesar de contar con el aval implícito de la casi totalidad de los medios de comunicación masivos de la provincia, que presentaron lo que era el ataque de una patotacomo un “choque” entre fracciones sindicales, la conducción de Pihen no lograr convencer de lo imposible y lo impensable: que ellos son las víctimas del ataque y no la patota que agredió.

Gastando decenas de miles de pesos, este martes el SEP sacó una solicitada en el principal medio gráfico de la provincia, donde intenta victimizarse y ponerse en el papel del agredido. Bajo el (nada original) título de “El agredido es tratado como agresor”, la conducción del SEP intenta mostrarse como la “víctima” de un ataque perpetrado por un grupo de “delincuentes” que estaban “armados”. Ellos, por el contrario, quieren presentarse como quienes “defendían su casa”.

Pero eso es un cuento que ni siquiera los niños más pequeños creerán. El SEP tiene en su historia el uso de patotas en cada conflicto donde los trabajadores y trabajadoras de base tienden a cuestionar a la conducción. Además cuenta con un historial de expulsiones de delegados opositores.

Mientras el SEP hace estas maniobras mediáticas para confundir, en los Hospitales crece el descontento de los trabajadores no solo contra Pihen sino también contra la conducción de ATE, que estuvo lejos de apoyar a los trabajadores del Misericordia. Por el contrario, actuó permitiendo que se extendiera la calumnia de que los atacantes habían sido los trabajadores y no la patota de Pihen. Este papel lamentable fue rechazado por sectores opositores dentro del mismo gremio de ATE.


Eduardo Castilla

Nació en Alta Gracia, Córdoba, en 1976. Veinte años después se sumó a las filas del Partido de Trabajadores Socialistas, donde sigue acumulando millas desde ese entonces. Es periodista y desde 2015 reside en la Ciudad de Buenos Aires, donde hace las veces de editor general de La Izquierda Diario.

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