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Red Internacional
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MAR DEL PLATA. La vida de las trabajadoras de la educación en medio de la pandemia

En las escuelas, docentes y auxiliares organizan la solidaridad, pero mientras hacen malabares para garantizar la continuidad pedagógica y distribuir los pocos alimentos que envía el gobierno de la provincia, la precariedad en la que viven cotidianamente se vuelve evidente. Desde La Izquierda Diario te mostramos qué tienen para decir las trabajadoras de la educación.

Lunes 20 de abril de 2020 19:07

La crisis social y sanitaria desatada por el coronavirus puso al desnudo con toda crudeza la situación que padecen millones de trabajadores: la precarización laboral.

No es novedad que cada día crece el número de despidos, suspensiones y rebajas salariales. En Argentina, como viene denunciando la izquierda, las patronales aprovechan la confusión y las dificultades económicas para descargar la crisis sobre sus empleadas y empleados, logrando así no reducir (y en algunos casos hasta aumentar) sus ganancias.

Fábricas, empresas, cadenas de comida rápida y comercios dejan en la calle a cientos de personas cada día, siendo los jóvenes y las mujeres los más afectados, mientras los dividendos de las grandes empresas y bancos se han mantenido. Pero entre quienes trabajan en el sector público la situación no es muy distinta. Las trabajadoras de la salud, en la primera línea de pelea contra la enfermedad, exigen insumos básicos para enfrentar esta situación

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Las trabajadoras de la educación no están menos desamparadas, mientras la cuarentena de las centrales sindicales es evidente.

“Trabaje solamente 12 días este año. Cesé el 12 de marzo, espero y cruzo los dedos poder cobrar, pero vos sabes cómo es el tema con los retrasos a través del SUNA. Siempre le echan la culpa al sistema digital, como ‘no se autorizó a tiempo’ te comen la plata un mes más, cuando cobrás ya no vale lo mismo…” señala S., auxiliar de educación. “Creo que este tema se va a extender y no sé realmente cuántos vamos a poder salir parados de esto. El sistema económico ya está colapsado, con esto va a ser peor… la única solución es ayudarnos entre todos, solidaridad para sobrevivir.

Igual no tengo miedo, y estoy para ayudar a quien esté peor que yo. Vamos a tener que empezar a donar, a trocar, no dudo que va a ser así. Es mucho sacrificio para las mamas que estamos solas” .

La situación de las docentes no es mejor. “Trabajo siempre en Fines, y desde el año pasado también en media - nos cuenta L., profesora-. Por supuesto no pude tomar nada nuevo este año, y de la convocatoria a auxiliares no he tenido novedades, aunque creo que no me corresponde porque tengo dos módulos. Cobro $6000 por esas horas.”

Tampoco es infrecuente que las trabajadoras de las escuelas alternen entre trabajos como docente o auxiliar, para poder completar un sueldo a fin de mes. “Soy auxiliar desde hace 6 años, en estos años de trabajo jamás tuve nada seguro, debido a los pocos cargos que salen para mensualizar” nos dice M. “Este año pude tomar un cargo docente, ya que a la vez de trabajar estuve estudiando para ejercer. De todos modos, seguramente hasta mayo no voy a cobrar. Mi marido trabaja en relación de dependencia en una cantera, desde que se declaró la cuarentena obligatoria la cerraron y los empleados no están yendo, por lo que el sueldo se ve disminuido a la mitad o menos y la situación para nosotros económicamente se nos va a complicar”.
“Como mujer y madre, este sistema de trabajo no nos termina de integrar. Soy auxiliar de educación de la Provincia de Buenos Aires y sufro, como muchas, la desidia y la falta de respeto con respecto a nuestros derechos” manifiesta M.

Y sigue: “si somos precarizados, no hay nada en absoluto que nos de garantía en nuestros empleos. ¿Los sueldos?, ¡paupérrimos! No llegamos ni a la mitad del mes. Tenemos que hacer ‘chicle’ lo poco que ganamos. La falta de compromiso de los sindicatos también es otra cosa evidente, supuestamente nos protegen. Nuestro rol como mujeres trabajadoras es denunciar abiertamente este atropello que se vive a diario y exigir que esto cambie. Mi sensación es que estamos caminando sobre algodones. Esto te va enfermando poco a poco y a nadie le importa un bledo”.

La opinión de M. está bien fundada. Mientras el gobierno de Kicillof lanzó un programa que precariza aún más la situación de docentes y auxiliares suplentes y “elevó” a $50 el cupo del SAE ¡por pibe!, se abre una importante discusión sobre el rol que están jugando y deberían jugar los sindicatos, tanto para dar respuesta a este importante sector precarizado, como para organizarnos con las familias de las y los pibes, en cada barrio.

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Mientras las conducciones nacionales de SUTEBA y ATE están jugando abiertamente para el gobierno actual que deja correr despidos como en Techint o sectores de la gastronomía, son alentadores los ejemplos del sindicato SUTE de Mendoza dirigido por la lista Multicolor que otorgó mil bolsones de alimentos a docentes, con un gasto por parte del sindicato de 1 millón de pesos y además están comenzando a construir mascaras con impresoras 3D para trabajadores de la salud, o la asamblea virtual impulsada por la conducción Multicolor del SUTEBA La Matanza para discutir entre todos los pasos a seguir.

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Desde la Agrupación Marrón en el Frente de Izquierda Unidad, exigimos que los sindicatos tomen medidas efectivas para frenar los despidos y suspensiones. Es necesario exigir un salario de emergencia de $30 mil para todos, en base a un impuesto extraordinario a las grandes fortunas. Los y las trabajadoras tenemos que intervenir con nuestros propios métodos, para que la crisis la paguen los grandes empresarios y capitalistas, no el pueblo trabajador.