Los barrios de Monte Chingolo y Villa La Iapi están sufriendo cortes de luz, un servicio imprescindible para las familias, en el cuarto día del aislamiento social obligatorio decretado por el gobierno. Cuando los niveles de precarización de la vida en los barrios hacen insostenible el día a día de la pandemia.
Lunes 23 de marzo de 2020 14:52
Llegó la pandemia del coronavirus a nuestro país y nos encuentra con muchísimos niveles de precariedad en la vida de los trabajadores y de los barrios más pobres. En la zona sur del conurbano bonaerense Edesur recibe los reclamos realizados por falta de suministro y no da respuestas a esta situación, pero sí invierten en llamar por teléfono para cobrar el servicio.
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Los vecinos de la villa La Iapi denunciaron la falta de suministro eléctrico pero ni las autoridades municipales ni la empresa escucharon su reclamo. Después de tantas horas sin luz los vecinos quisieron cortar la avenida Camino General Belgrano pero la policía se los impidió. Durante el viernes a la noche en Monte Chingolo en la primer noche de cuarentena ya no había suministro eléctrico y pasamos la noche a las oscuras, mientras los cortes de luz continúan durante la mayor parte del día, teniendo acceso al servicio de manera intermitente. Quienes vivimos en estos barrios hoy tenemos que enfrentar la pandemia sin los recursos necesarios para cumplir las medidas básicas como poder calentar el calefón electrico para bañarse, refrigerar los alimentos y comunicarnos con nuestras familias.
Por su parte, el gobierno decretó el aislamiento obligatorio, pero sin ningún comunicado oficial acerca de la capacidad de producir más testeos para las personas que presentan síntomas (método que funcionó en países como Corea del Sur para frenar el virus), tampoco una mayor partida presupuestaria para garantizar la atención sanitaria para quienes lo necesiten,, viandas con comida de calidad para las escuelas y comedores, y sin contemplar que todos podamos tener acceso a los servicios esenciales.
Por el contrario, se están destinando recursos para las fuerzas de seguridad que tienen el aval del gobierno para perseguir y detener a quienes no cumplan con la cuarentena. Ya se están desplegando operativos de "control" (con centenares de detenidos) que no está comprobado que sirvan para avanzar sobre el problema del coronavirus, pero sí tienen como objetivo amedrentar a los trabajadores y la juventud frente a posibles descontentos sociales que puedan surgir
por la preocupante situación habitacional y económica que estamos atravesando.
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Ahora el gobierno ofrece con ciertos requisitos un aporte de cinco mil pesos que además de ser totalmente insuficiente para empezar, si no tenes luz no podés tramitar. Necesitamos que el suministros y los recursos esenciales sean garantizados en todos los barrios del conurbano bonaerense. Muchos de los que viven en estos barrios son trabajadores y jóvenes precarizados e informales, y se vive el día a día. No hay garantía del plato de comida, ni tampoco de tener acceso a los servicios necesarios. Ir a buscar alimentos o una fuente de energía eléctrica implica también arriesgarse a que te persiga la policía o a infectarse con el virus. Esto deja en evidencia los límites del plan del gobierno para enfrentar la pandemia.
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Cuando decimos que nuestras vidas valen más que las ganancias de los empresarios y especuladores, significa que frente a esta situación todos los recursos con los que cuenta el país se pongan al servicio de enfrentar la pandemia, la emergencia sanitaria y económica que estamos sufriendo, empezando por garantizar los test de detección rápida del virus. Esto podría realizarse dejando de destinar millones para el pago de al deuda externa, ilegítima e ilegal, de la que nosotros no vimos ni un peso.
Para que los sectores populares y de trabajadores tengan garantizados los servicios esenciales que las privatizadas tienen bajo su mando, como el de la electricidad, es necesario que sean nacionalizadas y controladas por sus trabajadores, técnicos de las universidades y comités de usuarios para poner toda la infraestructura energética al servicio de las necesidades de los sectores populares. Frente a la gran crisis que estamos sufriendo, son necesarias soluciones que afecten a empresarios y capitalistas, para que no seamos nosotros quienes salgamos perdiendo.