Esta inversión en la comisaría 8va de Monte Chingolo es parte del plan para saturar de policías el conurbano, que la gobernadora anunció junto a Bullrich el lunes pasado.
Janos Sedi Boka @janossedi
Viernes 28 de septiembre de 2018 16:27
El cartel que anuncia el gasto no puede ser más que otra muestra de cinismo, primero porque en medio del ajuste, aumentos de tarifas en servicio y transporte, a esto tenemos que sumarle el desfinanciamiento en salud, que sin ir más lejos, el mes pasado vimos como un ascensor del hospital Evita cayó desde un quinto piso con enfermero y paciente adentro. También podemos hablar del desfinanciamiento en educación, la reducción de becas, la no implementación del boleto educativo en terciarios y una larga lista.
Cuando vemos este cartel pensamos directamente en la comunidad educativa del Instituto Superior de Formación Docente Nº11 que pide la habilitación de un edificio nuevo, porque el actual no cuenta con salida de emergencia ni acceso para discapacitados; o la demanda ya histórica de un jardín maternal para empleados municipales; o ¿por qué no invierten ese dinero en el hospital Evita que, además de los problemas de infraestructura, muchas veces no cuenta siquiera con anestesia en la guardia?
Claro, también estamos en un municipio con tantas demandas en infraestructura producto del desfinanciamiento durante la década ganada, que bajo intendencias kirchneristas y peronistas hicieron costumbre dejar de lado estas cuestiones de primera necesidad en función de sus intereses punteriles, y al igual que Vidal, Scioli optó en su momento por avanzar en un plan de militarización del conurbano con el lanzamiento de las policías locales en las cuales invirtió millones de pesos. Todo indicaría que Vidal y su equipo siguen firmemente el legado de mano dura que dejó Scioli.
Para cumplir la agenda del FMI, parece que el ajuste no afecta a la Iglesia católica ni a la Policía, mas bien, mientras el Gobierno recorta en salud y educación y aumenta el presupuesto para estas dos instituciones, que ya está claro el rol que están llamados a jugar. Por un lado la Iglesia parasitaria, ligada a los gobernadores del PJ del interior que constituyen un poder dentro del estado como se demostró en la votación contra el aborto legal, y por otro lado las fuerzas policiales que están desplegando para militarizar el conurbano y garantizar el ajuste mediante la represión, como sucedió recientemente con las 25 familias desalojadas violentamente de Barrio Pampa de Lanús.
