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El Círculo Rojo. Larga vida al FMI: claves del “programa plurianual” de Alberto Fernández

Los ejes del programa en el que trabaja Martín Guzmán. Las consecuencias sociales. Columna de economía de El Círculo Rojo, un programa de La Izquierda Diario en Radio Con Vos, 89.9. En texto y audio.

Pablo Anino

Pablo Anino @PabloAnino

Viernes 19 de noviembre de 2021 01:00

  • El presidente, Alberto Fernández, emitió un mensaje grabado que fue difundido apenas se conocieron los primeros resultados de la elección del pasado domingo.
  • Informaba que enviará al Congreso un "Programa Económico Plurianual para el Desarrollo Sustentable".
  • Este programa, que el Gobierno buscará que sea refrendado por todo el régimen político capitalista, será la base para intentar cerrar un acuerdo con el FMI en los primeros meses del año próximo.
  • Alberto Fernández anunció como una iniciativa propia un programa que, en realidad, está en sintonía con lo que pidió el nuevo embajador de Estados Unidos, Marc Stanley, cuando en un acto de intromisión descarado exigió al Gobierno un plan económico.
  • Por el momento, hay pocos detalles y muchos trascendidos sobre el programa económico que está elaborando el ministro de Economía, Martín Guzmán.
  • Los puntos críticos de ese programa serían los siguientes: cuál será el nuevo nivel del dólar, cómo se aplicará el aumento de tarifas de los servicios públicos y por último, pero no menos importante, qué metas fiscales serán establecidas para los próximos años.
  • Cualquier programa que toque esas teclas del tablero económico comprende un primer momento de ajuste recesivo cuyos costos, en lo fundamental, los paga la clase trabajadora.
  • En contrapartida, el acomodamiento del dólar en un nivel más alto beneficia a los exportadores en general y a los agroexportadores en particular.
  • Pero, más ampliamente, es ganancia para toda la clase capitalista vía la devaluación de los salarios en dólares.
  • ¿Por qué el Fondo exige devaluación? Para intentar que suban las exportaciones, caigan las importaciones, se incremente el superávit externo y por esa vía se acumulen reservas en dólares que luego permitan pagar la deuda.
  • Con ese mismo objetivo, el Frente de Todos promueve el extractivismo (agropecuario, hidrocarburífero y minero) para conseguir dólares para pagar la deuda.
  • Otro punto importante es el control de cambios: cierto nivel de devaluación acordado con el FMI tal vez podría, eventualmente, absorberse sin descontrol cambiario gracias al “cepo” y las otras medidas regulatorias del Banco Central.
  • Sin control de cambios, puede ocurrir lo que le ocurrió a Macri: que el Gobierno tienda a perder el control en la gestión de la crisis.
  • El problema es si el Fondo acepta que se sostengan los controles cambiarios o al menos se realice un desarme progresivo en el mediano plazo. No es lo habitual que acepta el FMI.
  • Se señala como ejemplo el esquema de Islandia, donde el Fondo actúo distinto a lo habitual y permitió ciertos controles que perduraron entre 2008 y 2017. La jefa de la misión era la misma que para Argentina, Julie Kozack. También trasciende que el FMI podría evaluar desdoblar el tipo de cambio en uno comercial y otro financiero. Esperar y ver.
  • En cuanto a las tarifas, la política del Gobierno iría por el lado de la segmentación en tres partes: ingresos altos, medios y bajos. Con aumento pleno en el segmento alto, parcial en el medio y nulo para los bajos ingresos.
  • El ministro Guzmán tendría como objetivo, siempre según los trascendidos, alcanzar el equilibrio fiscal hacia 2025 o 2026, que es cuando empiezan pagos importantes de deuda con los lobos de Wall Street y arrancarían los vencimientos con el Fondo.
  • En realidad, el ajuste macrista más el que hizo Guzmán mejoró la situación fiscal. Ese ajuste ya lo pagaron, a cuenta de un futuro acuerdo, los jubilados, los sueldos estatales, entre otras partidas con destinos sociales. Pero a los ojos del Fondo es insuficiente.
  • Cuando se ve el combo completo, no se cumple ninguno de los requisitos que postula el gobierno: el programa no prioriza el crecimiento económico ni prioriza la emergencia social.
  • Pero tampoco se cumple el postulado incorporado desde el título: no es un programa sustentable. En 2025, comenzarán pagos imposibles de asumir con los lobos de Wall Street y con el FMI. Esto implica el eterno retorno de la crisis de deuda en pocos años.
  • En relación a reformas estructurales, por el momento no trasciende nada. Pero los acuerdos de facilidades extendidas son los más duros que ofrece el Fondo y, por lo general, comprenden contrarreformas laborales, previsionales y tributarias.
  • La letra chica de un futuro acuerdo podría ser una caja de Pandora que guarde detalles inconfesables en relación a estas contrarreformas estructurales.
  • El Gobierno se contenta con una concesión mínima del Fondo: aspira a que el Directorio reduzca la tasa de sobrecargos, algo que no es para nada seguro que el organismo apruebe.
  • O que en el futuro el FMI habilite nuevas líneas de crédito más laxas, con más plazo, a las que pueda acceder Argentina.
  • Lo más grave no es que se convalida el fraude hecho por el macrismo con una deuda que financió la fuga de capitales de los empresarios más ricos del país a guaridas fiscales.
  • Lo más grave no es que se convalida un préstamo que ayudó a empobrecer a las mayorías para financiar la reelección de Macri bajo el oficio de Donald Trump.
  • Ni siquiera lo más grave es el programa recesivo que se acuerde, que tendrá consecuencias sociales en un país con el 40 % de la población pobre y los salarios en retroceso durante cuatro años consecutivos.
  • Lo más grave es que terceriza la conducción económica por décadas a manos del FMI. Volverán las misiones a sentarse en el Ministerio de Economía para monitorear que se “están haciendo bien las cosas”.
  • Para terminar con ese destino de opresión es necesaria la más amplia movilización obrera y popular para establecer el desconocimiento soberano de la deuda fraudulenta y la ruptura de relaciones con el FMI.
  • Es urgente que los recursos que generan las trabajadoras y trabajadores del país sirvan a una reorganización económica con prioridad en las necesidades sociales y no para pagar el fraude de la deuda.
  • Lo contrario es dejar que se imponga la astucia de los acreedores financieros internacionales ¿Cuál esa astucia? Que el país no termine nunca de pagar la deuda porque de esa forma cuentan con una palanca fundamental para imponer lo que determinan las potencias imperialistas.

Pablo Anino

Nació en la provincia de Buenos Aires en 1974. Es Licenciado en Economía con Maestría en Historia Económica. Es docente en la UBA. Milita en el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS). Es columnista de economía en el programa de radio El Círculo Rojo y en La Izquierda Diario.

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