"Las Kellys", camareras de piso, realizaron ayer su presentación oficial en una rueda de prensa en Barcelona, para explicar las principales exigencias en su lucha contra la precariedad.
Marta Clar Barcelona | @MartaClar1
Miércoles 12 de octubre de 2016
FOTO: ID/Marta Clar
Contra la subcontratación, contra las jornadas exhaustivas de trabajo, contra el reparto desigual de derechos entre las trabajadoras de un mismo sector: es a lucha contra la precariedad que estas mujeres auto-organizadas están llevando adelante.
Para ello han formado una Asociación que este martes hicieron oficial frente a todos los medios de comunicación, en un encuentro estatal entre siente ciudades: Barcelona, Benidorm, Cádiz, Lanzarote, Fuerteventura, Madrid y Mallorca.
La rueda de prensa realizada ayer al interior de la sede del Colectiu Ronda, en Barcelona, organizada por el colectivo "Las Kellys", las mujeres de la limpieza en hoteles, tenía un objetivo: el de visibilizar la lucha de las camareras de piso contra la precariedad laboral del sector hotelero, uno de los sectores más dinámicos de la economía española.
De hecho, como dijeron varias veces en su denuncia "la crisis no ha llegado al sector hotelero, o si lo hizo, vino muy tarde y se fue muy pronto". Tanto es así, que durante el verano de 2016, el turismo en el Estado español ha batido récords con el que ha sido el "mejor verano de la historia" para la Patronal hotelera. Una situación de bullantes beneficios para los grandes empresarios, que nada tiene que ver con el día a día de las trabajadoras, que ven como cada vez su trabajo se precariza todavía más.
Jornadas de trabajo agotadoras, que llegan a sumar la cifra de 26 habitaciones, incluídas camas supletorias, cunas y cambio de sábanas, más la limpieza del baño y la terraza. Todo a ritmos frenéticos para reducir al mínimo el tiempo perdido entre las idas y venidas en los pasillos, tratando de ir de una habitación a otra. Restando minutos, estas mujeres acaban la jornada sin haber podido ir al baño.
Bajo estas condiciones, las enfermedades y lesiones provocadas por el trabajo son comunes. Dolor muscular, de cervicales, lumbares, artrosis."El ibuprofeno se convierte en un compañero diario de trabajo", porque la baja por enfermedad en la mayoría de casos acaba en despido.
Todo eso por salarios de miseria, que en el caso de las trabajadoras subcontratadas a veces ni siquiera alcanza los 700 euros mensuales. Pues se trata de un sector fuertemente dividido, entre las contratadas por la empresa y las subcontratadas, entre las fijas y las eventuales, entre las que se acogen a un convenio y las que pertenecen a otro.
"Por eso hemos nacido, para exigir a los sindicatos que cumplan su trabajo", denuncian a la vez que exigen la implementación de jornadas laborales dignas, el cumplimiento del calendario laboral, de vacaciones y licencias y por la extensión del convenio laboral de Las Palmas al resto de territorios del Estado.
Se trata del convenio más avanzado del sector, que obliga a las empresas subcontratadas a cumplir con el convenio general y no aplicar sus propios contratos. "Y eso se lo vamos a exigir a todos los sindicatos, es a nosotras a quienes nos duele la espalda, a quienes nos duelen las manos y nosotras podemos tener la palabra. Los sindicatos, si quieren que estemos a su lado, si quieren defender nuestros derechos, estaremos, pero si nos quieren tener en frente, nos pondremos bien duras en frente".
A día de hoy, son más 100.000 camareras de piso reconocidas, una cifra que se duplica contando a las subcontratadas y las que trabajan en economía sumergida. Son 2000 mujeres organizadas y esperan crecer en poco tiempo, organizarse y avanzar en esta lucha que han emprendido contra la precariedad, porque como ellas dicen "la salud y la dignidad ni se compra ni se negocia".