La incertidumbre y el tic tac del reloj han jugado una mala pasada a Pedro Sánchez en Londres. Ante los medios ha asegurado que el pacto con ERC está cerca, será público y dentro de los márgenes de la Constitución. Los de Gabriel Rufián sopesan cancelar la próxima reunión.
Miércoles 4 de diciembre de 2019
Foto: EFE
Pedro Sánchez ha asegurado este miércoles ante los medios que las negociaciones con ERC “van bien”. El líder socialista, que se encuentra en Londres participando de una convención de la OTAN, no ha querido perder la oportunidad frente a sus homólogos internacionales de lanzar un mensaje de estabilidad y tranquilidad.
No son pocos los oyentes que tiene Sánchez, ahora bien, no todos esperan el mismo mensaje. Por una parte desde la Casa Real se espera que se puedan formar gobierno lo antes posible. Tal y como ha asegurado la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, tras su visita con el Felipe VI, este le ha trasladado la voluntad de “iniciar la ronda de consultas la próxima semana”.
Por otro lado está el Círculo de Empresarios, que además de jugar su papel en la sombra dejan titulares públicos. En una carta abierto, la organización ha reclamado que “se pongan por delante los intereses del país por delante de los de los partidos”.
Parece ser que la presencia en la vicepresidencia económica de Nadia Calviño, aplaudida desde Bruselas, la no derogación de la reforma laboral o el alineamiento de Unidas Podemos, Izquierda Unida, CCOO y UGT con las políticas neoliberales del Sánchez (como no podía ser de otra forma), no los han calmado. Su apuesta pasa por un pacto entre PSOE, Partido Popular y Ciudadanos.
Por otro lado está parte de su partido y barones regionales del PSOE, que no ven con buenos ojos pactar con aquellos que “quieren romper España”, y que solo escuchar la palabra “mesa de negociación” se les pone la piel de gallina.
Y por supuesto no podía faltar como oyente la formación de Gabriel Rufián. En ERC ha generado mucho malestar la declaración de Pedro Sánchez desde Londres y son consideradas como parte de la estrategia del “pressingERC”.
Desde la formación catalana se defienden y advierten que esta fórmula va a provocar todo lo contrario. Más que un acercamiento entre formaciones y un acuerdo, va a provocar que ERC “se mantenga en el no, como indicó nuestra militancia”.
Los principales motivos del malestar han girado en torno a dos afirmaciones de Sánchez; la referente a que el acuerdo se haría público y que éste quedaría siempre enmarcado dentro de la Constitución.
No hay que olvidar que ERC juega dos partidos; el partido en Madrid con el partido socialista, pero también el partido en Catalunya en su disputa con JuntsxCat por la presidencia de la Generalitat. Es por ello que todo acuerdo con el PSOE debe ser valorado hasta la última coma, no tanto en su contenido sino en su forma.
Tras ceder sin condiciones sus votos en la anterior investidura fallida y ante los grandes momentos de descrédito de ERC tras la sentencia del procés, la formación de Rufián no puede vender barata su piel ante el partido que reprime, mutila y encarcela a los que luchan por el derecho a decidir en Catalunya. En cualquier caso, cuestión de forma, no de fondo.
Ante esta situación desde ERC han comunicado que están barajando la posibilidad de cancelar la próxima reunión el día 10 de diciembre, lo que haría aún más complicada una investidura antes de que finalice el 2019.
La única certeza a fecha de hoy es que si bien desde el PSOE y ERC han mostrado voluntad de pacto, los equilibrios son tan complicados y hay tantos intereses, muchas veces cruzados, que cualquier desliz puede pasar factura.