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Red Internacional
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#FERNANDEZGATE. Las cloacas del Régimen del 78 salen a la luz

Las grabaciones al Ministro del Interior o el informe policial contra Carme Forcadell, desvelan prácticas que son el pan de cada día para del régimen heredero del Franquismo.

Arsen Sabaté

Arsen Sabaté Barcelona | @ArsenSabate

Jueves 23 de junio de 2016

Foto: EFE

Este jueves por la mañana ha comparecido en el Parlament de Catalunya el Jefe de la Oficina Antifraude de Catalunya (OAC), Daniel de Alfonso, protagonista junto al Ministro de Interior en funciones y cabeza de lista del PP por Barcelona, Fernández Díaz, de las grabaciones en las que conspiraban para acusar de prevaricación a dirigentes de CDC y ERC.

Una comparecencia en la que De Alfonso ha salido con “dignidad y nobleza”, según sus palabras, a defenderse de las acusaciones de conspiración. Ha esgrimido que todo forma parte de una “guerra política y parlamentaria” a escasos días de las elecciones del 26J, de la que él es una víctima más.

Ha defendido en todo momento las buenas prácticas de la OAC que “pasan por la coordinación con las instituciones estatales. El Ministro es el que debe darme determinados permisos que no puede hacer nadie más". Sin embargo, de la legalidad de las prácticas que se recojen en las grabaciones, De Alfonso ha dicho entre poco y nada.

Entre los fragmentos publicados por el diario Público es notorio como entre ambos interlocutores se está tratando de urdir acusaciones “ad hoc” a diferentes dirigentes de los partidos soberanistas en las semanas previas a la consulta del 9N de 2014. Es decir, que el gobierno central utilizaba a la Policía, la Fiscalía y los jueces en su guerra contra el “proceso soberanista”.

¿A alguien le puede sorprender esto? Basta con ver las actuaciones de jueces y fiscales del Constitucional, el Supremo o el TSJC para ver que esta es, y ha sido, la práctica habitual.

Por otra parte, esa misma mañana la cadena SER también ha hecho pública la existencia de varios informes ordenados por Interior sobre la actual presidenta del Parlament de Catalunya Carme Forcadell, a través de los servicios de seguridad del Estado en 2013. En aquel momento Forcadell era la Presidenta de la Asamblea Nacional Catalana, la principal entidad soberanista impulsora de las distintas movilizaciones por la independencia.

Según la SER, Forcadell habría sido objeto de un exhaustivo seguimiento junto a parte de su familia, además de todas las propiedades y cuentas corrientes de la ANC.

Justo antes de la asistencia de De Alfonso en el Parlament, Forcadell ha comparecido ante los medios para comunicar que estas investigaciones sobre su persona suponen “un ataque grave contra la democracia. No se trata de mi, se trata de la democracia”. Y ha pedido explicaciones al Ministro de Interior Fernández Díaz y al propio Presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy.

Cuando Daniel de Alfonso ha querido enmarcar las conversaciones con el Ministro dentro de las funciones normales de su cargo se puede decir que no le faltaba razón. Las conversaciones entre el Jefe de la OAC y el Ministro de Interior, o los informes sobre Forcadell, forman parte del juego sucio de toda democracia burguesa. Lo escandaloso para De Alfonso, y lo novedoso para todos, es que estas tratas salgan a la luz.

Es normal por tanto que en las críticas a lo ocurrido todos los partidos, desde el PP hasta Podemos, hayan lamentado el hecho de que se hayan grabado estas conversaciones y hayan sido filtradas, pues el hecho es toda una muestra de debilidad y mal funcionamiento de una parte esencial del Estado, nada menos que su aparato de seguridad e inteligencia.

Si esto sucede, es expresión de la aguda crisis que atraviesa el Régimen del 78. Las peleas intestinas entre las distintas facciones que lo han sostenido han alcanzado un punto nunca visto. La “guerra política” entre las diferentes familias del Régimen explican que en estos años hayan surgido múltiples casos de corrupción -contra unos y otros-, algunos de los cuales han llegado incluso a salpicar a la Corona o recientemente a la cúpula policial.

Si de algo puede servir la salida a la luz de estos trapos sucios -además de para embarrarle la campaña al PP en la recta final- es para desnudar la verdadera naturaleza de esta falsa democracia y sus instituciones “independientes”: la judicatura y las fuerzas policiales.

Las conversaciones muestran hasta donde estaba dispuesto a llegar, en este caso el gobierno del PP, para la defensa del status quo del Régimen del 78. En un fragmento de la grabación, el Jefe de la OAC le comunica a Fernández Díaz, del que se declara su “cabo”, como “les han destrozado el sistema sanitario, les hemos acusado, estamos jorobándoles el CTT”. Esto último fue denunciado desde las formaciones soberanistas en pleno proceso del 9N, cuando el Centro de Telecomunicaciones y Tecnologias de la Información sufrió diversos ataques informáticos que llegaron a dejar inutilizados los sistemas que emplea el sistema de salud catalán para emitir recetas.

Otra perla surgida en la misma grabación es la que suelta también De Alfonso al detallar al Ministro todo un plan elaborado para eliminar a Mas de la presidencia de CDC y poner en el su lugar a Germà Gordó, un hombre “suyo” de confianza en la propia CDC.

En estos días vemos a muchos rasgarse las vestiduras ante este escándalo pero... ¿Qué se puede esperar de un Régimen heredero del franquismo? Como el mismo De Alfonso ha dicho en el Parlament "que tire la primera piedra el que esté libre de conspirar”. Muchos de los que hoy se escandalizan han mantenido conversaciones en un tono similar con él mismo en los años en que ha estado en el cargo, como el mismo Albert Rivera o dirigentes del PSC (no obstante, son también parte del tridente españolista contra el derecho a decidir).

La tupida red de interdependencias entre el poder ejecutivo, el judicial y el policial que saca a la luz este caso no es una excepcionalidad. Es el día a día del mismo régimen que usó esa misma red para salvar a los responsables del 23F, permitir que los condenados no pasaran ni una década en prisión, dejó impunes casi todos los crímenes del GAL, ha favorecido con absoluciones e indultos los grandes delitos económicos privados y públicos, ha urdido infinidad de procesos falsos contra luchadores sociales o ha actuado como segunda defensa de la Infanta Cristina por medio de la misma Fiscalía.

Las cloacas del régimen vienen actuando a pleno rendieminto desde 1978, en clara continuidad con esas mismas cloacas en la Dictadura. Poner el grito en el cielo ante el caso de Fernández Díaz sin proponerse acabar con este régimen heredero del Franquismo puede servir para una campaña, pero no pasa de ser una muestra de oportunismo electoral. La tenebrosa red de espías, policías, jueces y políticos al servicio de los de siempre, demuestra la utopía de una autoreforma del Régimen del 78 y la imperiosa necesidad de retomar la lucha por un proceso constituyente sobre sus ruinas, en el que realmente poder barrer realmente todas las herencias de la Dictadura.