Hablan familiares y compañeros de trabajo, de Sergio Antunez (DEMA) y Walter Agüero (VW- Linser), los dos fallecidos por accidentes dentro de la fábrica.
Sábado 2 de julio de 2016
Sergio Antunez (DEMA) y Walter Agüero (VW- Linser), son dos laburantes que dejaron su vida en el trabajo. Un compañero de trabajo y su hermana denuncian el desdén patronal.
Las voces de los trabajadores
Un compañero de DEMA denuncia que “los del sindicato miran para otro lado, les interesa más su interna que nuestra seguridad. La semana pasada, a días del entierro del compañero Sergio, trajeron una urna para definir quién participa de la lista Marrón en las elecciones de Septiembre de la UOM. Una verdadera provocación a los trabajadores”.
Para Nancy Agüero, que es hermana de Walter, “la forma en que se manejan estas empresas, con todas las irregularidades, como el trabajo insalubre, nos demuestran el desprecio que tienen con la vida de los trabajadores”.
A estas declaraciones que reflejan la desidia patronal se suma Adolfina, una docente de Virrey del Pino, La Matanza.
Relata que “hay muchas enfermedades laborales como nódulos en la voz, disfonías crónicas, varices y alergias en la piel por la tiza que no son consideradas enfermedades laborales, problemas de cervical y columna, también sufrimos de estrés, muchas de las cuales está completamente naturalizado”.
No se trata de ser distraído
En la puerta de la fábrica de neumáticos Pirelli, los trabajadores tienen mucho temor a las represalias de parte de la empresa. Sin decir nombres ni sector al que pertenecen, cuentan que los accidentes más comunes, son los cortes, las quemaduras y los golpes.
En general, las causas son similares, los ritmos de producción, el trabajo repetitivo y las extenuantes jornadas, que ronda entre las 8 y las 12 horas, porque también, son “invitados” a trabajar las horas extras. En el caso de las quemaduras, y los cortes, los trabajadores para poder responder a las expectativas de la patronal, se sacan los guantes para trabajar más rápido. Otra enfermedad, que recorre el conjunto de las fábricas, sea cual fuera la rama, y que aquí también lo sufren los trabajadores, los problemas de columna, los dolores, producto del peso que levantan día a día, en esas extenuantes jornadas laborales.
En el servicio médico cuentan que es altísima la cantidad de inyecciones en la espalda que aplican a los trabajadores de la fábrica. La orden que dio la empresa es que los inyecten y sigan trabajando. A su vez, es altísimo el porcentaje de trabajadores con licencias por problemas de columna.
“Hay médicos que a los 50 años son inválidos coronarios”
A las declaraciones anteriores se le suman la de dos médicos que trabajan en una clínica de González Catán, “la enfermedad más prevalente son las cardiovasculares, hipertensión arterial, diabetes, la obesidad, producto del sedentarismo, el tabaquismo, la mala alimentación, esto se ve mucho, hay médicos que a los 50 años son inválidos coronarios”.
La vida de los trabajadores no tiene valor alguno para estas empresas. Las aseguradoras de riesgo de trabajo (ART), son funcionales a este desprecio e incluso el mismo Estado, como empleador, reproduce las condiciones de precarización entre su filas.