Una vergonzosa negociación están intentando sacar adelante los representantes del oficialismo en el Comité de expertos. Mientras desde la derecha “chicanean” con la necesidad de convencer a Republicanos. Desde la DC a CS parecieran resignarse a tener que votar con Chile Vamos las enmiendas. El retroceso en derechos es evidente, este fraude nunca fue alternativa para los trabajadores ni los sectores populares.
Miércoles 11 de octubre de 2023
Hasta el jueves tiene la comisión de expertos para devolver el borrador de nueva constitución al Consejo Constitucional. El 16 de octubre es el último plazo antes de entregar el texto definitivo. el tiempo se acaba y el oficialismo parece quedarse sin margen para cambiar lo que la derecha aprobó.
Como venimos diciendo hace meses, este proceso nació muerto, el escaso apoyo general que tiene no es solo el reflejo del rechazo a las propuestas del consejo o de que la gente está “cansada” de la discusión, sino que ha visto postergadas las demandas urgentes que se levantaron por años y que ahora parecieran intentar cerrarse en una clave que pretende profundizar el modelo neoliberal.
La discusión de la comisión experta, que tiene entre sus designados a ocho representantes de diferentes sectores (cuatro de oposición y tres del oficialismo más un DC), pareciera estar en un callejón sin salida, donde los comisionados de derecha no están dispuestos a flexibilizar temas centrales como el aborto, la huelga o la constitucionalización de las AFP o las Isapres. Quieren negociar temas menores como parte de una pantomima para mostrarse como “dialogantes”.
Pero la realidad es que la derecha tiene claro que esta oportunidad es histórica para su sector, independientemente de la opción que resulte, en el peor de los casos se quedarán con la misma constitución vigente. No así para el oficialismo que de cerrar un acuerdo con la derecha se verán en la obligación de compartir la campaña con Kast, lo que podría profundizar la desmoralización de su sector o peor aun, podría llevar a quiebres dentro de la coalición al ver en dicha decisión una traición al proyecto político del gobierno. Pero si llega a diferenciarse y opta por el “en contra”, se juega su última carta de afianzar su base social pero de perder electoralmente, será una derrota más lo que dejaría en peor pie.
De conjunto este fraude constitucional representa un intento de los sectores tradicionales de la política nacional por encauzar la crisis orgánica que se arrastra por años en el país y que tuvo su punto más álgido durante la revuelta. El problema es que Republicanos, aprovechando una coyuntura política, pareciera que fue más allá de lo que la derecha queria ir y ahora Chile Vamos no saben si jugar la carta o no.
Mientras el oficialismo ha mantenido una posición a estas alturas vergonzosa con relación a la altura del ataque planificado por Kast, Silva, Barchiesi y compañía. Pretender que iban a “convencer” a través del diálogo y la reflexión a quienes defienden intereses opuestos, fue de mínima ingenuo, pero la verdad es que jugaron un rol cómplice sacando de la calle a los trabajadores, las mujeres y la juventud que estaba dispuesta a luchar por sus demandas.
Las próximas semanas determinarán finalmente el texto que será votado el 17 de diciembre. Independientemente del humo que salga del consejo, nada bueno para la clase trabajadora y los sectores populares vendrán de ahí.
Es urgente que los sectores que hemos denunciado el proceso, articulemos fuerzas para derrotar este fraude a través de la movilización de los trabajadores, las mujeres y la juventud. Hay que rechazar todo lo que venga del Consejo o la Comisión de expertos, y este rechazo no se puede limitar solo a la definición del voto. Hay que unificar las luchas y construir una fuerza que haga retroceder a la derecha.