Las mujeres de Coca cola en lucha anunciaron en rueda de prensa que si es necesario llegarán a la huelga de hambre. Luchan por sus familias contra una empresa que no acata las sentencias judiciales.

Josefina L. Martínez @josefinamar14
Lunes 21 de noviembre de 2016
Delante de la fábrica en Fuenlabrada, un nutrido grupo de mujeres rodeadas de familiares y trabajadores de Coca Cola en lucha brindaron declaraciones ante los medios y colectivos solidarios presentes. Un acto lleno de emoción y fuerza.
“Si se puede, si una mujer avanza ningún hombre retrocede”, cantaron antes de comenzar a hablar con el megáfono. Un lema que las representa, mujeres luchadoras que desde hace casi tres años son protagonistas de esta lucha junto a sus compañeros.
Aurora, espartana y esposa de un trabajador de Coca-Cola, abrió el acto con un emotivo discurso.
"Llevamos casi tres años de lucha y creía que ya lo había visto todo, desde aquel fatídico día 22 de enero del 2014, cuando Coca Cola dijo que cerraba la fábrica de Fuenlabrada. Cuando nos echamos a la calle para sensibilizar a la sociedad de la injusticia que se estaba cometiendo contra nosotros. Después de haber ganado el ERE nulo en la Audiencia Nacional y la empresa no acatara sentencia, después de pasarnos cinco meses sin cobrar; después de pasar la navidad fuera de mi casa por primera vez, para pasarla en un campamento precario en donde hacía mucho frío.
Después de que el 15 de enero de 2015 nos pegara la policía por defender los puestos de trabajo. Después de haberme roto una pierna, ese mismo 15 de enero en la carga policial. Después de volver a ganar el 15 de abril del 2015, en el Tribunal supremo. Después de que otra vez Coca Cola se empeñase en no acatar sentencia hasta septiembre. Después de mandar a los trabajadores a hacer unos cursos a más de cuarenta kilómetros de distancia, y las espartanas nos quedáramos custodiando la fábrica mientras los trabajadores hacían los dichosos cursos.
Mientras la empresa se presentaba, aquí en la fábrica, queriendo entrar mientras nosotras estábamos defendiendo [para evitar] su desmantelamiento.
Casi se nos hiela la sangre cuando nos enteramos que no entraban todos.
Quedaban en la calle 130 trabajadores, esperando un auto de la Audiencia Nacional, que nos robó media sentencia. Después de decirnos que se iba a abrir un centro de organización industrial y logística (COI). Y volver a mentirnos, no solo a nosotros, también a la Audiencia Nacional que validó el COI.
Después de ver desde que desde el primer día que entraron están sin trabajo efectivo. Después de ver que la inspección de trabajo redactaba un informe muy duro, donde pone de manifiesto la falta de trabajo efectivo y la precariedad del mismo, haciendo un trabajo manual, sin calefacción, con ratas. Nuestros maridos están sufriendo mobbing y acoso... [se emociona y no puede seguir leyendo. Los aplausos le dan apoyo y ánimos para seguir].
Esto está repercutiendo seriamente en su salud y en la familia. Pero todavía Coca cola me tenía algo nuevo reservado: el artículo 41. El 41, algo que no sabía ni que existía hasta hace 15 días y tampoco sabía en qué consistía: ’Modificación sustancial de las condiciones de trabajo’.
Llegados a este punto, yo digo: ¡no puedo más!, ¡ya está bien! Iremos hasta el final y Coca-Cola lo pagará, porque las familias tomaremos acciones personales. ¡Hoy le hago frente a esta poderosa multinacional!"
Gema, otra espartana, esposa de un trabajador de Coca-Cola en lucha, agregó unas palabras llenas de sentimiento y coraje.
No queremos una cabalgata en Madrid donde nuestros hijos tengan que ver cómo la carroza de la empresa que les quiere robar su pan, acompaña a sus reyes magos.
Vemos a diario cómo se juzga a gente por tuits, y sin embargo se está permitiendo a una multinacional que se salte la ley, no acatando una sentencia firme del Tribunal Supremo.
Y, es más, ahora se permiten el lujo de aplicar a los trabajadores el artículo 41, saltándose de nuevo la sentencia.
A los medios: buscamos vuestra sensibilidad por el futuro de nuestros hijos, que nadie os la robe por favor. Sin justicia no tienen futuro, vuestros hijos e hijas tampoco.
Llegados a este punto comunicamos, que solo Coca Cola será responsable de una huelga de hambre de las familias de las trabajadores y trabajadores. Sin justicia no hay futuro."
Todos los presentes cantan: “Que viva la lucha de la clase obrera”, “Coca-Cola solo entiende un lenguaje: boicot, huelga y sabotaje”.
Las espartanas están dispuestas a realizar una huelga de hambre si es necesario, a encadenarse a las puertas de la fábrica o hacer lo que sea, porque están luchando por lo que les corresponde. Enfrentan un monstruo como Coca-Cola, pero ellas son las espartanas y dicen que no van a frenar hasta lograrlo.

Josefina L. Martínez
Nació en Buenos Aires, vive en Madrid. Es historiadora (UNR). Autora de No somos esclavas (2021). Coautora de Patriarcado y capitalismo (Akal, 2019), autora de Revolucionarias (Lengua de Trapo, 2018), coautora de Cien años de historia obrera en Argentina (Ediciones IPS). Escribe en Izquierda Diario.es, CTXT y otros medios.