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Red Internacional
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Editorial. Las falacias de Milei y la carta robada

El discurso del candidato de La Libertad Avanza frente a los empresarios y el mundo del revés. Editorial de “El Círculo Rojo”, programa de La Izquierda Diario que ese emite los jueves de 22 a 24 hs por Radio Con Vos, 89.9.

Fernando Rosso

Fernando Rosso @RossoFer

Jueves 31 de agosto de 2023 23:55

  •  El discurso de Javier Milei frente a un grupo selecto de empresarios en el Consejo de las Américas tuvo un mérito: gritó a los cuatro vientos sus posturas en crudo.
  •  ¿Por qué digo que es “meritorio”? Bueno, porque habilita a discutir las cuestiones abiertamente, sin vueltas ni rodeos. Por ejemplo, habló de “robo”, de justicia social, de necesidades infinitas y de recursos finitos, de derechos y obligaciones.
  •  Estoy hablando de los temas que puso sobre la mesa, no del contenido, porque el contenido es un desastre: cada dos palabras hay cuatro mentiras; un discurso lleno de “falacias” como le gustaba decir él en aquel tiempo en el que no se cuidaba tanto y no tenía los “buenos modales” como los que mostró frente a los empresarios. Porque frente a los dueños del país (nacionales y extranjeros) “el león” fue un corderito. Y sí, el diablo está en los detalles y ese detalle (los buenos modales frente a los empresarios) dice mucho de la naturaleza del personaje, de sus intereses, de su zona de confort.
  •  Por ejemplo, dijo la sociedad (y sobre todo el vínculo entre empresarios y trabajadores) “es un proceso de cooperación social, porque si a los empresarios les va bien, a los trabajadores les va bien y a los argentinos de bien le va bien”. Falso. Falso históricamente y falso conceptualmente (y, ojo, no estoy hablando de pequeños comercios, “emprendimientos” etc., estoy hablando de empresarios; los que estaban ahí, parte de la crema del empresariado argentino). Esto está refutado por la experiencia histórica en general, pero por una muy reciente, en particular: los años ’90. En esa década, a los empresarios les fue muy, pero muy bien y a los trabajadores y trabajadoras (más allá de algunos primeros años de expansión), les fue muy, pero muy mal (recordemos, la década terminó 25 % de desocupación, pobreza extrema etc.). Y más concreto aún: si esto fuera así, ¿por qué prácticamente la totalidad de los empresarios piden más flexibilización laboral, menos salarios, más ajuste, menos derechos laborales y así hasta el infinito? ¡Ahora, algunos se están negando a pagar un miserable bono de 60 mil pesos! O sea, ¿por qué están todo el día craneando cómo hacer para que a los trabajadores les vaya mal?
  •  Después, Milei también dijo que la “modernización” del mercado laboral (es decir, condiciones más “flexibles”) solucionaría el problema de la economía el empleo. También falso. Y están los años ’90 para refutarlo.
  •  Ahora, me interesa la parte en la que habló del “robo”: discutiendo contra los planteos de “justicia social” y que detrás de cada necesidad nace un derecho (muy vinculado al universo de ideas del peronismo) dijo que eran conceptos aberrantes “porque están de acuerdo con el trato desigual ante la ley y el robo", es decir, “robarle a alguien para dárselo a otro”. Y dijo que hay necesidades infinitas y recursos finitos y que ahí había un conflicto.
  •  Empecemos por esto último: también es falso. En realidad, hay gente con “recursos infinitos” que desarrollan necesidades infinitas e incluso llegan a locuras estrambóticas. Por ejemplo, Eduardo Eurnekian, el mentor, el “dueño” de Milei tiene la “necesidad” extravagante de tener tres mansiones exactamente iguales (una en Argentina, otra en EEUU y otra en Armenia) porque “necesita” sentir y no tener la menor duda de que está en su casa cuando a la mañana cuando se despierta. Hay otros magnates que tienen la “necesidad” de planificar tours a marte o a la luna. Mientras la gran mayoría tienen necesidades “finitas” o mínimas muy insatisfechas: desde la comida a un techo. Entonces, necesidades infinitas, recursos finitos, depende para quien o de acuerdo a quien expropia o se apropia de esos recursos que no le corresponden por “naturaleza” o por mandato divino.
  •  Y eso nos lleva a la segunda cuestión: el robo. La idea de “justicia social” presupone sacarle algo a los que tienen todo para repartirlo un poco entre los que no tienen nada, pero no va al corazón del robo porque no cuestiona el hecho fundante, la causa principal que lleva a que unos pocos tienen casi todo y la mayoría casi nada. Y esto sucede porque existe un “robo” que tiene lugar antes de que el Estado intervenga; antes de que esos empresarios se junten ahí en el coqueto Hotel Alvear y antes de que Milei pronuncie su discurso. Ese “robo”, ese crimen tiene lugar en la producción y circulación de todas las mercancías. En ese ámbito, en esa esfera de la producción y la circulación tiene lugar una operación oculta que en la arquitectura legal de esta sociedad no se presenta como un robo, pero en la realidad es un saqueo, es un robo, es una expropiación porque al trabajador o trabajadora se le paga por el “valor de mercado” de su fuerza de trabajo (eso es el salario) mientras que se le expropia el conjunto de su trabajo. Y ahí está el origen de la ganancia y la riqueza, incluida la que tienen todos los empresarios que se juntaron en esa reunión. En términos de Milei: “Se le roba a alguien para que se lo queden otros”. Porque si al trabajador o a la trabajadora le pagaran el valor de todo su trabajo, no habría ganancia y si el trabajador no trabajara, no habría riqueza. La riqueza no se genera en el universo financiero, bancario o en el mundo “cripto”, eso son negocios que se arman sobre otro saqueo que es anterior y fundante.
  •  Si el trabajador no trabajara, no funcionaría nada; no se podría hacer nada: no podrían comer el banquete que comieron ahí, no podrían llegar en los aviones o autos de lujo en los que llegaron y que los produjeron trabajadores a los que se les pagó menos del valor de todo su trabajo; no podrían vestirse con los trajes caros y ni siquiera Milei podría dar su discurso lleno de baratija ideológica que pretende vendernos como parte de un mundo del revés en el cuál los saqueadores son los saqueados.
  •  Entonces sí, Milei tiene un punto: hay un robo. Un robo que se pretende esconder y que está en el extremo opuesto de dónde él cree que habita. Incluso la idea de “justicia social” legitima el robo pidiendo que se devuelva un 5% o 10% de lo que se robó para que los saqueados no estallen y se queden tranquilos, para que el robo se disimule un poco.
  •  Hay que tomar el guante también en este terreno, en el debate ideológico aprovechando los temas que llegan a la gran agenda pública para develar las mentiras y para intentar mostrarle a las mayorías populares, dónde está el robo, quienes son los expropiados y quienes son los expropiadores.
  • Fernando Rosso

    Periodista. Editor y columnista político en La Izquierda Diario. Colabora en revistas y publicaciones nacionales con artículos sobre la realidad política y social. Conduce el programa radial “El Círculo Rojo” que se emite todos los jueves de 22 a 24 hs. por Radio Con Vos 89.9.

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