Espionaje ilegal a miembros de Cambiemos, periodistas y cortesanos. Jueces y fiscales extorsionadores, servicios de inteligencia infiltrados en los tribunales de Comodoro Py. Quienes hablan contra “la inseguridad” son los mismos que manejan los resortes del Estado.
Rosa D’Alesio @rosaquiara
Sábado 6 de abril de 2019 00:34
En los últimos meses el gobierno de Cambiemos -junto a la oposición de derecha como Pichetto-, volvió a instalar el debate sobre la baja en la edad de imputabilidad de los menores o la expulsión de inmigrantes, mientras otorgaba nuevos poderes a la Policía. Todo en aras de incrementar el poder represivo del Estado contra las franjas más desposeídas de la población. Mientras tanto, se encubre y se invisibiliza el “crimen organizado” desde la cúspide del poder estatal. Sobre esto último nos vamos a detener.
Cuando lo que se encuentra en los sótanos del Estado sale a la luz, los debates sobre seguridad que instalan los distintos funcionarios se desvanecen.
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quedó en la mira tras conocerse que el falso abogado Marcelo D’Alessio la acompañó en por lo menos un operativo, donde se los ve juntos en una foto. También se señaló que el espía participó del operativo represivo que tuvo lugar durante la Cumbre del G20, en el que la ministra tuvo un rol destacado.
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La historia es ya bastante conocida. D’Alessio es solo una punta de la red de espionaje ilegal que parece irse develando. La información que se conoce indica que jueces de la Corte, periodistas, opositores e incluso miembros de Cambiemos -como la gobernadora Vidal- eran espiados por esta red.
También se conoció que hay fiscales aliados con extorsionadores (como Stornelli), espías que se convierten en arrepentidos (como Rolando Barreiro), expolicías exonerados de la Bonaerense -como Bogoliuk y Degastaldi- que integraban la AFI y servicios de inteligencia infiltrados en los tribunales de Comodoro Py.
El escándalo que empieza a salpicar a espías y efectivos policiales no se detiene en el asunto del espionaje. Hace poco más de una semana el comisario de la DDI Avellaneda-Lanús, Hernán David Martín (ascendido en enero pasado) moría luego de tirotearse con efectivos de la Policía Federal. Hay tres detenidos, que junto con Martín, extorsionaron a una mujer para que no les armarán una causa.
Este “episodió” abrió algunos interrogantes, entre ellos ¿por qué el operativo que llevó adelante la Federal no fue informado ni al ministro de Seguridad Cristian Ritondo ni a la gobernadora Vidal?
Algunas versiones periodísticas -incluso con acceso al gobierno bonaerense- especulan con que se trató de una “operación” contra María Eugenia Vidal (que hace campaña contra la lucha contra las mafias), llevada adelante por Patricia Bullrich. Después de todo son dos de las figuras que más miden en la coalición gobernante. Y Vidal, hasta que Macri se encargó de sepultar esta semana el reflotado "plan V", era candidata en la carrera presidencial.
El protagonismo permanente
Desde que asumió el cargo de ministra, Patricia Bullrich se las arregla para generar noticias mostrándose proactiva en la lucha contra la llamada inseguridad.
El “incidente” con D’Alessio la dejó mal parada y corrida de la escena. Esta semana volvió a ocupar los principales titulares.
Dos reconocidos artistas chilenos fueron detenidos acusados de terroristas en el barrio de Palermo, en un operativo conjunto entre la Policía de Córdoba y una brigada antiterrorista de Gendarmería. El motivo fue haber dejado un “paquete sospechoso” en un hotel de Córdoba. Se trataba de un maletín para una intervención urbana.
La delegación de Pakistán de Futsal, que venía a competir en el Mundial Misiones 2019 de esa disciplina, fue deportada el lunes pasado en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza por cuestiones de “seguridad nacional”. Peligrosamente absurdo.
El miércoles, en el aeropuerto de Mendoza, la agresión xenófoba la sufrió el equipo Colombiano de BMX. Entre los ciclistas agredidos figura Mariana Pajón, bicampeona olímpica y con varios títulos mundiales.
En una entrevista Bullrich se excusó por estos hechos y recordó que la Argentina sufrió los atentados a la AMIA y a la Embajada de Israel: "Hay que cuidar a la población de posibles ataques terroristas". Otra ridiculez.
Bajo la amenaza de “terrorismo”, la ministra justifica el uso represivo del Estado, mientras intenta ocultar la relación orgánica de los aparatos de Inteligencia con la casta política y judicial.
Cambiemos no es original. Todos los gobiernos constitucionales se valen de los sótanos del Estado para damnificar a sus enemigos políticos y conspirar contra los intereses de las grandes mayorías populares.
Los servicios de Inteligencia y el espionaje ilegal se han sostenido en el tiempo, tanto bajo la dictadura como bajo los gobiernos constitucionales. Ese entramado que hoy sale a la luz tiene por finalidad última defender los intereses de la minoría privilegiada constituida por el gran empresariado. Se trata de un sistema irreformable, que solo puede ser eliminado. Pero, como va quedando demostrado, todos los partidos patronales mantienen vínculos con ese entramado.
Solo una salida planteada desde la clase obrera, que apunte a terminar con la dominación del gran capital, puede terminar con ese sistema oscuro y decadente. Solo por la vía de la movilización revolucionaria se puede imponer un gobierno de los trabajadores y el pueblo. Solo así se puede barrer definitivamente con los D’Alessio, los Barreiro y los Stiuso.
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Rosa D’Alesio
Militante del PTS, columnista de la sección Libertades Democráticas de La Izquierda Diario; se especializa en temas de narcotráfico y Fuerzas Armadas.