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Red Internacional
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Movimiento de Mujeres. ¿Las mujeres policías pueden ser feministas?

En el diario de Regeneración “Feminista” de MORENA se difunde una nota de “Las mujeres nos entendemos entre nosotras”.

Martes 25 de febrero de 2020

En medio de que Andrés Manuel López Obrador ha mostrado su indolencia sobre los feminicidios en México, fundamentalmente planteando que no debe opacar la discusión sobre la violencia contra las mujeres el tema de la venta del avión presidencial y al decir a las organizaciones feministas que no rayen las puertas del Palacio Nacional, la dirección nacional de MORENA ha decidido imprimir el periódico “La regeneración: periódico feminista”.

En este periódico, dentro de varios textos, hay una nota llamada “Las mujeres nos entendemos entre nosotras” en el que habla Margarita Reyes, policía de la Ciudad de México y que se define como “feminista”. El paro del 9 de marzo, que mostrará la potencia en las calles de la gran rabia que hay en México contra los feminicidios y que la derecha busca instrumentalizar contra el gobierno de AMLO, hace que hoy “todos sean feministas” para capitalizar la digna rabia de las mujeres contra el feminicidio y la violencia.

En el texto referido la mujer policía dice “ser mujer en la policía ha sido difícil porque la mayoría de mis compañeros son hombres y en la policía no hay diferencia, aquí nos tratan a todos igual. Ahora el movimiento feminista ha logrado que nuestro trabajo sea más reconocido y pues somos mujeres, madres y entendemos las situaciones que denuncian desde el feminismo y de la perspectiva de otras mujeres.”

La policía “sorora”

En medio de las primeras protestas feministas de este año, mientras avanzan los contingente de mujeres, las consignas que se escuchaban “mujeres policías su lado es este”, “policía hermana, este lado es tu barricada”. Si bien, las protestas se realizaron con pintas, fuego y destrozos algunas colectivas feministas insistían que las mujeres policías también eran sus “compañeras”. Hay colectivas feministas y hasta agrupaciones de mujeres que han planteado como demanda que “existan mujeres policías especializadas en temas de género”. Digámoslo: no puede reivindicarse un feminismo que considere que la policía mujer puede ser feminista.

Todas las mujeres viven la violencia patriarcal. Pero no todas las mujeres las vivimos del mismo modo. Evidentemente el feminicidio, por poner solo un ejemplo, tiene un marcado carácter de clase. Somos asesinadas las mujeres pobres, trabajadoras, las de los barrios pobres, las de la periferia, las indígenas, las de la industria maquiladora, las que viajan en horarios de madrugada sin calles iluminadas y somos víctimas de las redes de trata vinculadas a políticos y empresarios.

Es por eso que la desaparición de mujeres se desarrollan con la complicidad de los partidos políticos y la burguesía en los barrios pobres y obreros como se vio en Ciudad Juárez capital de la explotación de mujeres trabajadoras. Es por eso que el género nos une pero la clase nos divide. Las que vivimos lo peor de la violencia no son las mujeres empresarias, ni las Margarita Zavala, ni las Marta Sahagún. ’

El binomio capital patriarcado es garantizado por el estado

En el caso de la corporación policial. Los policías no son “trabajadores” al servicio del estado como los maestros, las secretarias, los encuestadores. La policía es una corporación cuyo objetivo central es la de preservar el estado de orden existente. La policía es una corporación de dominio estatal.

El poder es una relación de dominio, de opresión, de sometimiento. Si bien el poder tiene múltiples formas la de mayor importancia y jerarquía, que ordena todas las demás, es la relación de dominación garantizada por el Estado. O sea que la violencia patriarcal está garantizada por el estado.

El Estado capitalista es la más importante de las relaciones de dominio. Es un instrumento y la estructura de dominación de clase: una camarilla de gestión y administración de los capitalistas. Su papel es defender la propiedad privada y dar garantías de explotación de la fuerza de trabajo y estado mismo requiere del ejército, la policía, las cárceles y los aparatos de inteligencia como instrumentos de represión del Estado capitalista contra los trabajadores.

Son el aparato especial, el destacable, preparado, para reprimir e imponer violentamente la voluntad de los capitalistas a los trabajadores y el pueblo para preservar la propiedad privada. Esa ni más ni menos que es la misión de la corporación policial. La policía es la representación misma del poder del Estado, el que garantiza junto al ejército, la sacrosanta paz de la explotación capitalista. No hay medias tintas: los policías no son trabajadores, son el brazo armado de los exploradores.
Es el estado quien ha usado de la violencia contra las mujeres para aleccionar a los explotados en casos como el de Atenco o son las corporaciones policiacas quienes han violado todo tipo de derechos humanos como en el caso de los desaparecidos por métodos forzados en más de 10 años de Guerra contra las Drogas. En los marcos de un sistema capitalista y patriarcal, las instituciones que resguardan el monopolio de la violencia no nos darán una salida. Ni los militares ni los policías nos protegen, son organismos creados para resguardar los intereses de los empresarios y los gobiernos.

Obviamente MORENA, el partido de gobierno, dice “estar con las mujeres” y hoy publica su diario “feminista”. Pero dicho partido ha avalado e impulsado la militarización de la frontera sur con la Guardia Nacional para impedir el paso de migrantes de América Central, la implementado los mega proyectos contra las comunidades indígenas como el caso de Huexca con su cuota de sangre luego del asesinato de Samir Flores y ha despedido a miles de trabajadores estatales bajo el argumento de la asuteridad.

El movimiento de mujeres será plantará contra la policía, o no no será. Este 8 y 9 de marzo las trabajadoras, mujeres, amas de casa, estudiantes, migrantes, intelectuales debemos salir a las calles, contra las pretenciones de la derecha de usar nuestro dolor como botín político, y decir: “Ni una menos”, “No más presas por abortar” “Derecho legal al aborto, seguro y gratuito” “No más feminicidios”