La invasión a Ucrania concentra la atención mundial. Los grandes medios buscan imponer su posición. La CGT ayuda a la confusión. Empieza el debate: ¿cómo impactará en el país? En medio de la crisis internacional, el Gobierno quiere apurar el acuerdo con el Fondo. Mientras lo “prueban” en las paritarias y nuevos ataques. Por abajo sigue sin haber mucho “entendimiento”.
Lucho Aguilar @Lucho_Aguilar2
Viernes 25 de febrero de 2022 12:20
Esta semana el mundo se convulsionó con Ucrania. Es el tema de debate en las casas, los bares y comedores del trabajo. No es sencillo armarse una opinión en medio del “bombardeo” de los grandes medios. Tampoco con las posiciones de las cúpulas sindicales. La CGT sacó un comunicado donde rechaza “la invasión rusa a Ucrania” pero no habla del rol de EEUU y sus socios. Pequeño detalle. El rechazo a la invasión y la guerra es importante. Pero los dirigentes de la CGT “olvidan” la otra parte de la película que llevó a esta crisis: el avance y la escalada guerrerista de EEUU y la OTAN en la región.
A diferencia de esa posición, los trabajadores y trabajadoras socialistas llaman a enfrentar con la movilización internacional el inicio de una guerra reaccionaria, rechazando la intervención militar rusa así como la injerencia y sanciones impuestas por las potencias imperialistas.
Para que cualquiera pueda entender quién es quién y qué está en juego, La Izquierda Diario hace una cobertura hora a hora. Porque además, aunque parezca “lejos” lo que pasa en Ucrania impactará en todo el mundo. La crisis se desata, por ejemplo, cuando el gobierno argentino intenta firmar un pacto con el FMI. La pregunta es obligada: ¿Cómo impactará en la economía mundial? ¿Y en la nuestra?
Con ese telón de fondo, la semana política y sindical volvió a dejar varias novedades.
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1. Las primeras paritarias del FMI arrancaron con algunos chispazos
Esta semana se conoció un borrador del preacuerdo del Gobierno con el FMI. Como analizamos en esta nota, tiran varias pistas. Por ejemplo, el salario aparece como una variable de ajuste para “atacar la inflación” y los sueldos públicos podrán estar atados al “crecimiento” económico. O sea: si la economía mundial se complica, aumenta la inflación y baja el crecimiento, el bolsillo popular será una de las primeras víctimas.
Las cúpulas sindicales dicen que “si las paritarias no alcanzan después se reabren”. Veremos. Pero el que reabrirá seguro sus “paritarias” será el Fondo, con sus revisiones trimestrales. Y, como venimos explicando, uno de sus principales objetivos es bajar el salario real.
Esta semana vimos nuevos ejemplos. Se discuten los salarios docentes, que vienen castigados. El gobierno nacional propuso 45% en 4 cuotas, o sea 10 puntos debajo de la inflación estimada. En las provincias menos todavía.
Por eso a pesar del esfuerzo de la cúpula de CTERA-CTA en muchos lugares no hubo “entendimiento” con la cláusula FMI. En Neuquén capital una masiva asamblea rechazó la oferta y votó un paro de 72 horas. Este viernes hay asambleas en toda la provincia pero la negociación está tensa. En Mendoza vimos una movilización masiva de 15 mil docentes. En Chubut también se votó el paro y la unidad con los estatales. En la Ciudad de Buenos Aires Ademys paró este lunes y en la Provincia los SUTEBA opositores exigen a la conducción del gremio un plan de lucha.
Los elefantes neuquinos ya realizan asambleas en hospitales claves como el Castro Rendón donde plantean una consigna clave: "sin recuperar el salario perdido no hay recomposición real".
La verdad es que la “ronda” de paritarias arranca en marzo. Pero ya hay algunos chispazos. Lo vimos también en controladores aéreos, fábricas como Ferrum y esta semana en la metalúrgica Weg de Córdoba, con paros “desde abajo”.
2. Hablando de ataques
“Tenemos la línea parada, con movilizaciones en Puente Pueyrredón y Panamericana. Dota despidió activistas que iban a presentarse a delegados. La coordinación obrera es fundamental para que no paguemos el ajuste”. El que habla es Andrés, delegado de la Línea 60.
Este jueves coincidieron en un corte del Puente Pueyrredón con delegaciones de otros sectores atacados: aeronáuticos de Latam que exigen continuidad laboral, metalúrgicos de Gri Calviño que enfrentan un duro ataque patronal, despedidos de Garbarino y municipales de Berazategui que piden el reconocimiento de su sindicato. Eran acompañados por organizaciones piqueteras y de izquierda.
Los unía una bandera: “Moroni atendé a los trabajadores”. El ministro de Trabajo viene haciendo la vista gorda a estos nuevos ataques que sufren sectores independientes de sus burócratas amigos.
En el “interior” también. El lunes en Tucumán la policía provincial desalojó violentamente a enfermeras que reclaman hace semanas por salario, estabilidad y sobrecarga laboral. En Jujuy la seccional de UATRE que abarca al Grupo Ledesma viene enfrentando los despidos de trabajadores accidentados o con problemas de salud por el laburo. Esta semana decidieron impulsar una reunión unitaria junto a otros sindicatos y organizaciones sociales. En Córdoba los delegados y trabajadores de la jabonera Guma se plantaron ante un intento de “reformarles” el convenio colectivo. “No vamos a ceder ninguna conquista dicen”. También en esa provincia se desató la huelga de los trabajadores de la Cooperativa Horizonte, contra los pésimos salarios y condiciones laborales con que construyen cientos de viviendas. Los sectores más precarios son los que más sufren el ajuste, como ya mostramos en la movilización de las organizaciones piqueteras.
En el Tren Sarmiento hay una tensa calma tras el paro contra los descuentos a ferroviarios aislados por Covid. En estos días habrá asambleas para definir nuevas medidas.
Es cierto que son ataques puntuales. Una guerra de “baja intensidad” con la que las patronales van probando fuerzas y golpeando por separado. Pero detrás están los problemas de todos y todas: la defensa del salario, el rechazo a los despidos y la flexibilización de los convenios. El que dice “no es conmigo” le erra. Si pasan hoy, mañana te toca.
Por esas respuestas, esos intentos de coordinarse, pelear juntos, aunque también iniciales son importantes. En varias fábricas medianas se empiezan a ver fenómenos de resistencia que hay que seguir de cerca. También las listas y agrupaciones antiburocráticas que surgen en gremios estratégicos como señaleros o energía.
3. Días claves
Recién empieza, pero ya se ve que 2022 será un año intenso. Ya dijimos que la crisis en Ucrania impactará en la economía y la política mundial. Nos incluye.
Pero además faltan pocas semanas para que llegue al Congreso el pacto con el FMI. En realidad, como vemos, el ajuste ya empezó. Pero el gobierno, las patronales y el Fondo no la tienen fácil. La crítica situación económica, el malestar social y la crisis de autoridad del Gobierno condicionan el verdadero plan de los dueños del país y los ritmos para aplicarlo.
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Por eso la izquierda, el sindicalismo combativo, las organizaciones piqueteras combativas y la juventud tienen que presentar una alternativa. ¿Cómo? Apoyando las primeras luchas que mostramos. Ayudando a que se coordinen. Exigiendo a las centrales sindicales, empezando por las ligadas al kirchnerismo, que rompan la tregua y convoquen asambleas para discutir un plan de lucha hasta derrotar el plan del FMI. Peleando por un programa que muestre cómo enfrentar el desempleo: con un plan de obras públicas masivo y el reparto de las horas de trabajo entre ocupados y desocupados. Cómo defender el salario: con un mínimo que cubra la canasta familiar de 120 mil pesos y se actualice automáticamente con la inflación. Cómo rechazar la precarización: con el pase a planta de los contratados y tercerizados con iguales derechos.
Con esas banderas y el rechazo de la estafa de la deuda se prepara para movilizarse con cientos de organizaciones de izquierda, obreras, piqueteras, ambientalistas, de DDHH y juveniles cuando se trate el pacto con el Fondo. Junto con el rechazo a la guerra en Ucrania y la pelea por una salida independiente, obrera y socialista, son dos grandes campañas de las próximas semanas.
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Lucho Aguilar
Nacido en Entre Ríos en 1975. Es periodista. Miembro del Partido de los Trabajadores Socialistas desde 2001. Editor general de la sección Mundo Obrero de La Izquierda Diario.